Una estación de más...

Y si las cosas no sale como las soñamos, las pintamos.
O dejamos que en nuestra mente se gesten, como las habíamos imaginado.
Y pasan los años y se nos marca la sonrisa satisfecha de haber cumplido lo que esperábamos.
Utopía, no es otra cosa, pues nunca se alcanza por mas que corramos.
Pero esa carrera se llama ilusión,
y esta nos ciega la mirada
y nos hace ver cielos de purpurina y sonrisas .
Y así vamos llegando a nuestro otoño,
con colores de primavera y aromas de verano,
ignorando nuestro próximo invierno
que nos llevara a nuestro tiempo gélido
colmado de telones bajados,
acabados de funciones,
maquillajes de moda en otro tiempo.
Donde quizá escucharemos algún que otro aplauso para nuestro deleite.
Y en ese ensordecedor sonido de grandeza,
nos olvidaremos de los sueños que nunca se cumplieron y nos conformaremos.
Que triste, yo no quiero conformarme.
Prefiero morir sin ningún aplauso.
Mis sueños necesitan unas estaciones más...
SHA.

 

Hola, hola, Sandra. Mira, que me encontré con tu filosófico e intimista poema, en tarde de domingo nublado y a mis años, je je… y muchos más que lleguen aunque las estaciones sigan pasando de largo.
Los sueños van cambiando, nosotros vamos cambiando; pero no permitas que nadie te borre esa sonrisa; la función sigue y somos los protagonistas. Secundarios, pero algo es algo, je je.

Me pongo serio; tiene mucha profundidad tu poema… y vuelvo a sonreír.

Besos hasta tu isla, esa que un día recorrí… en coche de alquiler.