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Viendo entradas en la categoría: MELANCÓLICOS - Página 4
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Amor deshecho, humedades entrando
en la bahía, en el ocaso de nuestra unión;
deshilando el fino tejido que la hilandera
más brillante hubiese hecho,
obra inmortal de la modista de mi vida.
Amor de seda fina, de bronce encarnado,
encima de la chimenea, donde las telarañas tejen
sus redes esmeraldas.
Hoy ceniza, quemado por el fuego
de las pasiones más bajas que se instalaron
en mi mente marchita.
Sillas vacías, fotos llenas de melancolía,
por ver a la que fue y ya no está,
la dueña de mi corazón, desaparecida
como vuelo del humo, de la chimenea al cielo.
Destello de estrella fugaz, baja del cielo,
hazme tuyo de nuevo
como en aquellos tiempos felices
donde éramos la luz del tiempo,
el verano en el universo.
A Alde le gusta esto. -
¿Qué me cuentas esta noche?
¿Dónde te has metido cascabel insonoro?.
Buscando tus tesoros emigro con las aves
pudientes, con caracoles y cangrejos.
¡Oh corazón desvelado!, siente mi cuerpo helado,
calienta este trozo de roca, que hielo hervido parece.
Ventisca desolada, andas alocada, buscando
mi mundo ardiente de sal y yodo.
Pero te equivocas, lo buscas en el monte,
es en la mar de plata, su espuma blanca
la lleva en bandeja de esmeraldas,
¡Ay sal salada!
Que en mi alma eres roca
y yo ensalada en tu boca
de comensal de ayuno, en lugares
de vianda fácil, tal vez bajo el manto de la luna.
Te tengo en mi cama desangelada,
ángel abandonado entre las sábanas sombrías
de las tinieblas pensando en el pecado.
Éste no venía, mariposa sin colores,
corazón hercúleo ven conmigo, hagamos una fiesta
de trasiego a través de ondas hertzianas.
Te deseo tanto amor, que estoy hecho un lío
entre ventiscas, camas y tinieblas.
¿pero dónde estás?, no te percibo.
A Alde le gusta esto. -
Hoy en mi oquedad celeste
que parece ceniza, principio de la niebla
por la calima africana que nos envuelve,
el mar es una hoguera desvanecida
con colores de muerte.
Esto contemplo desde mi cristal
el jardín moribundo, de la sequía;
las nubes están peleadas con la Axarquía
un desierto de polvo y tropicales
incrustados en el alma mía.
Ese vacío siento en mi corazón
deshilachado de melancolía, hay otros momentos
de verdor extremo, donde las hormigas salen de su rutina
en el hormiguero, desfilando cuán ejército solidario;
ojalá fuésemos así aquí en el cielo, perdón en la Tierra.
Me estremece sentir ese vacío de amor
porque la soledad se apodera de mi bostezar amargo
y penetro en la profundidad de la tristeza
abismos que la vista quiebra.
Me asedian las sombras, tu cuerpo es niebla
ni lo veo, ni lo siento, es una herida convertida
en sal amarga, en vez de alabastro digno de rayos pálidos
de la luna, también cercada de presagios
donde se acurruca mi pena.
Hoy es un día gris plomizo, en mi corazón
y mi alma, susurros de desconsuelo
día oscuro y frío en el que veo mis lagunas,
porque siento vencedora a la muerte.A bristy y Bernardo de Valbuena les gusta esto. -
Me extasío en las olas de tu vientre
donde nada acaba, donde nada persiste
¡ay mi musa! dormida en el relente de la urna
donde el amor naufragando, muere.
Veo reflejos en tu tez donde el mundo se detiene,
agrestes lugares donde hombres y mujeres
se balancean, corriente irresistible,
fuego que incendia mi ser de cometa
donde la lujuria se ceba con heridas
que no sanan, monstruosidades esparciendo
lluvias y escarchas.
Cuando los nocturnos rayos nos atrapen
sobre el polvo cósmico de tu cabello, y amanezca
un nuevo día sobre la bóveda azul pálida, nuestra pasión
de aguaceros que golpean los cristales, se habrá extinguido
en una selva de estrellas y luceros.
A Alde y Ana Fabiana les gusta esto. -
Aquí yazgo solo, entre tinieblas
entre humedades y rastrojos
sobre manantiales secos y frescos
bajo los floridos almendros.
Mi vida ha sido rayo, volé como el viento
cabalgué sobre caminos sagrados,
crucé el destierro de los desheredados
de la tierra, oyendo sus gritos lastimeros.
Sacrifiqué mis días de frescura, cuando
las fiestas duraban días y las preocupaciones
estaban exentas de pasar por caja, eran porciones
del tiempo de algarabía y oleaje tenso.
Anduve por la ciudad deprimida, asfixiada
de humos, con dolor en la cabeza de los ruidos,
estresada, el tiempo era un avión de combate
rompiendo la barrera del sonido.
Intenté ser semilla, en vez de páramo
vida nueva en vez de fracaso exonerado,
de bailar en las barras de los bares
no ser rata de cloaca, ni saliva envenenada.
Amé como aman los pájaros su libertad
como el río su valle, como la montaña a la nieve
como el amante a la amada, como el fresco al verano
radiante de felicidad que vivíamos antaño.
Me quedé sin vista, sin gusto, sin olfato
fui perdiendo los sentidos de la vida
la belleza del alma, el amor del corazón
incluso la pena y la angustia.
La claridad se volvió neblina
el amor sarcasmo
la rutina era mi aliada
mejor estar aquí donde yazgo
junto con mis hermanos del pasado.A Alde le gusta esto. -
En los ecos de la noche,
van envueltos mis pensamientos
girando sobre la luna, como una bruja
con su escoba de oro de Capadocia.
Hay en mi luz un resplandor de sentimiento frío,
un corazón cautivo, un suspiro que llama
a la tristeza, un amor entrelazado a los susurros
palpitantes de la vida, de ostracismo, de grano de arena.
¡Vete! demonio del desapego, necesito olvidarte,
echarte de mi sangre, veneno que la muerte traes
a mi escalera, súbitamente, como las nubes
tapan el sol de la tierra y en penumbra la dejan.
No juegues conmigo capricho de la maldad,
penumbra de mi alma cariacontecida;
¿adónde vas solitaria y sin guía?,
acaso pretendes acabar con el silente cielo
que me alberga.
¡Oh!, luz de fuego, quimera de mi ocaso;
te maldigo, eres un maremoto en mi cuerpo,
las alegres amapolas del jardín lloran mi hastío,
enigma infinito de la creación eres, cloaca
de los sentimientos, un dolor derramando tormentos.
Soledad, vete, quiero luz y alegría serena,
caudal de pétalos en mi cama, noches de Perseidas
en mi corazón sediento de complacencia, en este
sumirme en la locura, a la que me estás sometiendo.
A agustinmenre le gusta esto. -
El sentimiento de soledad es más profundo que el propio hecho.
He olvidado tus huellas, ya no están en mi ventana,
ni en el alféizar; se han ido a vivir al paraíso del sueño,
son melodías inacabadas, cuervo negro que no pica.
Soy velero en un mar de espinas, ocultando mis penas,
mis manos derraman sangre, cada verso, cada letra
que escribo, es un pétalo de rosa enviado con el viento
una carta que nunca llega a su destino, un árbol carcomido.
Eres cigarra sin alas, agitando unas velas derruidas,
tu mirada ya no brilla, está opaca, como la niebla
cuando circula por los muelles, y no se divisan los barcos,
entonces, vuelvo a tomar mis vacíos para llenarlos de aliento, de vida.
Eres un monte que canta sus versos al viento,
una pena desgarrada, un susurro hiriente en la brisa,
un amor que arde convirtiéndose en cenizas,
pesadillas en la noche oscura de las almas perdidas.
Eres oscuridad sin sol ni vida, un trozo de madera
a la deriva, una copa de vino con éter, un atardecer
del crepúsculo, una roca curtida del viento que intento
soltar de mi mente, en este mundo de soledades, muerto. -
Hoy el amor ha venido a llorar a mi lecho,
una nana encubierta de tristeza,
bajo el manto de mis anhelos
le he cantado,
sombras cayendo sobre mi pecho.
Amor de ida y vuelta, pensamientos
frustrados yendo al limbo del ocaso;
felicidad yerta en un mundo de valles primaverales,
ahora convertido en cementerios espectrales.
Te perdí como los árboles a sus hojas en otoño,
como la hojarasca volando con el viento
circula a otros lares, a ninguna parte;
ahora sueño con cometas dibujando
tu nombre en los cristales.
Te he imaginado configurando tu figura
en las tinieblas, rompiendo cadenas
ser corazón libre, liberarme de esta condena
acotando mi tristeza, no quiero en mis pies
más sangre con espinas.
No vuelvas, ¿Dónde fuiste?
me dejaste helado, sin vida
alma errante en un paraíso sin luna
tengo el alma gris como el mar
cuando lo azota la tormenta.
Pusiste cerrojo al camino,
hoy quieres abrirlo
la llave se fue contigo
se convirtió en lamento.
Hoy, tu lago es una mancha azul en el horizonte
no brilla como antaño, está de paso
y mis manos espumaderas de
tu presencia, insinúan, que nuestros
sueños se perdieron en el camino.
No vuelvas, quédate en tu destino
con tu silencio.A Alde le gusta esto. -
Te pienso en mis noches de insomnio
vienes como la niebla abrazándome
suavemente, acompañando mi soledad
apareces súbitamente.
Tras la eclosión de la oscuridad
busco tu mirada, alargo mi mano
y no encuentro nada, misterio silencioso
de sueño desencajado.
Te rozo y no te siento,
soy una roca insensible
cuando quiero amarte y estás ausente,
mis oídos no te oyen, mis lágrimas
se marchan con tu ausencia.
Eres un bálsamo de humo,
una ciudad desierta, transitando
por veredas celestiales,
fuera de mi alcance,
estupor en mi cuerpo.
No quiero zozobrar en este mar
de pájaros de arena, en este invierno largo
como una cordillera, astillas de árbol,
madera muerta.
Sé tú, mi amor, la que volando vengas,
seré tu carro volador, tú tren sin raíles;
y cuando un náufrago veas entre la niebla
habrás hallado al que más te desea.
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Camino oyendo mis pasos
sobre la hojarasca del camino,
son estridencias del alma
oquedades en mis suelas.
Lazo de maldad irrompible,
tristeza y soledad hecha silencio,
nostalgia de amores que vuelan en la mente
formando parte de nuestra ladera de vida
de nuestra caminar latente.
Nostalgia enmudecida, tierra adormecida
envuelta en halos de infelicidad, chisporroteo
de las neuronas, auroras boreales infelices,
llantos de sirenas buscando un barco
donde agonizan sus humedales secos de inmundicia.
Los agujeros negros penetran en mis ojos
viajando a lugares desconocidos
quizás otra vida, otras sinapsis de centelleos
de luceros me esperan con su dicha.
La conciencia remueve cielo, sol y tierra
como el sable remueve las entrañas de los soldados
en la apesadumbrada guerra,
nostalgia de otros tiempos
corrompiendo la historia.
Velas apagadas que no se encienden
ocasos vulnerables, citas sin calendario
indiferencia pasando por mis huellas
que me dejan indiferente, como cuando
llega la muerte y la esperamos sonrientes.A Alde le gusta esto. -
Cuando tiemblo en mis noches de sombra
mi consuelo es verte en las vidrieras
donde se refleja tu belleza de sirena
con un halo de lluvia que inunda mi tristeza.
De aquella selva de mis sueños
sólo permanece en mi pensar sereno
recuerdos de remordimientos,
hechos del pasado lastimando
el nado del cisne, desgarrando los escalofríos
de mi sangre.
Salto sobre mis incertidumbres,
mis suspiros son los alisios
las ilusiones fugitivas de sus sueños,
embriagando la nostalgia de un corazón
hecho racimo, desencajado.
Un sueño ardiente, no consumado,
mi ilusión es una cárcel en un abismo
un templo inundado, placeres que no producen
espasmos, fragancias inodoras,
en un campo de cerezos en flor.
Diosa de frágil cristal, acuarela del crepúsculo
¿dónde dejaste mis besos? en un arca de sables
en un bosque oscurecido, temblando mi cuerpo
en un lugar, donde vive la oscura melancolía.
En qué hoja, en qué torrente dejaste nuestra esencia,
con ella se marchó nuestro amor, cayendo por la cascada
de la muerte, y jamás resucitó a la vida.
A Ana Fabiana y Alde les gusta esto. -
Quiero caminar por la vida
como lobo hambriento
como caminan mis sentimientos
por los prados, por los recovecos,
por los recuerdos de una vida
dudosa, frescura de manantial sereno.
Quiero ser compañero
del vecino del barrio donde habita
mi alma, un poco cansada, pertrecha
de un silencio adormecido imperturbable.
Una luz en el ocaso,
un arcoíris en la mañana,
un seductor acomplejado,
o mejor, un acomplejado seducido.
Quiero ser las piernas
de mi amada por la mañana,
un jilguero abandonado
después de poner sus huevos,
una lumbre que te caliente
cuando sientas frío,
la soledad acompañándote.
Quiero cocinar contigo, beberme tu aliento,
ser un conquistador sin destino, un amante que no ama,
un suspiro que nunca ha salido de la garganta,
un sonido silenciado por la campana del destino.
Llévame por caminos anchos,
de felicidad, donde no exista la oscuridad,
solo luz y poesía.
Quiero ser un fantasma del tiempo
coronando valles desiertos
un estupor de la luz
una obcecación en la noche.
Quiero ser aire, susurro,
lamento, brotando de mi dicha,
mi juventud eterna.A Alde le gusta esto. -
Tristeza que se enreda en mi cuerpo,
lámpara que cuelga desnuda,
batallas pérdidas, en la nostalgia
de la melancolía devastada.
Un amor sin pétalos, lleno de espinas,
aromas agrios, venas que no fluyen
en esta pertrecha vida, de pasiones turgentes,
en la que estoy sumido.
Me tienes roto el corazón, quisiera pegarlo
con algo de ternura, de auroras brillando
en alguna esquina; cansado estoy
de sombras y noches frías, tuberías congeladas,
como el invierno de mi línea del tiempo.
En mí perviven, rostros retrospectivos,
decisiones embriagadas, traicionadas
por acciones donde ni siquiera llegan las penas
crepúsculo enmohecido, trinar enloquecido,
silencio derruido.
Vivo en una hoguera de muerte,
en cavernas de murciélagos
con oscuridad eterna,
desnudo estoy entre paredes de blasfemia.
Humedades generadoras de muros de musgo,
dejadme florecer, vagando por espirales de sueño,
abismos de bondad, tapando las puertas melancólicas,
destruyendo los ocasos de nubes oscuras.
Llama brotando de mi pecho,
buscando abrir la puerta de la alegría,
de la bondad hacia la vida;
encontrando siempre el candado,
de la cancela cerrado.
A Bernardo de Valbuena y Alde les gusta esto. -
Soy otoño y la tristeza me invade
al llegar el umbral del frío invierno
ya sin hojas en mis árboles
marchitos y desabrigados
necesitan la manta para no pasar frío.
Los pájaros ateridos, sus plumas
dejan crecer para hacerse un abrigo;
las serpientes buscan su roca de olvido
donde pasar la noche más larga sin escalofríos.
Húmeda melancolía en las ventanas
dejando caer las lágrimas
que el rocío ha vertido
en sus transparentes cristales.
Soy pradera amarillenta, flores marchitas
cielos melancólicos, oscuros;
las nubes viajan a lomos de un caballo
en el escenario del ocaso del tiempo.
Bosques de cobre con hadas encantadas
riachuelos que ríen y retumban con su panza
al caer por la cascada,
Los árboles lloran al ruido de las motosierras
les quitan sus hijos, sangran sus brazos
desnudos se quedan.
Mar enfurecido, peces de plata
barcos que bailan al son de una montaña
de espuma y los vaivenes de tango
en sus deliciosas noches cuando llega el ocaso
del día y se despierta la luna.
Soy suspiro de flores marchitas en la inmensa pradera
mariposas brillando en los días grises,
llenos de tristeza, estrellas dormidas en el cielo
oleaje que muere en la orilla, desnudando el follaje
de.l brillo primaveral y dejándolo en melancolíaA Alde y Pi-Radianes les gusta esto. -
Cuando te vayas te recordaré
como una sábana blanca
que acunaba la mañana
en aquella lánguida habitación
donde tú, plácidamente, descansabas.
Vendrás a visitarme con los rayos del sol
que emerge cada mañana, del abismo del horizonte
me abraza la espalda como una adorable flama
en las noches de invierno en una fría mazmorra
donde encierro mi alma para esperarte.
Vendrás con el viento que silba en mi ventana,
es tu llamada y como te ignoro,
entrarás por las rendijas
me harás compañía en mi fría cama.
Te convertirás en agua que me acaricia suavemente
como una sirena en el mar de la nostalgia
sintiendo que esa nostalgia, es señal de esperanza viva
que mantiene mis soñares en una calma sedienta de novedades.
Vendrás a mirarme con las miradas de los ángeles
que te protegen en el valle de los muertos
dónde conviven miles de almas solitarias
pero tú no estás sola, porque te abstrae
mis pensamientos positivos sobre la voluntad
de tu alma desasida, una esperanza enardecida.
Cuando te vayas pensaré en nuestra morada,
en ese valle encantado donde descansaremos;
y al fin, no tendré que pensar en ti
porque conmigo estarás todas las mañanas.A bristy le gusta esto.
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