¿Y por qué no?

Que el poeta esnife flores
y que el borracho ya pueda
darle al tequila y al ron
aunque no respete el son
que marquen los resplandores
del líquido en la botella;

y que cante lo que quiera,
que alegren su corazón
coplas, líricas, rancheras
y una bonita mesera.
He decretado, señores,
que empiece la primavera.

Fdo: El Rey (o sea, yo)

 

todo es posible manuelo, también cuando niño, fui rey del monte y capatas.

 

Me dice mi "gobierno", con Rajoy a la cabeza, que el papeleo puede demorar la cosa un par de semanas. ¡Estoy por cesarlos a todos, Ramiro! En fin, que hasta el día 20 nada que hacer.

 

Yo creo que está bien sentirnos como sacerdotes, profetas y reyes, constantemente. Como buenos cristianos.

 

Estimado Manuelo.
Te dejo un poema que viene a decir parecido. Espero te guste como a mí me gustó el tuyo:

La poesía y el vino.

La poesía te lleva
por donde las letras van.
También nuestro vino tiene
ese poder de llevar.

La poesía te aleja
de la cruda realidad.
También el vino lo hace,
elevándote la mar.

La poesía es canto,
con el vino cantarás.

La poesía y el vino
llevan al mismo lugar.

Un fuerte abrazo

Alfonso Espinosa

 

Es cierto, es casi lo mismo o lo mismo, jajajaja. El otro día lo dije no sé dónde: uno tiene la impresión de que todos los poetas (si es que lo somos) estamos unidos por algo, por una especie de materia oscura, invisible, que hace que seamos como parte de un todo muy bien conectado. ¡Somos el mismo!