Su jornada.

Mi tan delicada damita, dulce brujita, que tiene Bon appétit.
Siempre botas negras, largas o cortas, y delineados los ojos.
Presume de hada pero es más fiera que la mismísima reina Lilith.
Tan guapa, tan linda con o sin nada en la cara, y anteojos.

Presurosa siempre por las mañanas, y calentando dos tazas de café,
mientras sus ropas descansan en la eterna montaña multicolor.
Sale corriendo a esperar el bus. Más nunca, (a veces), pierde la fe.
Y su outfit atinado, mezclando siempre moderno, dark y folklor.

Caprichosa mi esposa, pero más inteligente que lo primero.
Pelea con su jefe, conmigo y con quien se le ponga en frente.
Soñando en suomi, pero nacida en el seco y gran estado vaquero;
de piña la piel; y sus enormes avellanas ojos de oriente.

No le importa comprar en Zara, ni traer puestos Le Coq Sportif.
Más siempre autentica rascando las pacas en sábado o domingo,
¡Y vieran que elegante se viste! Pero eso si, su tinte de Motif.
Con todo y su soda, galletas y frituras... ¡La Amo un chingo!

Y gusta de la mano andar en las calles, aunque en verano sudemos.
Pero en invierno se cubre con todo lo que halla... Hasta con el perro.
Y regresa a la casa, pidiendo siempre a la Madrina que nos juntemos.
Siempre bendecida con beso en la frente y la boca color de hierro.

A veces devora su cena y repite plato, otras solo su pan y su Coca.
Se le hinchan sus piecitos del número 5, con todo y su cigarro,
mientras me platica su día, y le digo: "Gracias por todo, mi niña loca"
Cae en la cama, a veces vemos pelis, pero al verla, yace cual tarro.

Y se repite su jornada, adornada de amor, enfados, locuras y magia.
Siempre en la Casita del Terror, pero engalanada como si fuese de gitana.
Sin mi damita, que de un pujo tres hijos nos dio; y su risa me contagia;
la vida sería apestosa, pero siempre fue, es y será mi Sirena sultana.

 

Singular declaración de amor que me produce sentimientos encontrados. Un saludo cordial.