Sombras

Cada camino posee un tramo poblado de sombras

de fantasmas tristes

que dibujan una órbita que pretende ser intimidante,

molestias que quisiera uno esfumar en la brevedad de un parpadeo.


La mancha sobre el mantel

el mal sueño que se propone en vano arruinar el despertar

/eclipsar el divino milagro del sol/

el vómito de una realidad de corazones en harapos

esquirlas de amarguras foráneas

que ante la claridad se lanzan como cuervos suicidas.


Pero un día, día de copas en alto,

día de brindis, por fin se van

porque sí se van, aunque obstinadas, sigan estando ahí.


Se van cuando se aprende el acto de ignorar su música espesa

sus acordes tétricos de piano

sus discursos de desesperanzas recurrentes

sus insultos de endemoniados que reaccionan ante la cruz

sus amenazas de muerte

que no evolucionan desde su estado de niebla.


Son penumbras de ojos vacíos

que a tientas buscan mirarse en el cristal del tiempo

y entonces solo pueden llorar por su falta de cuerpo y sangre

por el dolor del sendero sin huellas

por la nada

por su destino de olvido.

............................

 

La luz de tu mirada, aleja las sombras sin cuerpo.

 

Las sombras se van cuando (nos) prendemos la luz y a las manchas se las puede ignorar poniendo un buen adorno encima.
Mi comentario se va a quedar muy corto porque una que el poema es profundo y no quiero sumar para no quitarle power y dos, que prefiero que hablemos de este tema de manera verbal audible como nos gusta.
Es re re re bueno tener una amiga para hablar de letras ¿no te parece?
Lo que sí voy a repetir es que todo lo que escribís tiene pisada escénica y nunca resulta indiferente.
Algo vamos a pensar y mucho vamos a sentir.
K.i.y.h que mece esa plumaravillosa.

 

Hay que convivir con las sombras y con su amargura. Y, es cierto, un día se van, de nosotros depende que sea así. Es necesario vivir en la esperanza y en la luz. Qué bien lo has contado, brillante poema. Un abrazo.

 

Siempre es un placer leerte poeta.
saludos.

 

Muchas gracias.

 

Este poema lo voy a tener un tiempo a mano para leerlo a primera hora del día y así poder alejar esas sombras, esos fantasmas tristes que siempre me están molestando. Tengo que aprender a ignorarlos, porque al final es tan simple como dices, son solo penumbras de ojos vacíos, sin cuerpo ni sangre y su destino es el olvido. Es una estupidez mantenerlos vivos permitiéndoles que emborronen el milagro de cada nuevo día.
Me alegra mucho haberlo leído, Cecy, gracias, creo que tus letras son muy, muy valiosas.
Un agradecido abrazo.
Javier

 

Sí, cuore. Creo que como decíamos ayer, bien soleados interna y externamente no nos entra ningún efecto sombra. Habrá ruido, sí, pero no más que eso. Las nubes grises también forman parte del paisaje, diría Ricardo Arjona.
Gracias acá, gracias por estar allá, por permitirme charlar de temas diversos y profundos y ser un amigo en todas las circunstancias de la vida, y no solo en las literarias.
Gracias por tanto cariño que es un privilegio.
Plumágica, plumaravillosa, siempre estás usando las palabras para que los demás sonrían y se sientan bien.
Abrazo enorme.

 

Es verdad, hay otra pandemia de amargura en algunos corazones. Abstraerse es el gran desafío de estos tiempos.
Tus palabras en este comentario son muy hermosas y te las agradezco infinitamente.
Un abrazo.

 

Muchas gracias, aunque en este caso el poema sea un poco gris.
Gracias siempre, poeta.
Saludos y feliz media semana.

 

Todos tenemos sombras personalizadas. Así funciona este mundo, y creo que el gran reto es ignorarlas, aunque ladren, aunque intenten llamar la atención de una y mil maneras.
No es fácil porque son spams, como el dibujito animado antiguo de Droopy, que estaba en todas partes
Cambian de atuendo, de país, algunas duelen, otras causan asco, otras risa, en fin, todos sabemos de ellas y les damos los nombres correspondientes. No se pueden negar, pero sí se las puede atravesar/ trascender y seguir andando.

Agradecida estoy yo por tanta generosidad que recibo de tu parte, amigo.
Te envío un fuerte abrazo desde este sur invernal.

 

Sombras... Expectantes, acechantes. Sombras que quieren nublar el día, hacernos doblar la cerviz, arrinconarnos en el hueco insano de la melancolía.
Hasta el momento en que descubrimos que la sombra es vencida con luz. Que todo su miedo y poderío se desvanece cuando llega la luz. Así, el calor de los amigos, el amor de la familia, encienden luminarias que relegan las sombras.
Un poema profundo y hermoso, que supongo que tendrá sus claves, pero que es magnífico de leer y que se disfruta enormemente. Un saludo cordial y mi profunda admiración.

 

Este no es un poema dulce, sino más bien de pies sobre la tierra, amigo. Es de esos que hablan de aquellas situaciones que todos debemos experimentar en algún momento de la vida y que no son gratas.
Cada quien tendrá su propio equipaje de sombras y les dará el nombre correspondiente.
Lo positivo es que ellas motivan el trabajo interior y heroico de no dejarnos caer en la tristeza.
Siempre estarán ahí en algún tramo del camino y solo tendremos que atravesarlas para seguir.
Gracias por leer estas letras sombrías, valga la redundancia, gracias por tu tiempo y la generosidad de este y todos tus comentarios.
Un abrazo con cariño.

 

es un hermoso recorrido el que hacés en este poema, cecilya.

claro que sí. así como las sombras forman parte inseperable e indisoluble del camino, la oscuridad también tiene una belleza jodidamente enigmática. y es que la estética aprende a ignorar -como decías vos allí- a las dicomotías que se alojan en lo profundo de nuestro cerebro (¿hay canciones más preciosas que las canciones oscuras de dm? ¿no da acado, un guilty pleasure, leer a césar vallejo?).

el arte es como la vida.

salud a vos.

 

Creo que a las sombras hay que transformarlas en arte, claro que sí, concuerdo con tu planteo.
Cambiarlas por arte, quitarles poder y dejarles en claro el modo en el cual las trascendemos y seguimos hacia más.
Volverlas palabras, ponerlas en palabras, las deja indefensas, endebles y sus ladridos se vuelven susurros.
Muchas gracias por tener en cuenta mis letras y comentarme ideas que me llevan a reflexionar a partir de las mías.
Feliz casi viernes

 

Ayyyy mi querida Ceci, la sombra y la luz son las dos caras de una misma moneda, no puede existir una sin la otra y en la vida se van sucediendo ambas caras de manera casi cíclica, y así tenemos malas y buenas rachas y ambas pasan y vuelven a aparecen en el devenir del tiempo. Dicen que cuando más oscura es la noche o sus sombras, más próximo está el amanecer y con él la esperanza de la luz y su renacer. Pero cuan difícil es atravesar las sombras y no quedar impregnados de ellas, es muy difícil sacudírnoslas o desnudarnos de ellas para ir a vestirnos con la luz de cada nuevo día.
Tus versos, querida Ceci, son muy profundos y prestos a la reflexión, me ha encantado reflexionar a la luz de su verdad, belleza y lirismo....muááááckssssssssss

 

Toda pesadilla es bendita y digna de darle gracias porque nos permite “despertar”.
Los sueños suaves nos marean dulcemente, pero las pesadillas nos obligan a despertarnos y adquirir sabiduría.
Lo mismo ocurre con las sombras de cualquier índole. Cada persona les dará un nombre y contexto.
Muchas veces me sentí envuelta en sombras, en injusticias, en momentos difíciles, y nada mejor que la poesía en este género para hacer un gran exorcismo de todas esas tristezas.
Un día por fin toda esa niebla se disipa y vuelve a salir el sol.
El amor es el gran curador de todos los males, el que nos dan y el que estamos dispuestos a recibir.
Yo quiero que en mí salga el sol cada día, es difícil pero sí se logra, aunque como hoy, afuera esté lloviendo.

Muchas gracias, Isabel por haber recorrido mi biblioteca y por haberme dejado palabras tan cálidas y reflexivas.
Te envío un fuerte abrazo con mucho cariño.

 

Muy buen poema estimada Cecilya. Un abrazo con la pluma del alma

 

Ignorar o minimizar esas sombras personalizadas -como decías en un comentario- es un gran reto (y yo diría que a veces es un reto colosal). A estas alturas creo que el mayor aliado es el tiempo, pero sin un buen "método" (también personalizado) difícilmente se pueden combatir algunas sombras, y muchas veces ese combate tiene que ir encaminado únicamente a "colocarlas" en un rincón de nuestras vidas, donde las veamos, vale, pero que tampoco impidan que entre luz por las ventanas.
Un bello poema con imágenes de calidad, destaco estos versos:

"Se van cuando se aprende el acto de ignorar su música espesa
sus acordes tétricos de piano
sus discursos de desesperanzas recurrentes
sus insultos de endemoniados que reaccionan ante la cruz"

Mis sinceras felicitaciones por tu obra, Cecy. Un abrazo, amiga.

 

Muchas gracias por visitar siempre mis letras, José.
Otro abrazo desde Buenos Aires.

 

En la vida a todos nos ocurren situaciones desagradables que jamás buscamos. Las unifiqué a todas en el concepto de esas sombras a las que les di entidad.
Tuve una etapa de poemas reflexivos y bastante tristes que reflejan esos estados de ánimo y que no se parecen mucho a lo que solía escribir cuando me sentía más libre y contenta.
Yo misma y para evitarme males mayores me corté las alas y me convertí en otra cosa, pero no quiero que ese condicionamiento dure para siempre.
Confío en que algún día voy a recuperar aquel espíritu. No es cuestión de alguna sombra que me lo impida porque dependerá solamente de mí dejar que entre la luz, como vos bien dijiste.
Tal vez sea un tema de tiempo y de esperar con tranquilidad.

Muchas gracias amigo por valorar mis letras y escribirme un comentario tan hermoso.
Es un honor recibir tu visita.
Te envío un fuerte abrazo desde esta lluviosa Buenos Aires.