Urbanita

Otras veces
no tengo espacio,
espiga sin agujas, palitos rotos
me importan poco
las lágrimas derramadas, fingidas o reales
aunque sean de amor, de ira, de piedad, de tristeza, de soledad
psicópata de sueños y destructor de adivinaciones gitanas
asocial, disocial, antisocial, extrasocial, supersocial,
energúmeno
castigador de marsopas,
peces de colores,
culebras magenta.

Leo viejos libros
para viejas personas con parkinson
en los asilos.


Muchas veces
cuando se acerca la madre en la calle
vendiendo caramelos
me parece que no hay amargura más grande en esos dulces,
le echo unas monedas y rechazo las golosinas,
ya están vendidas
le digo - no se las des a tus hijos -
no hay dulzor en ellos, son de sal
tienen esa extraña, cósmica, dolorosa y raída tristeza sagrada
que se esconde en las lágrimas de los seres humanos,
un mil
manos de cemento,
cuchara de palo,
anafre tiznado y roto
en las esquinas del cuarto calamina,
cartón y plástico sin luces.


No tengo espacio para ningún nombre más,
ya se va la noche.


No tengo espacio para ninguna abyecta idea más,
¡he terminado!


Amanece.

 

Muy hermoso tu poema que me ha encantado leerte. Un fuerte abrazo.

 

Querida Paloma, celebro que te haya agradado este mi escrito y te agradezco por leerlo y dejarme un comentario tan agradable.

Un abrazo recíproco y fuerte

Pax

Giovanni

 

Me ha gustado, bello en su idea y brillante en su certera escritura amigo Giovanni. Abrazote vuela. Paco.

 

Paco, amigo, después de eras, es que vuelvo eventualmente a publicar en el portal, y no hay mucha producción, puedo decir que estoy en sequía en cuanto al versar se refiere.

Muchas gracias por el comentario, la lectura, me alegra te haya gustado.

Abrazos desde los Andes!

Giovanni