Una distante yo

Alejándome de todo
a mi alrededor,
mi tiempo y espacio
se han reducido,

soy una pálida visión
un intento fingido,
mi voz sin explicación
como el viento frío.

Una distante yo
en algún otro lado
...prácticamente desconocido
yendo sin precisión
por extensos pasillos,

mientras la luz líquida
gotea por las grietas,
se abre paso
bañando a la oscuridad...
en mi mirada cristal
ausente el brillo,
mis ojos un largo túnel
que conduce al vacío.

Y un universo agitado
pide auxilio
entra en conmoción
puedo sentirlo,

con el impulso
de la vibración
que se abre camino,

la energía chocando
en cada estallido,
en aquella luz roja
parpadeante en mi pecho,
como una alarma
alertando a lo próximo
en este escenario
en conflicto.

 

No te preocupes, amiga. No hay por qué alarmarse.
La gente toma sus propias decisiones, y eso entra dentro del Libre Albedrío.
El Libre Albedrío, por otro lado, es como el tabaco.
Entonces, la gente está hecha de humo.
Por eso, son humanos.





Los humanos son de humo.
El tabaco se equilibra con muchas infusiones.
Porque las infusiones y las galletas de cereales, son un Bien.
Con lo cuál, el Bien está supeditado al Libre Albedrío.
Pero la gente no opta por hacer el Bien.


Así que se van volviendo de humo.

 

Hermosos versos adheridos a esa mezcla de angustia con vacío existencial tan propia de lxs poetas.

Un saludo.

 

Neida,
tu poema es un sentir que absorbe,
un espejo con puertas que te invitan a viajar,
a escuchar lo que piensas o vives.

Yo tambien soy poeta nocturno,
y aunque no tan seguido, algunas veces diurno.

Te doy la bienvenida y gratos saludos,
Fidel Guerra​