Silbando

Cuando solo me queda
esa flematica flema
enquistada como espina
de cuaresma en el gaznate.

Esa nube delirante
sobre mi cabeza muda.
Y los perros ladran,
y no me dejan dormir
los crujidos incesantes de estas paredes blancas.

Los murmullos del silencio
que me cantan soleares
se me abrazan
y me pierdo
ciego entre los bares.

Cuando ya solo me queda
esperar sin descanso,
rascarme los bolsillos,
caerme de nuevo
levantarme,
caerme de nuevo.

Perderme en un parking,
venderme al diablo
por cuatro mentiras
y muy mal contadas.

Cuando solo me quedan
afiladas sombras
acechando en los sotanos
de los hospitales.

Cuando solo me quedan
palabras gastadas y frases vacias.

Me pierdo silbando en tus calles, Gran Vía.

 

me gustó leerte, y bienvenido ,a este mundo de poesia.

 

Nada más, caminar ayuda
algo de pena va quedando en el camino
y silbar despoja al alma
de la culpa que atormenta.

Muchos saludos.

 

Gracias coraÇao, por cierto muy bueno el chistecito de mafalda, me he reido mucho.
Un beso lobita.

 

Oye un aplauso, que rico y urbano poema, me ha encatado, felicidades

 

Gracias por tus comentarios azulaurora.
Un besazo.

 

Las avenidas anónimas
de las grandes urbes,
recurso socorrido de la bohemia,
como dice el tango
"cafetín de Buenos Aires" ..
"sos lo único en la vida,
que se pareció a mi vieja"..

La soledad,
escuela para fuertes,
desalmada academia..

Excelente.

Un abrazo,
edelabarra

 

Je Je Je muy bueno tu comentario Edel, me gusto que me recordaras el sabor de ese tango.

Me alegro que te gustara mi poema.

Un abrazo, che.

 

Largos paseos por la GRAN VIA de Madrid he dado en solitario.Besos amigo.María.

 

Jau Imdia, si la Gran Via es un buen sitio para pensar muchas veces verdad.

Un besazo.

 

Gracias por tus comentarios Caraquenia.

Un besazo

 

Hola Azulaurora, me gusta que te haya gustado mi poema.

Un besazo y gracias por los comentarios.