Soy alma vieja...

soy alma vieja...
desde el silencio
mi voz resucita...
nube eterna
de mi oscuridad...

permanente soledad
con amor y sin él -

cielos vacíos
al amanecer...

no existo
sino entre las sombras
del tiempo que vive en mí...

sol solitario
mi nocturno cantar -

frente al mar
siento las tempestades
las olas quiebran
la calma...

eternidad...

escucho
el llanto del universo
sobre la tumba
de la que fue nadie...

apenas
un fantasma
sin rostro
en sobriedad
de la luna...

y cuando
el trago amargo de la vida
probaron mis labios silentes -
llegó el invierno frío
que me abrazó con manta de hielo -

y fue
este anhelo
tan grande que más no pude...

y al final, entre dolor
hallé consuelo...

no sin espina
fue la rosa del corazón en llamas -

pero ardía
sin parar
en mi oscuridad
renaciente...


(08/04/2017)

 

Un poema cojo, como Toulouse-Lautrec.
Pero talentoso.
Como Toulouse-Lautrec.
Muy bien.





Un hombre que sabía dibujar.

 

Tu alma vieja y torturada casi se desborda de estos sencillos versos.
Me ha convivido,
Gran trabajo poetisa.