Viernes Santo. Soneto.

Silencio, mi Señor bendito ha muerto
-el Justo injustamente ajusticiado-.
No hallaron ni delito ni pecado…
Su cruz fue por dejar al descubierto

la Vida manantial en el desierto,
la dicha de tener al Padre amado
pendiente del latir de tu costado
y al Cielo desatándote liberto.

Silencio, llega turbia la neblina
y el Gólgota se vuelve calavera
y el Hombre tras su Sino se encamina.

Silencio, mi Señor en primavera
expira, y su cabeza se reclina:
su Templo se alzará tras corta espera.

 

Sublimes versos con una calidad e inspiración extraordinarias,además de la profundidad y el sentimiento que le pones en esta época de Viernes Santo. Te felicito por tan excelente composición. Un cariñoso abrazo.

 

Sublime soneto amigo estimado
sobre la pasión y muerte de Cristo en la cruz a manos de los hombres
a los que quería ayudar y salvar.
Un abrazo, siempre matamos lo mejor y más hermoso de la vida,
te dejo reputación.

 

Muchas gracias, despertando, por tan amable comentario. Te abrazo de igual manera, con cariño y afecto. Un placer que te gusten mis letras y te emocione el tema. Somos muchos.

 

Muchísimas gracias, dulcinista. Un honor tenerte por mis letrillas. Te abrazo afectuosamente y agradecido. Buena tarde!!!

 

Dulcinista, gracias, gracias, gracias...!