1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Viendo entradas en la categoría: GENERALES - Página 2

  • José Valverde Yuste
    IMG_20170722_174340.jpg


    Cuando el sol llorando forma
    una cortina pálida rojiza entre el horizonte, y el cielo
    sangra sobre el mar azul, enciende mis ojos.

    Entonces,
    el día está amaneciendo.

    Músicas, susurros, imágenes, sonidos…
    Alterando mis biorritmos me emborracha
    con ese lienzo digno del mejor impresionista
    que los colores de los tulipanes le cegaban la vista.

    Nervio óptico cortado con la guadaña
    de la exquisitez de la belleza divina.

    ¡Oh naturaleza!, inauditos escalofríos en mi provocas,
    eres luz y oscuridad,
    belleza y estruendo,
    bondad y maldad,
    amor y desamor,
    anhelos, sentimientos que engullen
    mi soledad, reptando hacia mí,
    el óleo de la divinidad, de la belleza de la felicidad...

    Dame el foco pálido de la noche
    su cuna, la amada de los luceros,
    el rayo rosáceo de dónde nacen las galaxias,
    el resplandor del big bang.

    Dame el recorrido del sol, de la luna,
    de las brujas en su oscuridad, de las ánimas
    en su maldad. pero hazme feliz como eres tú
    con todo lo que puedes contemplar.
    A bristy, Alde y Ana Fabiana les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    IMG_20191017_075412.jpg

    Aquella mañana, presagiaba un bonito día,
    el sol se despertaba con alegría,
    aunque encapotado el cielo estaba.

    Sus tenues rayos al amanecer servían
    para calentar mis manos adormecidas.

    Aquella mañana me esperaba mi niña,
    aunque el frío podría ser un obstáculo, era
    yo, quien me ausentara porque algo urgente mi cuerpo pedía.

    Quizás armonía, que todos los elementos de mi cuerpo
    son como un reloj suizo sincronizado con sabiduría.

    No sabía qué estaba pasando pero sufría,
    sufría porque creía iba a perderte, porque me iría.

    Un aire grotesco se levantaba y entonces ya no vivía,
    creía que estaba en otra vida y tú mientras tanto, sentada ,
    mirando, controlando mi ausencia; preocupada, en velo
    tu cabeza movías de un lado a otro esperando la señal y no llegaba.

    El abismo de tu distancia era más grande aún, pero no podía dejar
    de pensar en ti, en nuestras vidas, tan solitarias, tan unidas aunque
    sólo fuese por las vibraciones que me transmitías en aquella casa
    tan grande, tan vacía, tan llena de recuerdos de sensaciones vacías.

    Quizás esté obcecado con las cosas negativas, momentos
    alegres, también hay. Sudores de excitación, de locura,
    de un amor desmedido que conmueve nuestro ser
    desde la más tierna niñez, relucía en nuestros corazones
    como el oro en tus dedos embriagadores.

    Nos entregamos con pasión, ternura, excitación mutua.
    ¡Qué felicidad, de locura!, era el hombre más feliz del firmamento
    por nuestro amor exacerbado, nuestros momentos de empatía.

    Esta urgencia, que estallaba en mi mente, en mi cuerpo
    en toda la constelación de este ser viviente
    es lo que quería transmitirte hoy vida mía
    y no te preocupes, porque llegaré sulfurado, pero llegaré
    porque esto que siento por ti, no lo roba ni la muerte, vida mía
    A Ana Fabiana le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    Qué ternura
    ver mover tus hojitas
    con la delicadeza
    de la brisa fresca.

    Que te mueve sutilmente
    como se mueve una barquita
    sobre el lago cuando está muerto.

    Qué gusto pasear por tus alrededores
    en mañanas o tardes de primavera
    ese verdor de tu suelo me fascina
    me lleva a otras tierras.

    ¿Acaso el iris miente?
    acaso no eres así
    es un sueño porque
    yo quiero verte tan seguro, tan tierno.

    Esa delicadeza como los nobles
    saludaban a sus altezas
    esos lirios sobre tu cabeza
    tan sutiles, tan tibios, tan tersos.

    ¿Acaso sueño con parajes de ensueño?
    eres tú lo que veo, con tu serenata de luna
    con tus manos suaves como el algodón
    tu corazón ardiente como la hoguera.

    Quisiera siempre fueses realidad
    y no un misterio de mi mente
    quisiera me pasearas tú, en vez de yo a ti.

    Quisiera ser como tu paisaje de ensueño
    que refresca mi alma
    cuando está acalorada y sedienta
    y ya no siento, todo es lamento.
    A Alde le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    PSX_20210515_182442.jpg

    Mi vida ha sido tuya
    he navegado por tu cuerpo
    y tú por el mío
    entre jugos de deseos
    lagunas blanquecinas
    que corrían por mis dedos.


    Mi juventud dorada

    te he regalado
    navegando por mares
    de relucientes aguas
    de color esmeralda.


    Mis espacios soñados

    los he construido contigo
    planes increíbles,
    sueños de marquesado
    soñar volando por las nubes
    de nuestra vida, construida
    con un azaroso trabajo.


    Mis lagos han sido muchos,

    aunque hay más arroyuelos
    que oasis secos;
    hubieron charcos profundos
    que sigmas han provocado;
    en nuestro amor tan tierno,
    tan puro, como un valle no contaminado.


    Mis pensamientos revolucionarios

    un cura solidario, los ha creado,
    no rompió el celibato,
    fue ave de paso, que su semilla
    fecundó mi destino,
    mi peculiar visión de la vida
    ciudadanos del mundo somos,
    en la misma balanza compartida.


    Mis noches templadas

    a la luz de la luna llena,
    un rayo de luz emergente
    entre tu cuerpo y el mío,
    rayo y trueno siempre unidos
    y siempre tan selectivos.
    A marlene2m y Alde les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    woman-570883_1280.jpg



    Sonando el despertador de la mañana,
    los pájaros trinando, despertando
    al sol de su sueño, el flequillo va levantando.

    Rojos, rosáceos, marrones, el iris se abre
    como la puerta de la mañana se va abriendo,
    el cielo llora sangre, el agua se enrojece,
    recibe lentamente la luz del dios astro.

    Levantándose ilumina el paisaje,
    despidiendo a la luna
    deshaciendo la fábula del cuento
    que estoy viviendo.

    Soy pasto ardiendo en el bosque del deseo,
    los rayos del sol, tras las oquedades de los rutilantes
    árboles, me ciega. Ando rodando ladera abajo,
    como el ciego, cuando el viento lo va balanceando,
    como las olas se mueven risueñas y contentas.

    El valle me cobija, la nube me escribe,
    la memoria del camino me corrige,
    soy jilguero en la cresta de tu ola,
    roble lastimero que me arrullas con tu credo.

    El arroyo me conduce por senderos de paz,
    las rocas me alegran el ambiente, en esta morada
    de virginidad concupiscente, eterno exiliado,
    buscando territorios nuevos.

    Las fragancias que huelo, la tranquilidad
    que transmites en este mundo obsceno,
    es un regalo a los dioses, y una oración
    al cielo.

    Las flores cantan, las margaritas risueñas
    se levantan temprano,
    arriba en el promontorio, un galán bien entrajado
    me lleva en volandas hacia el cielo
    me recibe la luna riendo
    ha llegado la noche oscura en silencio.
    A bristy y Alde les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    IMG_20220805_193849.jpg


    Siempre las mismas notas,
    los mismos recuerdos,
    sofocante calor, frío invierno.

    Árboles desnudos, otoño inmundo
    árboles vivos, con su capa de primavera
    y su colorido de feria.

    Por las mañanas
    cuando el pájaro canta
    aún con la oscuridad dentro de la noche,
    salíamos a faenar al campo.

    En verano tocaba magrear las cepas,
    moverlas con tanto esmero
    que parecían tus amantes,
    arrancándoles de su alma,
    a su hijo, el racimo de uvas
    tersas y dulces como tus labios, cielo.

    Esos cuerpos deshechos de no dormir,
    curtidos como la roca del viento,
    de la lluvia, lamentos y quejidos del día,
    que iba viniendo lentamente
    pero inexorable hacia nosotros.

    El tiempo de oasis secos
    tormentas sedientas
    pasó por mi envenenado
    corazón de espinas sin flores,
    el río que baja mansamente
    se llevó la inmundicia
    que cabalgaba por mis venas,
    me asía a la estaca atado sin reacción,
    era un pájaro sin alas.


    Ahora sobre aguas mansas
    transcurre el barco de mi vida
    Sin oleajes, ni marejadas,
    ni mares gruesas, revueltas ansiedades prescritas.

    Como el viento se lleva
    los nubarrones negros,
    ese agua limpió los peajes de mi autopista,
    y hoy aparece ante mí, la luz
    esplendorosa de la vida.
    A Alde le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    IMG_20190803_131329 (1).jpg




    Las tardes de otoño
    con su tristeza mueren en mi ventana
    como yo desfallezco en tu alma.

    Un jilguero cantando,
    una voz callada ,
    dormir en tu vientre,
    cantar a la mañana
    que te quiere, mi adorada.

    Tú, mariposa, ensimismada
    con tu mirada alumbrando el horizonte,
    en un mundo de fantasía,
    enloqueces mi atardecer de luces naranja.

    Aturdidas auroras de plata
    alimentan tu aura y yo, mientras,
    corazón mío , penetro
    como brisa marina en tu cama.
    A Ana Fabiana le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    P1010125.jpg


    La copa enrojecida oyó el ruido
    cayó al suelo lastimeramente
    como un lucero.

    El valle murió, se quedó seco
    las sombras de su memoria me invaden
    como un eco en mi cuerpo sediento.

    Sombras de aguacate, valle sediento
    las nubes pasaban riendo,
    no vertían sus lágrimas,
    estaban secas, como el viento.

    Un diamante sin destino
    un oro divino, venido a menos
    porque el dichoso tiempo enfurecido
    la temperatura ha subido, y el fuego
    con su delirio, el hambre ha entristecido.

    Ya no hay luz en el cielo
    se ha oscurecido de momento;
    una frustración, un brillo sin candor,
    un caudal de lágrimas invadía
    mi pena.

    Madejas de esperanza
    añoraban el susurrante ruido
    del río y, los agricultores se sentaban
    mirando al cielo, por si aparecía
    una nube llorando.
    A Alde le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    BLOIS 18.jpg




    Si no vienes, mis noches son frías
    sin tu compañía, estrella mía,
    luciendo en el paraíso de mi utopía
    alimentas mi lírica.

    Te gusta preguntar acelerando mis respuestas
    aromatizadas de amor refrescante,
    enlazando mi seda con ese brillo convulso,
    dibujando arrecifes de belleza embelesada,
    corriente devoradora llegando hasta mi como una boa.

    Eres castigo o cielo, bondad o desasosiego
    mundo errante en el centro del verso;
    mi mente dormida en voraces recuerdos
    viviendo aquella otra vida, cuando los árboles
    mimaban a sus retoños, y yo te quería abrazar
    con mis manos extendidas al cielo.

    Voces vivas alimentando mi ego,
    cuando la felicidad es el destino de este viaje
    cuando por ti circula la sangre de mis venas,
    ser lánguido y taciturno cuando te contemplo.

    Cuando mi corazón arrastras
    a la inmensidad de tu océano,
    soy un maremoto en el vergel
    del amor y el aliento.
    A Alde le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    12584965625_b6d8282e32_h.jpg




    Un pueblo blanco,
    unas tejas llenas de musgo,
    eres mi realidad, un sol encendido,
    una vanidad hecha recuerdo.

    Te has desprendido de la montaña,
    sorprendida te reclama,
    ahora eres cauce, cañada,
    aliento de turbias aguas
    que de vez en cuando te lavan la cara.

    Por tus calles empedradas
    andan hombres comiéndose el aliento
    bregando con sus manos, tus terrenos empinados,
    pulmones desgastados , polvo cortando el aire
    pañuelo ennegrecido de sacar los lodos, lamentos.

    Alguna moza sueña con su príncipe
    y volar en su carreta,
    los niños ajenos al temporal juegan.

    Hileras de humo te contemplan
    volando hacia la eternidad,
    es verdad que te he querido y te quiero,
    me hubiese gustado que fueses viento,
    y me llevases volando
    a los sueños que aún tengo.
  • José Valverde Yuste
    IMG_20220716_220135.jpg




    ¡Oh sol!, que apareces como un muro de fuego en las auroras,
    cuando vences a la luna en el campo de batalla
    cambiando llantos por sonrisas, y las miradas frías
    se convierten en cálidas bienvenidas.

    Eres hermoso como la rosa abriéndose
    a la mariposa, llenando de sueños mis versos,
    con tu mirada hermosa y profunda,
    hinchando mi corazón de petunias
    inspirando mis pensamientos, bajo los efluvios
    de aquel abnegado sentimiento.

    En cada poema tu presencia percibo,
    eres como un dulce susurro del viento.
    cautivo de mis ojos te siento, sol de verano
    de invierno.. de mis dichas y mis deseos.

    Eres aroma a sangre circulando suavemente,
    me das la vida, quiero ese sol y su mar de lente resplandeciente,
    quiero a mis lirios debajo del llanto de las nubes,
    tu ternura, ahogado sentimiento de sueños ardiendo.

    Eres inspiración sobre la que mis versos se duermen,
    se enternecen como antorchas encendidas;
    en cada poema eres mar de ternura dando
    vida a mis sentimientos, penetrando mi opaco cuerpo.

    Eres la luz de la vida, la pureza del amanecer dormida
    venciendo a la noche oscura, soy tu esclavo
    quiero ser un arpegio de tu vida, una sonata,
    un concierto de fuego donde tú seas mi compañero
    hasta el ocaso de mi vida.

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/

    http://www.mundopoesia.com/foros/blogs/jose-valverde-yuste.118385/

    [​IMG]
    #1
    José Valverde Yuste, Hace 4 minutos
  • José Valverde Yuste
    P1010619.JPG




    Quiero caminar por la vida
    como lobo hambriento,
    como caminan mis sentimientos
    por los prados, por los recovecos,
    por los recuerdos de una vida
    dudosa, frescura de manantial sereno.

    Quiero ser compañero
    del vecino del barrio donde habita
    mi alma, un poco cansada, pertrecha
    de un silencio adormecido imperturbable.

    Una luz en el ocaso,
    un arcoíris en la mañana,
    un seductor acomplejado,
    o mejor, un acomplejado seduciendo.

    Quiero ser las piernas
    de mi amada por la mañana,
    un jilguero abandonado
    después de poner sus huevos,
    una lumbre que te caliente
    cuando sientas frío,
    la soledad acompañándote.

    Quiero cocinar contigo, beberme tu aliento,
    ser un conquistador sin destino, un amante que no ama,
    un suspiro que nunca ha salido de la garganta,
    un sonido silenciado por la campana del destino.

    Llévame por caminos anchos,
    de felicidad, donde no exista la oscuridad,
    solo luz y poesía.

    Quiero ser un fantasma del tiempo
    coronando valles desiertos
    un estupor de la luz
    una obcecación en la noche.

    Quiero ser aire, susurro,
    lamento, brotando de mi dicha,
    mi juventud eterna.
  • José Valverde Yuste
    P1010545.JPG



    Contorno de la gracia humana,
    perplejo me quedo mirándote,
    mancha inexplicable azul cielo,
    corazón de dragón cuando ruges en el infierno.

    ¿Por qué me miras mar?,
    con tu espalda plateada
    ondulando al hablar tus montes de espuma,
    canción romántica o furibunda dependiendo
    de tu estado de ánimo, estimado compañero.

    El frágil cristal de tu mirada taciturna
    me envuelve en añoranzas del pasado;
    mar malhumorada, espumosa,
    gas lacrimógeno son tus lanzas.

    Quiero ser cómplice compartiendo
    tu silencio de hada inquieta;
    mi infinito dolor te contempla
    en tu línea divisoria entre lo finito y lo infinito
    que mi vista alcanza con su catalejo de proa.

    Cajón desnudo, sin paredes, ni muros,
    alma inquieta que inquieta la morada de los mortales.
    Tú, inmortal, escribe con el corazón de la mirada
    y el amor de los pájaros cantores.

    Espero la salida del sol en tus cabellos,
    la sangre en el mar de los indefensos,
    la claridad de tu amor hecha verso.

    Algo sentí, un golpe de voz, una suerte liviana,
    inexpresivo caracol de cremas afrodisiacas
    insensible mar, vomitas barcos hundidos,
    náufragos perdidos, amores encolerizados.

    Quebrado pececillo contorneado, colores de ensueño
    en arrabales marginales de tus profundidades,
    olas que acarician destruyendo a su paso:
    húmedo lago de sueños imposibles, amarres deshechos,
    cadenas destruidas sin rosas ni claveles.

    El confuso enigma de tus virtudes envueltas en melancólicas
    historias macabras, en tu vientre han deshojado la margarita
    de ogro marino.

    La noche te ensombrece, la luna te emerge
    y tu bramas dulcemente a los amantes
    en tu acantilado alado donde acaba la corriente,
    donde la sangre es feliz, y los amores
    se marchitan de angustia luminosa, radiante como tú.

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
    [​IMG]
    #1
    José Valverde Yuste, Hace un minuto
    A Maramin y Alde les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    [​IMG]



    Una sombra en el olvido
    con tus hijos he crecido,
    como un huracán
    se alimenta de los vientos,
    tú me has dado el tuyo.

    Jugando contigo, andaba revuelto;
    he trepado por tu espalda
    y cuando mi amado sol
    en ebullición estaba,
    tapándome con tu paraguas verde,
    me cuidabas.

    He soñado contigo gigante adormecido,
    como sueñan los piratas con gestas desmedidas,
    otras tierras;
    muchas esperanzas cobijé
    debajo de tu falda.

    Cuando más apesadumbrado estaba
    me dejabas ver la luz
    de tu mirada, tan entrañable,
    tan mansa, borbotones de confianza
    penetraban mi castillo de esperanza.

    Caudal de rosas de plata
    son tus hojas de hojalata.
    sabia de mi sangre, enardeciendo
    mi espíritu volador de montañas.

    Le dabas de comer a mi hermana,
    la mula Peregrina,
    con tus frutos de chocolate,
    caviar de animales; riqueza de mi añorada
    juventud de pergamino enrollado,
    mojándome de sabiduría de papel amarillento.

    Padre de mi niñez,
    abrigo de mi esperanza,
    siempre te llevaré conmigo
    en el cielo, en las estrellas,
    o en la inmensidad de mi alma.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
    145526.jpeg



    Cuando la noche y el día
    conviven en armonía,
    cada segundo cuenta
    para diferenciar
    cuando es noche
    cuando muere el día.

    En aquel lugar,
    donde se funden
    el cielo y el mar;

    y los ojos,

    impactados, por la descomposición de la luz
    en tonos rojizos,
    como si manase sangre
    del horizonte.
    lloran de ver ese espectáculo
    tan maravilloso, efímero.

    Ahí es donde podemos apreciar
    ese instante no medido,
    ese fino hilar
    entre, cuando el sol se va
    y la luna comienza a despertar

    entonces,
    la noche ha llegado ya.
    A Melementos le gusta esto.