Viento.

vas a tener que cobrar.
Lo estás pidiendo a gritos.
El mérito no es de él, es mío jajajajaja

Mu poquitos se llevan mal conmigo y a uno le acaban de echar a la puta calle jajajaajajaj

 

Me encantó tu lindo soneto, es un placer leerte, un abrazo.
Siempreviva.

 

Gracias Lou, y ahora que puedo y volví de mi último viaje te invito a un café irlandes...
Un abrazo amiga.

 

Ja, ja, ja... pues tendremos que comprar una estantería nueva.
Muchísimas gracias poeta Nancy y un abrazote... y unas copitas. Besos.

 

Inspiración y molestia casi necesaria; que seríamos sin él.
Muchas gracias amigo Alberto y un abrazo a la vuelta de las montañas.

 

Como impresiona el aullido del viento, sobre todo en el silencio de la noche...que bien lo has definido, un beso.

 

Muchas gracias Ricardo y un abrazo de martes con posible tormenta.

 

Muy bueno Kique. Tú no sabes cuando sopla el barullo que supone allá en la montaña donde pasamos el verano. Parece que viene de todos lados... y con amenazas, je je je.
Un abrazo desde esta calma que amenaza tormenta... pero en el llano.

 

Je, je, je. Ya veremos; que le estoy preparando unas trampas muy sofisticadas... hechas de caña y empeño, je je je.
Un abrazote amigo Eladio

 

MUY BELLO, me gusta el viento, yo lo miro mas que enojado, contento, abrazos y estrellas.

 

Qué te voy a contar si tú ya sabes que el techo del refugio se levantaba dos palmos, je je je.
Besos a repartir por esos lares.

 

En la casa de la montaña no que cuando viene el invierno las brumas lo oxidan todo. Es como en Galicia pero con viento.
Un abrazote Toña... con brindis.

 

El viento es una cosa y el tornado de Elena es otra, ja ja ja...
Abrazote Luis, que un día quedamos; ¿que no?, ya verás.

 

Hermosa y certera descripción poética del viento y de tus impresiones. Grato leerte. Un abrazo amigo.

 

Muy creativo! Saludos.

 

Muchas gracias, Siempreviva, con viento o sin él.
Un abrazote.

 

Asusta este elemento cuando se pone bravo. La última vez que lo vi enfadado derribó un montón de pinos enormes que se habían adaptado a vivir en la ladera rocosa de mis cercanías... ¡como para no temerle!
Besos, Esther, desde esta brisa.

 

Ay, que a mí no me gusta el viento; el aire y la brisa sí, y mucho, pero el viento cuando se envalentona me produce temor.
Muchas gracias, Anna, y siempre contento de verte.

 

Un abrazo Paloma y muchas gracias por tus palabras.

 

Sí, es un soneto airado, pero con una dosis de humor ante lo adverso.
Muy agradecido por tu estancia y un saludo compañero.

 

Hola Geralda y muchas gracias por venir.
Un saludo.