Un día en mi país

Amanece y el hermoso cielo azul está manchado de humo negro,
las calles solas tienen sabor de melancolías de lo que antes fue,
lo que era antes un rico despertar al sabor de una tacita de café,
se ha convertido en incertidumbres, tristezas, lutos y entierros.

Nace el día y la meta de cada persona es llegar a la noche con vida,
en una ciudad donde andar los colores de tu bandera es un delito,
en donde ya se vuelve rutina las noticias de disparos y de gritos,
y el país se derrumba en medio de muertes, represión y mentiras.

El día se desarrolla en medio de la tensión que todo puede empeorar,
mientras unos oran por un milagro, otros lloran las muertes de inocentes,
unos cuantos hijos pródigos que han preferido convertirse en delincuentes,
se dejan manipular y salen a las calles como títeres a aterrorizar y a matar.

Y la pregunta es: ¿Volverá a brillar el cielo azul en toda la nación?
¿volverá Nicaragua a ser libre en medio de tanta tiranía y corrupción?
¿volveremos a salir a la calle sin la preocupación de regresar con bien?
¿volverá la paz, volveremos a ser nosotros mismos otra vez?

Y la respuesta es sí, porque seguimos con la esperanza que todo cambiará,
que pronto se ira esta nube de injusticia y nuestra libertad renacerá,
Nicaragua volverá a ser libre, se volverá a respirar la paz sin dolor,
nuestra patria volverá a ser solo azul y blanco, el color de nuestro amor,
porque somos un pueblo sufrido pero que siempre ha salido adelante,
la historia se repite...

Y es en esa misma historia en donde el pueblo ha salido triunfante.