Shhh...

Cuando quise hablar de las piedras
puse la lengua en el muro
y mi cuerpo se llenó de cuarteaduras.
Cuando el mar deseó decir sus olas
quise darle mi garganta,
pero equivoqué la mano
y le entregué mi rasgadura de agua.

Detrás de mi voz
busqué al ventrílocuo
esperando hallar mi corazón.
Pero no había nadie.
Las palabras remontaban
un pulso de caracola
en busca del pez mineral de su origen.
Pero no había nada.
Lo que no estaba ahí me sonreía,
se callaba con mi boca
al abrirme la mirada.

Ese silencio era el fósil inasible
de cuando las cosas
se nombraban a sí mismas
y entre todas ellas
porque no había nadie
con su haber de nada.
Por eso me reconocí enseguida.

6 de abril de 2013​

 

Mi Admirado Poeta y Querido AmigoP @Martín Vera :

Me gusta bastante este escrito y más aún que lo has colocado en foro filosófico, existencialista y vital porque da para bastante en qué pensar y qué hablar escribiendo y compartir, como una puerta abierta, eso claro, aparte de la elemental inquietud que te movió a escribirlo en su momento. Frenéticos muchos humanos se pasan casi, si no es que toda su vida hablando lo que consideran como verdad, buscando siempre fuera, fuera el gozo, la paz, la esencia, incluso la llamada "felicidad", le dan voz a quien no le necesita ni la pide, o a cualquier causa que considera válida, le da al que se atraviese porque piensa que algo le falta, si darse cuenta que al que le falta (un tornillo, es a él mismo), donde busqué, no hallé, donde dí, no hubo receptor, cuando grité a nadie le importó, al que imaginé amar siguió otro camino, cuando hablé, nadie escuchó, pero justo donde no había nada "de ruido ensordecedor", ni deseos, ni ansiedades, despertaron verdaderamente todos mis sentidos, y justo ahí donde todo era silencio de aparente nada, -entonces, finalmente pude contemplarme sin vestiduras ajenas, sin espejismos, sonreírme, reconocerme...escuchar y comprender. Igual estoy divagando por la estratosfera de mi mundo, pero sé que sabes de donde soy. Muchas Gracias por compartir tu arte. Te saludo afectuosamente y te deseo hermosos días ☘

 

Me haces flipar en colores, como dirían por ahí. Gracias, Sinedie.

 

No, no divagas, amiga poeta; al contrario, estás en sintonía con lo expuesto y me da mucho gusto. Las cosas me han obligado a entender que ellas no hablan ni precisan de mí y mi conciencia invasora para estar, que si hablaran seguramente sería para mentarme la madre; sin embargo, en su silencio puede uno habitarlas con silencio propio, ser con ellas, jugar con ellas al quid pro quo, y traducir algo desvaído de esa comunión.

Gracias, querida Grace, por visitarme y permitirme llegar a tu estratósfera. Se vive bien ahí sin necesidad de escafandra. Saludos respetuosos y fraternos.

 

Mi querida amiga Rosmery, aquí también está tu taza de café para que compartas conmigo las presencias del silencio. Aunque lo que nos brindemos sean palabras, esas generalmente nacen en un ambiente de soledad y silencio que convoca sueños, imágenes, fantasmas.

Te envío un abrazo enorme junto con mi agradecimiento por tu gran calidad humana que salva barreras.