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Viendo entradas en la categoría: AMOR - Página 3
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En la penumbra de tu habitación
sobre la moqueta verde, al lado de la chimenea
tus suspiros danzan.
Almas entrelazadas como hiedras
vertiendo su flujo y simiente en tierra fértil
sembrada con raíces fortalecidas
en vidas que el tiempo desvanece.
Furia de la naturaleza embravecida
silencios que hablan en la sombra,
pasiones y anhelos desmedidos,
resplandor, unión eterna,
enlazados en una sublime canción,
una oda al amor.
En aquel oasis de bondad, germina el amor
se unen destinos con tesón,
cómo se construyeron las pirámides
o las calzadas romanas o los acueductos,
vergeles donde se ahogan los humedales
de la pasión, esa que nos une amor.
Eres luz en la penumbra, brisa en el desierto,
un refugio en la tormenta, una cascada en el cielo.
En tus brazos encuentro abrigo, en tu voz melodía,
eres mi anhelo constante, mi guía, el ciclón de tu vientre.
En tu esencia me sumerjo, por tus mares navego,
por las tempestades resplandezco;
eres mi panal de miel, mi dulzura.
El latido de mi cuerpo, la que colma mis deseos
como brisa que acaricia, conteniendo mi sudor
enredados en un abrazo eterno,
donde el tiempo se desvanece, amor.A Alde, Ana Fabiana, Juglar español y 1 persona más les gusta esto. -
Como árbol, elevando su elegancia,
mi persona se derrite;
beso apasionado, envolvente,
devorando y quemando como mar de fuego,
acariciando mi orilla donde el agua se mece
y el aire se estremece.
Nube agitando el cielo, aliento de paloma,
perfume embriagador de riberas,
deja que las aguas sigan su curso,
deja que este momento sea mío,
entre el susurro del silencio y el eco del destino.
En la vastedad del tiempo te deslizas
entre el prado y el sueño efímero de mi cuerpo,
vibrando mi hoguera encendida,
en los páramos yermos de mis sentimientos,
sintiendo que me recorren tus caricias
de diamante eterno.
Cada minuto, efervescencia de mis fuegos, eres mía
una voz en mi sangre, una caricia al compás
del vidrio delicado de fuelle de fragua, de hechizo de luna,
un renacer nuevo, una oquedad llena de jugos lastimeros.
Entre tus brazos mi mirada se pierde,
entre las sombras de las nubes,
la intensidad del ocaso,
el momento celeste que nos conmueve.
Siento que me recorres con tus caricias
y la blanca ternura embarga mi mente de soliloquios,
llenando el espacio,
que explora las profundidades de la estalactita de tu cueva
en cautelosos momentos.
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Amor, distante te siento
como una llama que arde en mi pecho
un fuego que nunca se apaga
una pasión que nunca se desvanece
es eterna como los ángeles del cielo.
Cada noche miro a las estrellas
susurrando al viento mi amor
esperando que llegue como un arcoíris
que te envuelva como abrigo.
En cada suspiro te llevo conmigo,
en cada estrella te busco
entre los mares, en los confines
del mundo.
Amor, un susurro en la noche,
una llama que arde con intensidad,
un sentimiento que despierta la felicidad,
una noche eterna de luna llena.
Nuestro amor perdura, no conoce fronteras
ni cataratas insalvables, ni bosques lleno de trampas
es una pasión que nunca se apaga
como el sol o la luz de tu mirada.
El agua de nuestro amor corre con bravura
por saltos y valles, con ruidos estridentes
formando espuma, es un alma fuerte
brava y cristalina.
Nuestro amor es una risa eterna
en un mundo de horror y tristeza
imagino tus besos, tus caricias
nuestro amor es un volcán
en erupción permanente.
Es un sueño de un corazón
que espera sea permanente
como la tinta
con la que escribo este poema. -
Avanzando por el centro de tu vida,
una pedalada a la luz, una bicicleta subiendo
una rampa de mucho suplicio,
una proeza osada en el jardín del hechizo
de tu cuerpo.
Soy un gorrión
yendo y viniendo, eslabón perdido
de una pesadilla consciente.
un canto a tu naturaleza,
una esperanza en mi pensamiento.
Eres bote de vida, un torrente
junto a mí, mariposa;
una acequia siendo manantial en tu estuario,
un saxo melancólico viviendo
en mi pecho.
Soy la azada de tu huerto,
el consuelo hecho fruto jugoso,
tronco de árbol o rama que te mece,
la lascivia de tu cuerpo
cuando eres mía
al amanecer el día.
Al atardecer eres melomanía,
un concierto de Mozart, una lira
sonando en una sonata de Schubert,
relajación de mis penas y consumación
de mis dichas.
Mirarte paseando es contemplar
un lienzo de Renoir, su colorido y pasión,
eso eres tú mi amor.
Por la noche lujuria, deseos de ser tuyo,
me poseas, me arrulles con tu cuerpo extendido
sobre el mío, cómo espuma deslizándose.
Una mariposa revoloteando por mi vientre,
yo estremeciéndome , eres poesía
y en ti me cobijo, eres lo más bello
la primavera del lirismo.A bristy, Guadalupe Cisneros-Villa y Alde les gusta esto. -
Todo tu cuerpo es mío,
como el aire que respiro,
caracola sin mundo, abriendo tu casa
a la fortuna de la dicha
de tenerte conmigo, sol de abrigo.
Al amanecer trigo limpio,
calor de chimenea, seda tu piel,
abrazo de alborada,
cuando te miro y me sonríes,
el saludo del sol sobre el agua translúcida
cuando veo tu cuerpo tendido.
Cuando no estoy en casa,
sueños de árboles gigantes,
vientos de vuelta me sobrellevan
por árboles de colores del paraíso
de nuestra ansiada espera.
En el ocaso rayos hirientes,
mariposas rosáceas, pasión rojiza,
el mar de nuestra vida se alía en una fiesta
de miradas cómplices, brillos estridentes,
sonrisas como la vida llenas de aire,
de existencia sublime, amor ardiente.
En nuestro lecho de amor,
ángeles celestiales
tocando clarines de ensueño, amada mía,
Dios hecho presencia, paraíso consumado,
La esencia del amor hecha brasa.A bristy, Guadalupe Cisneros-Villa y Alde les gusta esto. -
Eres amor creando sonrisa
en mi cara de lucero muerto,
soy tu ilusión dorada,
dardo penetrando en la felicidad de mi mente,
corazón de orquesta en tus falsos pliegues.
Facilitas el devenir de mis días,
eres galante, intrépida, nube caminando,
pensamiento sin titubear, casa amada,
luces derramando mi pulsar inquieto.
Amada ignota, torbellino de amaneceres
revuelto con ocasos de diosa indeleble,
repentino fulgor de vida, mi osadía se clava
en la tuya, como mis ojos en tu mirada.
Amada alegre persuasiva, yo la montaña
que te destroza, con sus torrentes de vida,
botando de piedra en piedra, rebotando
en tu dicha, produciendo el crecimiento
de mis estrellas en tu cielo.
Oh amor, vilmente vilipendiando
desdicha de mis saberes, rosa
de mi tejado, cortejando a un ciempiés
santo y seña, de un hermoso amanecer
de víbora acurrucada en flores de plástico.
Hoy, tú, rayo misterioso te has partido
en mil pedazos, como el vidrio de mis ojos
triste, anidado en el cirro de tu nube,
enquistado en mi sollozar perverso,
como un papel que el viento se ha llevado.
Deambulas tú, hermoso amanecer marchito,
soles de nitrito, pulmones de esponja,
pájaros de cartón, enrabiada rama de árbol,
elasticidad de las nubes, convierte el llanto
en sonrisa de lirio, o espasmo de santo.
No te vayas catarata de mis sueños,
brisa que todo lo inunda, sabiduría
de maestra de partitura, elévame al
paraíso de los dioses de los aires eternos,
o simplemente se enlace inconexo
entre átomos en el tiempo. -
Viendo la llama de tu cuerpo
entre las sábanas,
tu palpitar sereno,
soy vagón de tren circulando
por el vergel de tu semillero.
Paraíso soterrado,
abandonado del hedonismo,
tal vez desecho de la apatía,
mustio, agonizante
como un cervatillo herido.
Reclamo mi parte del pastel,
endulzando tu carácter,
con almíbar y mermelada de miel
como las rosas que florecen
encima de tu vientre.
Mujer triste, inquieta ,
con aire insigne,
quizás, como el rayo
debes retar a tu naturaleza,
clamando al cielo que dejes de ser pureza
y te conviertas en fuego.
Fuego, ascua, ceniza, crepitar de huesos,
manos alargadas, sabuesos dentro,
soy cobra que besa con lengua viperina
bordeando las cimas de tu valle fecundo.
Mujer, conmuévete,
que tu sangre fluya
como acequia con motor potente,
bombeando tú débil cuerpo de manzana tierna,
cielos rosa se abrirán,
componiendo un lienzo de estallidos de fresa.
Anacoreta de la vida soy,
quiero tu simiente en la mía,
capullo de rosas abierto
seré el manjar de tus deseos,
falacia de tu perdición,
perdición de tus sueños en los míos,
en un mar de tranquilidad y sosiego.A Poeta en Silencio y Alde les gusta esto. -
Tus manos, seda de Nepal
abriéndose son alas,
acariciándome como plumeros de algodón,
una sonrisa al alma,
un abrazo fraterno.
Por la mañana manantial de vida,
susurro al viento, candor de brisa,
desayuno reponedor,
un vuelo rasante de amor de una gaviota.
Son silenciosas, las toco y palpito,
senda descrita en manuscritos,
ola meciendo el cabello,
suavidad de caracoles con babas
cuando me sientes dentro.
Forma de rama de árbol,
cuando se balancean
delicias de sol,
agua caliente son tus dedos,
cabos flotando sobre tu cuerpo,
eslabón perdido de adán y Eva
en su cautiverio.
Duras, duro mar, azul de cielo, rojos,
rosas, parpadeantes y muertos de oscuridad
así es tu tejado de nácar sereno,
todo lo que haces lo haces por mí
arrecife de coral, paraíso eterno.
Tú, cuerpo de guerrera,
madre de mi ensimismado deseo de tenerte,
tienes los dedos
como filos de espadas;
agradezco al aire,
a la creación del universo,
tener un par de guantes
que me hipnotizan,
me llevan al cielo. -
Cuando no te tengo
corona de espinas en mi cabeza siento
circundada de penas,
yerta de enraizamientos inocuos de tus venas,
soy un maravedí
en el zoco de tus deseos.
Si soy vuelo, escarcha y rocío eres
en un mar de acebuches ensangrentado
de lágrimas derramadas
por no tenerte paloma mía.
Te deseo como el colorido a la primavera,
te necesito
como tu vientre al hijo de tu amor,
sangre de tu sangre, huesos de los tuyos,
carmín colorido de tu vida.
Tu compañía me libera de mis maldades,
soy una acequia de alondras
mirando al sol de tus cabellos,
olor a hierbabuena
cuando me clavas tus ojos
como estacas en los míos
grama de mayo en el campo.
Quiero comerme tus rastrojos,
dejar de ser aventurero de tu falda,
ansiarte cómo la tierra a la yunta
que le da aire y aliento,
o como la cama absorbe nuestros sudores
cuando no tengo corona de espinas, cielo.A bristy, Alde y Ana Fabiana les gusta esto. -
Sé mi amor,
mi estrella del tiempo
un lucero sediento.
Soy el eslabón
de la cadena de tu amor,
sobre manantiales de lujuria,
andas buscando un intercambio oxidado,
antes de ser la inspiración de mi aliento.
La corona de la aurora de tu sentimiento,
en el valle donde juntamos nuestra soledad,
nuestro desaliñado aliento,
dolores de huida,
retazos de mi entrepierna en tu pelo.
deja que emerja entre tus silencios.
Decir adiós a la tristeza,
es liberar el alma herida,
es dejar atrás la triste despedida,
y encontrar paz en la fortaleza.
Decir adiós a la tristeza,
es dejar de lado el lamento,
es confiar en su divino aliento,
y sentir su amor con gran certeza.
Decir adiós a la tristeza,
es abrir el corazón a la esperanza.
Es soltar las cadenas del dolor,
es buscar en él, el consuelo y amor,
y en su abrazo encontrar la belleza.
Decir adiós a la tristeza,
es elevar el espíritu hacia lo alto.
Es transformar la pena en gratitud,
es encontrar en él la plenitud,
y en su amor recibir la recompensa.
Las ansias de la misericordia navegando
en olas gravitacionales que encandilan
la honorabilidad del corazón plumado
por el hedonismo. -
Déjame verte
cuando en el techo, de mi vida,
estando en mi porche
relajado, aparezca la noche.
Llena de ojos burlones
que nos vigilan sobre un manto negro
que contraste con el brillo de las estrellas,
los soldados de la noche.
Déjame acariciarte
cuando mi amante, la luna,
venga celosa de ver cómo te admiro
aunque tú no seas roja, sino de plata
o quizás de hojalata.
Déjame decirle a ese sol rojo
que se despierta por la mañana
te traspase sus tonos
a ti, luna amarillenta,
con carita de enferma.
Lléname, luna roja,
de jugos de sangre,
especialidad de la casa
cuando mi cuerpo pasa hambre.
Hambre de amarte,
tenerte entre mis brazos
como los adolescentes
cuando juegan a quererse
en mitad de una fiesta.
Besarte, con miel y limón
o zumo de fresa
sobre tu cuerpo,
una delicia aspirarlo con suma delicadeza
como se doblan las prendas
más delicadas de mi princesa.
Oliendo a yerbabuena
tu amor exultante
como un lirio que ama a la abeja
de sus suplicios y sus lamentos más profundos
porque hurga
en lo más profundo y sagrado
de su cuerpo.
Ese cuerpo de onda,
que muere en mi orilla
cuando el sol se levanta
y la luna se acuesta.
Me tiene caliente el alma
frío el corazón
y siento destemplanza
como el virus le causa a tu cuerpo
cuando falta la vitamina del amor
en un teatro donde nada falta.A Alde le gusta esto. -
En el eco del silencio, una mirada embalsamada,
una oración al corazón, nuestras almas se encuentran,
enredadas en un baile de amor y esperanza eterna.
Tu mirada penetra, mi ser se estremece,
en cada susurro, el amor florece,
en medio de la pasión
y necesito refugiarme en tus brazos.
Siento que te amo con el alma enardecida,
y en tu abrazo encuentro la paz prometida.
Tus palabras son caricias en el aire,
y tu mirada enardecida
se clava en la diana de mi corazón.
Es un pacto sagrado que nos hace amarnos
sin reparos, sin desaires; cuando estás te quiero,
cuando no, eres mi sepultura, muero
cuando no te veo, no te siento.
En el silencio sepulcral, se fragua nuestra unión,
emanando ternura, primavera de color intenso
que en mi corazón penetras anudando nuestra alma
en un lazo que no entiende de distancia ni confusión.
Escucho tus latidos, melodía celestial,
en tu triste mirar, el amor esencial.
quisiera como las aves volar, penetrar
en tu habitación y que nuestro cuerpo y alma
sean solo amor.
Fundirnos en un abrazo que traspase lo terrenal,
dos almas en comunión, en un amor sin igual.
Que perdure este sentir, esta pasión sin final,
en la eternidad de nuestro querer,
en lo más profundo, inmortal.A Ana Fabiana y Alde les gusta esto. -
En el silencio de la noche estrellada,
me embriaga el misterio de tu amor.
¿Cómo expresar lo que llevo en mi alma?
¿Cómo soltar este sentimiento ansiado?.
Ante tus sueños que tejen universos,
me acerco de puntillas, con amor embriagado.
Tu paz dormida me llena de versos,
y en un susurro te entrego lo anhelado.
¡Te amo!, resuena en la quietud etérea,
como eco de un corazón enamorado.
En cada latido, en cada quimera,
te entrego mi amor en un suspiro alado.
Que estas palabras encuentren tu alma al crecer,
y en tu mundo interno se queden grabadas.
Mi amor por ti no dejará de crecer,
en cada amanecer, en todas las miradas.A Alde le gusta esto. -
Viniste a mí mundo como una caracola,
ser tu casa deseaba, te di mis mimos,
mis seguridades, mis miedos, tapaba los tuyos
como un pantano tapa el discurrir del río.
Quise ser el dueño de tu espacio,
el alma de tu viento,
el despertar de tu sueño,
los colores de tu cuerpo.
El blanco era seda pura, delicia de ciegos,
sutilezas andando como la brisa,
sin ruido, adormeciendo tú helado cuerpo,
incendiando la mecha del cañón para el disparo fraterno.
El negro bosque de carbón, aquelarres en tu interior,
miel caliente, endulzaba nuestra unión
de desnudez en un paraíso eterno
lleno de ingravidez.
Los grises mar enfurecida,
voces de lascivia derramando codicia,
entraba en tu mundo, salía del infierno,
era pétalo abierto en el seno de tu vientre,
compañero eterno, sed de lujuria en el laberinto
de los corazones acelerados por el pecado.
Los rojos, tú pasión convertida en hoguera,
campo de tulipanes estremecido por el viento,
molino produciendo manantial de agua, regando tu cuerpo
con orquídeas y violetas, sudores de incienso, vibración de látigo,
montañas descendiendo a los valles, ecos de murmullos de muerte,
de un sentir que me llevaba al delirio del descanso eterno.
Una felicidad inmensa en la tautología de los tiempos.
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Se me olvidó decirte algo
mis canas ya tiñeron, quizás
el huracán de tu cuerpo me distrajo,
y no vi la luz que sobre tu aura iba brillando.
Se me olvidó decirte algo
ingrávida criatura, rosa dormida,
tus tallos florecen en mis manos
como enredaderas trepando.
Se me olvidó decirte que tus roces
por las noches, encendían mi fuego,
noche fría calentándome, dulzura, recuerdos
de braseros en el cielo a mí venían volando .
Bebí el zumo de tu boca,
néctar de mi vida,
tú me resucitaste de mi silencio,
convertiste en luz la maldita oscuridad.
Trepaba por la altiplanicie de tu espalda
sintiendo cómo te desmoronabas
rama quemada, volando hasta las montañas
del pecado, delirios extremos comunicando
sentimiento profundo, inmortalidad del alma.
Todo lo tuyo lo hacía mío, tú risa,
tus brillos diamante, tus pechos ,
zumos de miel en mi boca
con sus botones de fresas frescas.
Se me olvidó decirte
que ardía contigo,
mezclábamos nuestros jugos heteros,
nos alimentábamos
éramos latidos y muerte, te poseía, te desvestía.
Eras una polvareda que envolvía mi cuerpo.
Se me olvidó que quería ser tu pasión,
fuego, delirio, tus temblores sublimes,
te recorría como la crema penetraba por tus poros,
me adentraba en ti,
fuiste principio y fin de mi universo.A bristy, Ana Fabiana, Sasha. y 2 otros les gusta esto.
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