viejo montañista

Y así yo llegué la cima

Con las nubes a mis pies

Sólamente el sol encima

Y las estrellas después


Había un frío que asesina

El viento cortaba mi piel

Mas una calma genuina

Se apoderó de mi ser


Y como agua cristalina

Ví mi vida frente a mí

Mi memoria sin neblina

Sobre días que perdí


Lloré frente a mis tragedias

Reviví mis alegrías

Sentí un miedo que me asedia

Y fuerza en mis osadías


Y fue absorto en el momento

En que yo escuché esa voz

Que venía del firmamento

O venia de mi interior


No se conoce el sentido

Por que late el corazón

Lo vivido es lo vivido

No le busques ya razón


Pues vivir es una hazaña

Por el hecho de existir

Ama con fuerza, lucha con maña

No hay nada más que añadir

 

Bello poema, me a encantado sobretodo por el echo de ser de montañas y observarlas a diario,
felicito tu inspiración, un placer leerte.Un abrazo fraterno desde chile, saludos poeta.