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Viendo entradas en la categoría: AMOR
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Tú sabes que me habitas.
cuando piensas en mí
un desfile de soles suben por tus alas
un río de bruma y sueños enmudece.
Un vuelo de colores y luces
tejen el aire de muro clandestino
donde la noche parpadea
creando sueños sin horas.
A través del cristal
rayos de luna acarician tu sombra
creando un laberinto con murales de dulzura
y en la complicidad de la mudez
una luz de farola ilumina el sendero
para que no se apague el tiempo.
Con el gemido del aire sientes
como penetro en ti
soy rayo de primavera
agrietando tus pupilas
un deseo donde el tiempo se quiebra.
Cuando arda tu pecho ante la embestida
deja que tus mieles fluyan
en el caracol eterno
donde late el paisaje de nieve.
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Tu aroma a jazmín abierto,
fragancia de bienaventuranza
viajando a mares de lujuria
bañados por arrecifes de cristales,
se adormece sobre la mar revuelta.
Un vivir sin vivir es mi mente,
en todas partes viéndote,
aunque seas aventura de humo,
un elixir de otra época bañado de luna.
Vivo amándote,
como la montaña adora sus acantilados,
en esta resiliencia por salir de tus dedos,
enredaderas que me esclavizan.
¡Oh, tú amor!
ocaso de sol con su arcoíris particular.
Quiero un hueco en tu cama de menguante,
con tus ojitos
velando mis sueños de nácar
y mi vida
fluyendo sobre tu aura en una explosión de amor.
https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
http://www.mundopoesia.com/foros/blogs/jose-valverde-yuste.118385/A Francisco Iván Pazualdo, bristy y Melementos les gusta esto. -
Te deseo sobre la montaña y el valle
endulzando tiernamente mis anhelos
de flores sin olores
misterios de purpurina líquida
vanidosa presencia de los celos.
Métete en mi chimenea, circunda de pasión
mi extrarradio, ahuyenta de mí los cuervos,
hojas volatilizadas de sueños mágicos,
hablando de misterios, de amores brillantes
como los rayos de tus cabellos.
Quiero fundir tus labios con mis manos,
que nuestra pasión no esté deshabitada,
vivan las pasifloras en floreros de besos
y detrás de las cortinas ni polvo
haya, sólo fragancia.
Ojos que alumbran mi senda
sois timón y guía de mis raíces
expandiéndose desde tu pecho
hasta tu vientre despojadas de todo mal
sanas, lozanas,
como estamos nosotros.
Tenerte en mis rincones paradisíacos
subamos a la montaña
y veamos desde lo alto, muy lejos,
el reflejo del agua
por donde circula nuestro amor de cometa.
Las nubes son nuestros ángeles
las laderas nuestra santa seña
los riachuelos saciarán mi sed
y tú, amor mío, serás la princesa
de este cuento rosa
trayendo milagros
que nunca hagan insoportable tu ausencia. -
Te quiero como las hojas al otoño
con sus coloridos de oro,
tardes melancólicas donde los versos se entremezclan
entre tu belleza y el llanto de la naturaleza.
Tardes opacas, frías,
beber de tu cuerpo,
calentar mis venas,
desfallecer en tus brazos de porcelana,
y en ese momento seas mi aliento.
Te quiero
como las palomas aman a los viejitos
que asimilando los tenues rayos de sol
sobre su cuerpo,
les proporcionan el sustento
para saciar su hambre y la de su nido.
Te quiero
cuando temblorosa te afanas
en enviar los pétalos perfumados de tu cuerpo
con el viento.
Mientras desfallezco en las cenizas de mis vanidades
como la melodía,
cuando la suave brisa se lleva las notas
del piano solitario de mi vida.
En cada pétalo hay un te quiero
me avasallan tus besos de remiendo
los caparazones rosáceos de mi techo
esperando que cada uno vuelva
con la esperanza de aliviar mi alma, mi aliento.
Mi cuerpo se estremece al leerte
emanando de mí
la fuente llameante de mi corazón, rojo,
como las rosas de mi jardín, ardiente como tú.
Te quiero porque tu alma transita
henchida de felicidad por todos mis recovecos
y te busco, amada mía, como los ruiseñores
a sus pichones, como la poesía al verso.
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Tengo leve el dormir
me despierto soliviantado
te tengo junto a mi, respiro.
En el ocaso de la oscuridad
te veo con remera roja pasión,
adormeces mis sueños de profeta
entonces navego en el mar de las dudas.
Sabiendo que andas buceando
en mis letras,
en mis partituras de violinista,
masticándolas a dentelladas
para ser una Benedetti o Neruda.
Navegando por el huracán del éxtasis
te deslizas,
pero tú, quieres ser esa frívola mujer,
solo en la poesía.
La estela de la realidad,
te envenena de miedos
y cerrojos con llaves de película.
Te respiro, estás en mi aire,
en cada gota de sangre,
cuando penetras en mis arterias,
sedando mis emociones,
eres la tranquilidad
de las estrellas en su dulce silencio.
Te saboreo, eres postre de mis deseos,
en alta tensión estoy, mis cables chirrían
tu cuerpo se endulza y nuestro amor florece
en el jardín donde la luz se apaga,
nada existe.A ti y a Zulma Martínez les gusta esto. -
Ese amor que me desgrana el alma
cubriendo de musgo mis paredes
mi biblioteca de letras ininteligibles
y mi cama de sudores fríos.
Es mi consuelo, oír su voz
de trino de clavel de pájaro, armonía de arpa.
Cuerpo de manzano fresco, ojos de bruja maléfica
mente de huracán con sus fantasías de agua desnuda
hechas versos.
Ese falso espejo
donde me miro y no me veo
la risa de la bruja en la intemperie del deseo,
eso eres tú, cuando sueltas tu cabello
por encima de tus ojos.
Cuando escribes vuelas
y cuando vuelas eres brisa
donde la noche abre sus pecados
la invasora de mi playa
la protagonista de los rayos dorados de las amatistas.
Cuando muerdes la manzana
te atragantas, tu risa es flor de diamante
fugaz y breve
como los cometas penetrando
en nuestro lecho de lindes de delicados jazmines.
Contigo ardo
fuego de galaxia encendida
eres el caos del milagro.
Eres luchadora, mi compañera,
derrotando los falsos egos de los políticos
indolentes con el pueblo.
Si gritas ante la injusticia tiembla el cielo,
mar y tierra la apocalipsis;
eres manantial de verano fresco
contra la balanza del miedo;
arma de poder
del pueblo contra el gobierno.
Eres prado y pasto, río y riachuelo
amante de cine, inquisidora de sueños.
Seré lengua de fuego, algún día
cuando te empeñes en ser el río
de la vida que la sed quita en este cuento.Te gusta esto. -
Te quiero, eres mi consuelo
la tenacidad de mi desvelos
la ayuda desinteresada
la pasión hecha verso.
Te quiero y eres una sombra
un mensaje, una foto en el calendario,
mi cómplice con las letras,
mi ayuda si estoy vencido,
entonces eres viento insuflando aire
a mis pensamientos.
Te quiero y estoy en tu sombra,
en el jardín de tu huerto, acompañándote;
eres mi rosa perfumada, me llamas, te llamo
entelequia repentina de telepatía de fuego.
Te quiero porque dos somos más que uno
y en el puerto de la vida,
las decisiones son hechos,
los hechos son atajos,
y los atajos son vericuetos,
facilitadores de la circulación,
de la felicidad por tu cuerpo.
Te quiero porque eres mi pasión, mi dolor
el infierno y la gloria,
contigo río y sufro,
me condenso y me volatilizo,
navego y naufrago,
en el mar de tus instintos.A ti, Alde y Bernardo de Valbuena les gusta esto. -
Esto es poesía o una ilusión
lo que atormenta mi corazón
¿Tú me quieres?,
amor, me siento desnudo cuando me tocas
una nota musical abandonada en mi boca.
Belleza escondida descubierta
en mi tierna inocencia y, hasta hoy
siento en mí, lo que percibí
de adolescente, fulgor, pasión, frenesí.
Ojos de azabache cuando rímel te pones
oscuridad me provocas, si natural sales
sainetes me dedicas, poesía romántica
de Bécquer, recóndita.
Tus labios, de carmín no me gustan a mí
prefiero los tuyos suavidad sin fin
que no engrasa mis labios voluptuosos
son como la seda, el marfil.
Si me hablas me quedo embelesado
mirando el contorno de tus labios
el batir de tu lengua, tus movimientos
son afrodisíacos.
Sé mi faro, guíame como al marinero
o como la estrella polar al viajero;
guía mi razón por caminos de belleza,
de estupefacción.
Recíbeme como la rosa a la mariposa
te escribiré, con fascinación,
como las anémonas envenenan a los peces
del fondo del mar, así quiero me envenenes,
pero de ilusión.
Mi mente se desboca por tu amor
deslúmbrame, sé mi inspiración.
A ti y a Alde les gusta esto. -
Dame tu corazón alma bella,
el aire expande nuestra fortaleza
resucitando nuestra felicidad
como un soplo de primavera.
Búscame en el lago rosa,
¿te acuerdas?,
andábamos con las mariposas
ensombreciendo la belleza
de aquel rincón paradisiaco;
el sol se paraba a mirarnos,
¡qué satisfacción! ser abejas de miel.
Búscame en tus sueños,
en tu almohada vuela la imaginación,
sé mi pasión, mi espejo y mi eco a la vez
golondrina mía, vente a tomar el sol,
tu desnudez me excita
y me hace perder la razón.
Búscame en tu memoria
no quiero que las nubes borren
los momentos de satisfacción,
de calor que pasamos los dos.
Alárgame tu mano, la alcanzo,
¿lo notas paloma mía?
que el corazón llevo descarnado,
y el alma volando hacia ti, como los pájaros.
A Poeta en Silencio y Alde les gusta esto. -
Bajo un cielo encapotado
un mar con una amalgama de grises desorbitados,
con mi alma cegada por el amor
un horizonte de ternura se tejía entre los dos.
Miradas sellando recuerdos hilvanados
con hilos pecaminosos, son atuendos
donde percibimos, resistimos,
nos hacemos ecos de sentimientos,
pestañeando hasta las cuerdas
de la guitarra que llevo dentro.
Cada suspiro es un silencio,
cada beso una nube desangrando
tu aliento un delirio saliendo
de la comisura de tus labios
en un portal azul descansando;
la fiebre, las exhalaciones fugitivas
que me conducen por la vereda de tu cuerpo
el sentir profundo del refugio de tu ilusión.
Esos ojos son fuentes frondosas
o manantiales del cielo,
magia de los silencios cuando nos miramos
y detenemos el tiempo,
estremecimientos con sólo tenerte delante,
sin palparte.
El fuego que desprenden las hormonas
que viertes empañan los cristales de la habitación
el rayo del amor la impregna de luz
y tú abres mi pasión como una flor.
Esas gotas que derramas cuando me abrazas
esos duraznos debajo de tu cuello son melocotones
suaves y sensibles al tacto, son rosados;
esa armonía, ese compás, ese murmullo,
ese gritar al universo de mis dedos,
escalofríos como las hojas
cuando caen en otoño.
Cuán breve es el tiempo cuando estoy contigo
cuando suena el tañer de las campanas
y tienes que marchar,
mi luz se convierte en tormenta
en lo misterioso y sublime
de pensarte y no tenerte.
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Quiero tenerte en mis sueños
amasarte tus cabellos como la ducha
cuando el agua se desliza por tu cuerpo
en susurros de sensibilidad, mi amor fiel.
Quiero ser tu luz en la oscuridad,
descifrar tu misterio en la inmensidad
de la vida que me das, tejer nuestra unión;
saber que te tengo aunque estés distante,
ser tu manantial, tu bosque amante.
En la noche, en mis sueños, tú habitas,
entre sombras y luces infinitas,
mi anhelo es fundirme en tu abrazo,
y en esta danza, encontrar la cascada de ensueño
donde construyamos nuestro reinado.
Con el sol hiriente atravesando nuestro lecho
y formando el arcoíris de nuestra pasión:
momento mágico de luz de nuestra unión
fraterna, duradera en el tiempo.
Eres mi sueño, mi anhelo profundo,
en tus brazos, encuentro
el mundo que da tranquilidad a mi alma
llevándola hasta un manantial de amor
en la quietud,
y bosque sereno en nuestra virtud.
Perderme contigo en un vuelo sin viento,
acariciarnos entre las estrellas y luceros,
ser la fusión de dos cuerpos en una melodía
radiante, donde Cupido sea el complemento
de nuestro fulgor eterno.A Poeta en Silencio y Alde les gusta esto. -
¡Oh mujer, ardiente, llena de pasión!
eres el sol de la sabana, los antílopes y gacelas
huyen de ti, les cautiva tu belleza, tu mirada
que quema y consume el fulgor de la mañana.
También eres devastadora
iluminando las perversidades
con tu halo maligno causas temor y respeto,
me llevas y me traes.
Me desarmas cuando muero de deseo
porque tu fuego puede ser devastador
en la noche del alma, cuando extingues mi llama
con tu bravura de guerrera.
Tus ojos brillan como estrellas en la noche,
hipnotizando y atrayendo con su brillo.
En tu presencia, la naturaleza se detiene,
ante tu resplandor,
porque eres una fuerza de la naturaleza,
una mujer ardiente e indomable.
Tu fuego ardiente quema mi piel,
pero el frescor de tus aguas me alivia,
y en cada sorbo, encuentro paz y consuelo.
Eres como un manantial en el desierto,
una fuente inagotable de vida y de calma,
que me sacia y me renueva con su pureza.
Cierro los ojos y dejo que tus aguas me envuelvan,
que me lleven lejos, a un lugar de serenidad,
donde solo existimos tú y yo,
en un eterno mar de sensaciones.
Apago tu llama con aguas delicadas,
que me hacen sentir plenitud y dicha,
y me sumergen en un mundo de pasión y ternura.A Ana Fabiana, Alde, Bernardo de Valbuena y 1 persona más les gusta esto. -
Tumbado, con la mente vacía,
a oscuras volando la serpiente
por mi nuca y el arrebato del ogro
por mi vista, estoy pensativo,
un problema de olivo viejo a la vista.
Caminando despacio por un afluente sereno,
dando quejas a mis huesos y mis neuronas
palpitando en un lago enfermo, así me siento.
Soy un monte incendiado donde no hay árboles,
una eclosión del pecado fuera del jardín de Adán y Eva;
un atropello en la calle, por el sudor de un tiro de caballos,
una terraza diabólica con unas vistas de Dios,
espectaculares.
Eres lo divino, rosales de otras vidas
deseando recobrar la apertura de sus rosas,
pétalos sedientos buscando manantiales
de unas grutas embellecidas, son ascua viva.
Venus en su divinidad,
Afrodita en lo sensual,
un castillo de fuegos artificiales
son mis neuronas al visitarte;
rumor de albatros gigante.
Unas ingles acaloradas
unas piernas erizadas
y yo muriendo de ganas
de blasfemar contigo
en esa cama mustia
de bacanales.A E.Fdez.Castro y Alde les gusta esto. -
Quiero conmover al aire, sentirme un libertino
añorar a mi amada, sin pensar en la mañana;
camino por la calle, me dirijo a tu morada
como las nubes buscando la borrasca.
Las gaviotas me vigilan y los rayos solares me protegen
de las radiaciones que proyectas en mi
cuando me contemplas, callada, taciturna, tan dulce
como la miel que las abejas producen
en familia, en su colmena.
De esta mañana calma, que enciende mi corazón
aunque esté zozobrando el aura de tu mirada
el umbral de mi sed se aplaca cuando preguntas
y las palomas te llevan el mensaje a tu cama.
¡Qué ha llegado tu amado!, el deseado,
con ansias lo esperas, como los rosales
esperan la primavera,
ilumina tu cara ese manto de violetas
que se han erguido al ver tu alma tan elevada
como el pico de la lejana sierra.
Tus ojos centellean, como los luceros
en la madrugada, cuando los murciélagos
juegan y anidan sus amores, en las oscuras cuevas.
Tu corazón palpita como el estrés en la oficina
donde escondes tus cartas de amor, tus deseos
más egocéntricos, esos que te llevan por senderos
prohibidos cuando ves a tu amor tan cerca.A Alde le gusta esto. -
En el susurro de tu voz, que me encanta,
mi alma despierta al toque de tu esencia.
En un vuelo en la noche se levanta,
buscando en tu pasión su referencia.
Tu poema apasionado me cautiva,
ritmo sin compás, melodía fina.
Canción lírica que el alma activa
una danza de amor que me ilumina.
Ondulada y tersa como la seda,
tu melodía me envuelve, me acaricia.
En mi ser, vibrante, se queda,
sutil tango que en mi pecho inicia.
Así, en tu voz que me hipnotiza,
mi alma halla su refugio y su poesía.
En el silencio donde tu amor camufla,
encuentro la eterna melodía.
Suave danza susurrando
llegas con las orquídeas en abril
y con mis flores de mayo te consagro
pósate en mi alma vibrando con pasión,
amor sutil, eterna canción.
En cada nota encuentro la armonía,
en cada compás, una nueva alegría,
como seda que acaricia mi ser,
tu música me invita a florecer
con la primavera del amor.
Baila en mi interior con gracia y ternura,
llenando de luz cada sombrío rincón,
perfumando mis días, marcando el compás,
suave canción que en mí siempre seas paz
mi más dulce temblor en esta árida vida.A Alde le gusta esto.
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