TABÚ Rincón de los Haykús y Senryús atípicos, prohibidos, raros y misteriosos

Las gaviotas
se asombran de sus huellas,
nieve en la playa.​

 

Los musgos visten
con su alfombra el tejado,
paso del tiempo. ​

 

Tarde abrileña.
En el naranjo viejo
la araña teje.

 

Torrencial lluvia;
las voces de las ranas
piden socorro.

 

Supermercado,
sábado de mañana
cola en las cajas.​

 

Orina el niño
dibujando en la acera
mil espirales.​

 

Ola que llega
sin ser nunca la misma
a misma playa.​

 

Tan despojado
de tus hojas, ni el viento
mueve tus ramas.​

 

Brotan las flores.
Ni siquiera la brisa
rompe el silencio.

 

Oyen mi llanto
las gaviotas volando,
las olas gritan.

 

Fuego en la cara.
En la tarde polvo,
viento otoñal

 

Suena un tambor.
En el cerezo en flor
dos pajarillos

 

En la ventana
la voz del mirlo
habla de ti

 

Bajo la lluvia
un alero nos tapa,
¡canta amor!

 

Lleva la vida
Invierno y primavera,
Verano, otoño.​

 

El cielo raso.
Un campo florecido,
cuatro vencejos.

 

Charco en la huerta.
El naranjo florece
entre las zarzas.

 

Arriate en flor.
Los gorriones saltan
sobre las piedras.

 

Amado mio
con la noche estrellada
salgo a tu encuentro

 

Gran humareda,
las fallas han dejado
solo cenizas.​

 

Dulce susurro
son tus cálidas manos
sobre mi piel

 

Anochecer.
Anidando el autillo
sin luna llena

 

Resbala el sol
hasta hundirse en el mar
como mi pena

 

Brilla el cristal.
Un primaveral sol
se pone ya.

 

Luna sombreada
nos tapa a los dos
junto al nogal

 

Tarde soleada;
entre los azahares
una culebra.

 

Una flor roja
prendida en tu solapa
habla de amor

 

En primavera
la llovizna plateada
es una joya

 

Entre los Haiku
margaritas de estío
que trae mi nieto