Sin memorándum (Trascendencia por activa y por pasiva)

El primer día que escribí poesía, no me lo creía.
No quería que un puñado de letras pautaran mi existencia.
Sin embargo, cuando la enfoqué hacia mi propio ser, o no ser, o lo que ustedes prefieran, comenzó a dar sus frutos.
No me refiero al árbol de la iluminación, o sí.
El caso es que los que algunos, o muchos, o los que sean, consideran ego y soberbia, se convirtió en mi inescrutable camino.
Y no pretendo arrojar claves y enigmas cuando me empleo en mis versos.
Sin embargo, deben entender que, una vez asimilada, la literatura, no resulta más que unívoca.
Esto es, lo que yo creía que era amor, tan solo fue una ilusión.
Mis versos son un idilio.
Ojalá sintieran lo que yo siento cuando me río de las invenciones intangibles e inmateriales a cargo del hombre.
Ello me deja a solas con la certeza inmensa e inconfundible de ser Dios.
Pero jamás gritaré a los cuatro vientos que mis planes les incluyen a todos.
Lo que antes era un intento de satisfacer al prójimo, se convirtió en una forma distinta de amor.
Solo aparecen sus ramalazos cuando hay conexión entre mi poética y mis lectores.
Sin embargo, no es un poema desesperado lo que me define.
Nada realmente me define.
Y no lo digo por hacerme el longuis, ni evitar mis responsabilidades.
Lo que quiero decir, es que mi hórror vacui se debe a la falta de conexión con ellas.
No hay obligaciones en mi "mundo".
Solo gusto por una metafísica que resulta insolentemente abrumadora, cristalina.
No revelo la verdad, aunque lo intente, mis delirios, a veces no dan para ello.
Si realmente mi cometido fuese desvelar la trascendencia, no excluiría a nadie de semejante experiencia.
Si sus pretensiones se adecúan a mis textos, no es por mi inteligencia ni incuestionable afán por darle la vuelta a todo.
Ni tampoco por ninguna de mis virtudes.
Digamos que el mundo que todos perciben, es el que nace por defecto.
Si mis introspecciones sirven de algo, es porque ya he dejado atrás mi vacío existencial.
No es mi misión cambiar el mundo, ni el enfoque que ustedes tienen sobre él.
Yo estoy aquí a las duras y a las maduras.
Esto es, mi obra no se distingue si no es para ponerles a todos de acuerdo.
Mis letras no están sometidas ni abiertas a modificaciones, ni encubrimientos.
El misterio que revuela sobre mí, no es Dios.
La clave reside dentro de cada uno de ustedes.
Eso sí, si las cosas no salen como esperan, siempre estaré aquí para ayudarles.
Pueden informarse sobre mí en todos los lares cibernéticos.
En cada uno de esos lugares encontrarán cosas sin explicación.
Pero esto no es una causa paranormal.
Es la salvación del pensamiento humano.
Muchos pueden pensar que la trascendencia no se consigue en vida.
Pero me encuentro aquí para dar fe de que yo la vivo constantemente.
Consiste en dos naturalezas, el hombre y su enfoque divino.
No me tengan en cuenta la aspereza con la que he llegado hasta aquí.
Ello podría manchar la imagen de lo que quieren ver en mí.
Este texto es demasiado subjetivo, pero carece de intereses.
He escrito en tantas direcciones, que no creo en el más allá.
Aprecio su arte como medio para alcanzar los sentimientos.
Sin embargo, dejen que yo me ocupe del resto, así me lleve una vida.

 

Asi es