-
Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"Cerrar notificación
!!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!
Viendo entradas en la categoría: Mis sueños en poemas
-
Corrían río abajo mis suspiros,
entre rápidos y cascadas,
sentía cómo llegaba el olvido,
mis recuerdos entre las aguas,
turbias aguas del amor marchito,
por la desidia embarradas,
llevaban mi temor escrito
que las corrientes reflejaban,
símbolo de mi destino,
cárcel de mis nostalgias.
Ahora que ya no estás conmigo,
tú, que huiste de mi alma,
las aguas frescas del río,
que antaño estaban en calma,
se vuelven en mi martirio
al verlas bajar tan claras.
¡Qué equivocados estuvimos…!
Nuestro error fue la distancia…,
… y dejar el amor solo escrito
con dos rayas en el agua.
-
¿De qué color es la piel
suave que cubre tu cuerpo?,
que yo la veo canela
como arena del desierto.
¿Y de qué color tus ojos?,
que cuando miran no acierto
si son negros azabache,
tratados con pulimento,
y su brillo me deslumbra
como dos grandes luceros,
o son de todos los ojos
los que el color es más bello,
los que gozo cuando miro
tu cara cuando la observo.
Sigo viendo en tu figura
pinceladas de misterio,
algo palpo en tus miradas
que de ti me siento preso,
no es tu color solamente,
ni todo lo que te aprecio,
hay algo de inexplicable
que entre las nubes no veo,
tienes algo diferente
que imaginar yo no puedo,
ni me salen más palabras
para explicar lo que siento.
Mi niña de piel morena,
tu pelo acaricia el viento,
el agua en la que te bañas
quisiera bañar mi cuerpo
para sentir tus caricias
cada vez que me la echo,
y entonces desearía
no despertar de este sueño.
¿De qué color son tus ojos,
de qué color tu desierto…? -
[h=2]La huella (un sencillo poema de amor)[/h]
En mí dejaste una huella
grabada en el corazón,
que mantiene mi alma llena,
rebosante de ilusión.
Con cariño está esculpida,
mezclada con mucho amor,
y brillo le dio la vida
que hemos vivido los dos.
Controla mis sentimientos,
se apodera de mi ser,
de ti me mantiene preso,
de tus encantos, mujer.
Marcado quedé con ella,
muy dentro de mí está,
mi corazón no se queja,
ni nunca se quejará.
Es la huella del cariño
que esculpida me quedó,
desde entonces me he sentido
pegado a tu corazón.
Son aquellas las miradas,
que de tus ojos salieron,
las que dejaron marcadas
ilusiones y recuerdos.
Es tu cabello ondulado,
de un color tirando a negro,
la huella que se ha grabado
cuando te dije ¡te quiero! -
¿Por qué cuando nuestros ojos nos permiten ver el alba,
en una suave mañana de abril, oliendo a azahar,
tus miradas se alejan de mi vista, por el horizonte,
azul contra azul, entre el cielo y el mar?
Dime, amor mío, ¿por qué?
Si tus miradas eran el brillo de la mañana,
el aire que perfumaba mis sentidos,
las orillas desnudas de un mar en calma
que movía con delicadeza la arena de tu playa,
y yo, enamorado, hacía castillos con ella,
representación de mis sueños en tu alma,
y las olas, a su paso, le hacían honores
y nunca los tiraban…
Entonces, mujer, ¿por qué me dejaste a oscuras?
¿qué hizo que el sol, tu sol, se ocultara?
Te amé, me amaste…
Te amo, me amas…
¿Será la distancia que nos separa?
¿O es que al mirarnos,
miramos en la dirección equivocada? -
Se que ella leerá mis versos…
Con el despunte de la mañana
un rayo de sol atrevido y travieso,
cruzará de repente su ventana,
ella despertará del sueño
cuando el rayo acaricie su cara,
cogerá el libro que le he hecho,
lo abrirá por alguna página,
empezará despacio a leerlo,
y de amor se le irá llenando el alma…
Sus ojos como luceros,
alumbrarán cada página,
y en alguno de mis versos
derramará más de una lágrima,
le invadirán los recuerdos
de cuando tanto la amaba,
recordará que la quiero
aunque no le diga nada,
verá como ha pasado el tiempo…
…mas ella para mí no pasa… -
Parece que fuese hoy,
todo lo siento muy cerca…
Fue en una noche clara
con el cielo cubierto de estrellas,
un olor a amapolas dormidas,
el despertar de la brisa se sentía bella,
era suave caricia en mi cara,
una luz, un presagio en espera,
nunca podría haber imaginado
que la iba a ver por vez primera.
La luz cambió de color,
mis ojos, tranquilos, sosegados,
mi mente acicalando la luna,
quería sentir su bello halo,
miré hacia adelante,
dejé dormirse al pasado,
y viviendo mi presente
me sentí por ti hechizado,
un rato te miré, un rato me miraste,
…me habías enamorado…
Resplandecía la oscuridad de la noche,
tus ojos negros y tus miradas,
cual aire distraído, en mí penetraron,
sentí que el sol entró en mi alma,
me acerqué a ti,
algo en mí me empujaba,
era una estrella del cielo
que con su titilar, me animaba,
por primera vez te hablé,
por primera vez me hablabas…
Me sentí flotando en el aire,
parecía estar subiendo al cielo,
y bajando de nuevo a tu lado,
de allí te traje un lucero;
fue algo muy especial,
un estío en pleno invierno,
saciaste de amor mi corazón,
y de tu amor quedó lleno,
la noche me regaló tu aroma…
…y desde entonces te quiero…
[MUSICA]http://www.garageband.com/mp3/Enamorarse.mp3?|pe1|WdjZPXLrvP2rYVe1YGxtBw[/MUSICA] -
Tengo llegada caprichosa a tu piel de olor a pino,
vuelo rodeando las veredas que dejaste tras tu marcha,
siempre sueño y vivo…
pero hay algo que me resulta del indómito tiempo,
ese tiempo que tú y yo no logramos parar,
se nos coló por entre las manos,
se hizo jugo en el aire,
pero fuimos incapaces de pararlo,
quizás no era un amor puro,
probablemente estaba muerto antes de nacer,
pero nosotros seguimos
rio arriba como los salmones para desovar,
eso sí, con menos fuerza,
la corriente se nos hacía pesada,
la humedad del agua se filtraba por nuestras venas,
ese fue el fracaso,
no éramos salmones,
ni tampoco enamorados,
creo que ni siquiera éramos,
debió de ser todo un sueño, una pesadilla,
pero cuando desperté, me di cuenta que existía,
vi la claridad del alba,
los campos verdes que rodeaban mi casa,
aves cubriendo el cielo con sus vuelos,
trinos de pájaros…
¡entonces existía!
pero de ti ni rastro,
ni un llanto, ni una sonrisa,
¡nada!
sólo recuerdo un sombrío pasado,
incierto como el vuelo de un pájaro dormido,
lagunas de aire en mi mente,
creo que me perdí en el tiempo,
no se donde estoy ni quien soy,
pero en mis recuerdos te veo,
te siento a mi lado rozando nuestra piel,
¿será que me volví a dormir y sigo soñando? -
Te amo por encima de las cosas,
yo te amo,
con el amor que de mi alma rebosa,
con entusiasmo,
con la fragancia de las rosas
y los besos de mis labios.
Te amo como mujer,
la que un día,
sin yo casi saber,
penetró en el alma mía
para darme su querer
y cambiar así mi vida.
En mis sueños te cuidé
como flor de mi jardín,
con mi amor yo te aboné,
contigo yo fui feliz,
con mis manos te acaricié
y todo lo dediqué a ti.
Cada pensamiento que tengo,
cada cosa que yo hago,
cada uno de mis recuerdos
cuando pienso en el pasado,
son el arca de mis sueños
en el que todo he guardado.
Por eso te digo mujer,
con el corazón en la mano,
que más que darte mi querer,
todo mi cuerpo te he dado,
y aunque no te pueda ver,
sabes que yo te amo.
Mas aunque pase el tiempo
y raudos pasen los años,
te seguiré repitiendo,
como eterno enamorado,
¡vida mía, yo te quiero!
¡amor mío, yo te amo…! -
Es el aroma de tu piel morena,
el olor a campo húmedo
al despertar de la mañana serena,
una brisa escondida entre las brumas,
el sol que tímidamente se eleva
por encima de los primeros montes del día,
los suaves rayos que en tu piel penetran,
y todo huele a ti…
tú que posees olores de primavera,
en un atardecer que da paso a la noche,
mientras la luna, para salir, espera,
está emocionada, prepara su luz blanca
que ilumine tanta belleza,
huele a la noche,
y tu aroma entre ella se mezcla,
mientras la oscuridad pasa,
esperando que amanezca,
que el rocío de la mañana despierte
con la esperanza de verte tan bella,
y mientras surge el alba y llega el día,
cuando se esconde la última estrella,
en mi corazón aparece tu aroma,
el aroma de tu suave amor, que al mío llena. -
Amanezco en tus ojos
envueltos con la frescura de la mañana,
en noches de luna llena,
con un cielo oscuro, cubierto de estrellas,
amalgama del amor y los sentimientos,
reflejos de un ayer que no se olvida,
sonrisas de un hoy que no poseo,
deseos de un futuro incierto.
¡Cuánto daría por ser sombra del ayer!
¡Cuánto por ser día!, aquel día iluminado
por ráfagas de amor, por deshechos del aire,
que convertían mis miradas en torbellinos,
y envolvían mi cara y mis manos
de un amor desmedido,
de un sueño despierto entre las sombras,
paisaje de mi alma en su camino,
sueños olvidados, ya perdidos,
en el pensamiento etéreo del pasado,
confluencia de dos amores
que quedaron aprisionados
entre nuestro ayer y nuestro futuro. -
Me fui separando de las orillas
que bordeaban tu amor,
las olas del tiempo me alejaban,
implacables, imperativas,
me empujaban hacia el camino
que yo no deseaba seguir,
me iban separando de ti, no se agotaban,
más y más me arrollaban con la incertidumbre,
con las dudas de nuestro amor,
no me dejaban pensar,
sólo me empujaban…
me querían alejar de ti,
de todo lo que fuiste y fui,
traicioneras del tiempo vivido,
traidoras solitarias,
fuentes sin agua,
campos sin flor.
Quise revelarme contra el olvido,
saldar mi cuenta con el tiempo,
miré alrededor, vi campos, árboles,
ríos, fuentes, flores, montañas,
lagos y barcas que los cruzaban,
vi muchas cosas, más de las que podía pensar,
pero me di cuenta
que no te vi a ti,
te había perdido…
fueron más fuertes las olas del tiempo
que lograron alejarnos y perdernos,
sí, perdernos en la agonía de nuestro amor,
ya no había mirada atrás,
no quedaba nada…
Y yo me pregunté, cuando ya no te vi,
¿dónde perdimos el amor?
¿en qué camino de la vida lo extraviamos? -
En el rincón de mi noche,
al lado de mi mesa,
mis recuerdos me acompañan,
una luz de bajo consumo
me permite leer y escribir cosas que pasan…
Me acompaña, también, el silencio,
ese silencio, morada de la tranquilidad,
que llena de paz mi espíritu,
deja descansar mis oídos del trajín del día,
es el ruido sordo de la noche que avanza,
un grito opaco del cuerpo que siente
el placer del sosiego,
cuando la mente está tranquila y el alma relajada,
a veces, separo la cortina para ver la luz de la luna,
en medio de la noche oscura
brilla para los corazones enamorados,
su silencio embriaga las propias palabras,
su blanquecina luz alimenta amores que sueñan,
la quietud invade el espacio,
pero respeta mi rincón, el de mi noche,
y me deja pensar, me deja soñar…
Te siento en el aire que me rodea,
esa fragancia que sale de tanta quietud,
aroma del amor que nunca perdí,
inolvidables recuerdos que desembocan en mi mente,
ahora tranquila, descansada,
las ideas vienen solas por el camino de la vida,
llegan a mí, las guardo en mi alma,
pues sé que alguna vez me van a hacer falta,
el tiempo pasa,
las noches pasan,
la vida se consume en cada paso que damos,
en cada latido del corazón, en cada suspiro…,
y la distancia que nos separa no disminuye,
quizás sea lo único que no se consume,
por eso se mantiene ahí, lejana…,
mientras nuestros corazones lloran su ausencia,
están presos del tiempo y la distancia,
yo continúo en el rincón de mi noche,
me acompaña el silencio, la calma…,
…pero siempre te siento lejos… -
Entre las largas veredas
de mi camino solitario,
mis pasos lentos me llevan
hacia mi propio calvario,
pisando el suelo de piedras,
miro curioso a los lados
para distraer mis penas,
para ahuyentar mis fracasos…
Me enfrento a mi pereza
para seguir caminando
y cuando la noche llega
me paro y sigo pensando,
miro al cielo, a las estrellas,
la blanca luna y los astros,
siempre con mi alma llena
de aquel amor ya acabado,
y cuando de tanta belleza
termino embriagado,
entonces yo me doy cuenta
que mi presente y pasado
aquel amor aún conservan,
aunque sólo sea un retazo.
Espero a que amanezca
para continuar mis pasos,
siempre por las mismas veredas
sin importarme el cansancio,
pues de mi lucha me quedan,
con el paso de los años,
recuerdos que mi mente lleva
del tiempo en que nos amamos… -
Era tanto el amor que la tenía
que por ella lloró todo mi cuerpo
cuando desperté aquel día
sabiendo que ya no la poseo,
pues cuenta yo me daría
de mi camino incorrecto,
amar siempre la amaría,
pero poseerla no puedo,
pues aunque me quería,
ella ya tenía dueño.
Yo ya lo sabía
y a pesar de todo la quiero,
se alojó en el alma mía
con mi cariño sincero,
y de amor y de alegría
llenó mi corazón entero.
Por ella lloraron las rosas
y todas las aves del cielo,
todas las flores hermosas
me brindaron su consuelo,
y de entre todas las rocas
esparcidas por el suelo,
lágrimas primorosas
acompañaban mi duelo,
e iban mojando mi sombra
llorando por mi sufrimiento,
viendo como mi alma rota
poco a poco iba muriendo… -
Cuando ya no pueda ver
tus miradas tiernas,
cuando ya no vea amanecer
y la luz del sol
se transforme en tinieblas,
cuando tus ojos dejen de mirarme
y tus palabras ya no pueda escuchar,
ni mis manos consigan acariciarte,
y no vea tus sonrisas,
ni tú me puedas mirar,
dime mujer,
¿me recordarás?
Cuando esperes una carta
que nunca te va a llegar,
o esperes una palabra
que de mi boca sellada
ya nunca recibirás,
cuando te levantes
de madrugada
y nada veas como antes,
que todo te parezca un sueño
y te sientas abandonada
al despertar,
dime mujer,
¿me recordarás?
Piensa en todo el cariño
que guardé en mi corazón,
en todo lo que te he querido,
en lo mucho que te he amado
con verdadera ilusión,
en todos los pensamientos
que a ti te dediqué,
en aquellos hermosos besos,
que con suavidad y ternura,
en tus labios yo dejé
mucho antes de marchar,
dime mujer,
¿me recordarás?
Página 1 de 4