Sofá de la soledad

​

Sentado en el sofá
de los confesionarios,
la oscuridad se vicia
en destellos opacos,
las velas de la noche cuentan
historias lejanas,
los huesos tiritan
bajo piel gastada
las fuerzas se clausuran
a todo instinto feroz,
el silencio gotea con fuerza
cada tramo que desespera,
entonces a la luz de la vela
imploro
¡mañana amanecerá!...

 

Cuando charlamos con el mayor confidente siempre el resultado desborda la mente.

Gracias Daniel por compartir tus líneas.

 

Que profundas palabras, eres muy entendido en expresarlas, Daniel una vida sin Jesus en el corazòn todo nos dificulta, muchos no soportan la soledad, las mentes divigan, alli se interpone un traidor y es muy bueno conocer sus artimañas, para ti talvez no te cuadra lo que escribo, pero tiene mucho que ver. Muchas sircunstancias obligan amuchos estar solos, otros aguantan, otros no, pero la buena vidacomienza en Jesus y termina en Jesus, maravilloso para el que lo tiene. Dios te bendiga mucho. te felicito, buen escrito. Tu amiga Emy.

 

gracias amigos