Tarde de domingo

​

Bachiana brasileira nº4
Preludio

Heitor Villa-Lobos​

Tarde de domingo

El día fue plomizo
con el calor de agosto en las aceras,
la gente está buscando
las sombras de los árboles, apenas
se mueven los ramajes
con el soplo de brisa que les llega.
Los muros de las casas
parecen como ascuas y reflejan
el Sol que aún en estas horas cárdenas
se resiste a dejar la ciudad fresca.
Los ojos van ocultos tras las lentes
y disimulan mientras curiosean.
Los niños van lamiendo los helados
en esta tarde de domingo quieta.
En una esquina un joven
con su guitarra pide unas monedas
y en el silencio aquella melodía
me produce muchísima tristeza.
Poco a poco en la calle va subiendo
el ruido de la gente que la llena
en tanto el Sol se marcha
lentamente, parece que no quiera.
Es tarde de domingo
y solitario sigo con mi pena.

Salva Glez. Moles
22 de agosto, 2021.

 

Solo le faltaba a la tarde, el niño jarto garbanzos.
Tranquilo Salva, que de tó se sale.

Estribillo de los tuyos:

"Déjate de pelos
déjate de modas
y con los barberos
no gaste esas bromas,
y vamos a darnos por ese cuello un poco de coba."

Abrazos.

 

Gracias por compartir tus silencios y tu talento, abrazos Salva.-

 

Una postal de una escena que al menos en lo personal, no cesa de causarme emociones mezcladas y hasta dispares. Cuando el fin de semana se extingue en una tarde dominguera como cualquier otra. Son de mi especial agrado los versos donde se menciona eso de los ojos traviesos, solapados por unos convenientes anteojos de sol. No he de ser quien arroje la primera piedra al respecto.

Amena lectura ha sido.

Un saludo cordial.

Gus

 

Que te voy a decir que ya no sepas...excelente composición como siempre, un abrazo Salvador

 

Tremendo!! Lo mejor para vos, Salvador!
Abrazo.

 

Muy hermosa tarde de domingo, soleada que te inspiró este poema refrescante placentero a su lectura. Un placer leerte.