Viaje a la montaña

¿Cuál será el designio irrefutable de la existencia?
Si todo lo que pertenece
termina desvanecido en un algo
sin nombre alguno.
Serán las montañas tal vez
el sendero de todo sueño, o porque no pensarlas además
como el rocoso amuleto que entretiene al Dios,
¿quién dirá algo acerca
de la vida que habita en la piedra?.

 

Divinidad excelente de talento impresionante.

 

Vuelvo a mi mundo, al de las piedras que hacen montaña y nos acogen, con este poema.
Nada más surrealista que la propia realidad y sentir que se pertenece a la montaña, aunque sea unos meses al año... porque las piedras nos habitan, sin duda.
Un saludo; me encantó el instante poema.

 

Hermoso lo que dijiste y lo considero así también. Gracias y saludos.

Al respecto, recordé un verso de Luis Alberto Spinetta: "Aprender,
que el alma es una piedra en algún lugar"