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Viendo entradas en la categoría: Mis sueños en poemas - Página 3

  • Raúl Rouco
    Candente como hierro en la fragua,
    maleable a golpe de martillo,
    es tu amor que forma alcanza,
    dejando solo al olvido.

    Mezclas ojos y lágrimas,
    lágrimas cuando me he ido,
    aquel día, de mañana,
    mientras suspiraba el frío,
    pues la mujer que yo amaba
    en hielo se ha convertido.

    A mí no me dejaste nada,
    solamente tu martirio,
    y aquella despedida aciaga
    que mi amor ha destruido,
    dejaste una fría esperanza,
    oscuridad en la que vivo,
    y con la llegada del alba,
    abrazada de rocío,
    se congela hasta mi alma
    sabiendo lo que te he querido.
  • Raúl Rouco
    No me digas que todavía me amas,
    si ya había perdido la ruta que me lleva a ti,
    los amaneceres que alegraban mi alma,
    el color rojizo de la tarde,
    y el olor de los campos en primavera…

    Y tú, ¿dónde estabas?,
    mientras mi corazón viajaba entre la oscuridad,
    bajo las noches sin estrellas,
    el aire me olía a ti,
    pero no lograba verte,
    mis pensamientos recorrían las distancias
    en tu búsqueda,
    incansable búsqueda que no veía la luz,
    mis caminos fueron tortuosos, vacíos,
    despegar tu corazón del mío, no podía,
    acariciar tu alma, tampoco,
    y en medio de esta incesante rutina
    apareces de nuevo, como un rayo de esperanza,
    un suave soplo de alegría,
    un respiro de vida,
    casi un sueño… una ilusión…

    No me digas que todavía me amas,
    si aún no tengo preparado el corazón…
  • Raúl Rouco
    Sin quererlo, o nunca haberlo deseado,
    llegó un día a mi vida, por sorpresa,
    tan repentino como inesperado,
    como viento que antecede a la tormenta,
    un beso frío, angustioso, acabado...
    un beso cargadito de tristeza,
    seguido de un gran abrazo,
    un adiós que hizo tambalear mi entereza
    y dejó mi corazón apagado,
    ¡era una despedida sin vuelta...!

    Nota: Por el lugar donde lo publiqué,
    la autoría del primer verso es
    de BautistaVP
  • Raúl Rouco
    Si llegas a este lugar
    y lees este poema,
    es fácil adivinar
    que lo escribí con mis penas.


    Si echo la mirada atrás
    siento que se me hace eterna,
    cuando trato de olvidar,
    más se llena mi cabeza.


    Mi sufrimiento al pensar
    que una vez fuimos pareja,
    que nunca iba a terminar
    el amor que yo te diera.


    Son sombras de aquel amar
    que los años consumieran,
    nieblas en el ancho mar,
    cielo agotado de estrellas.


    Pasajes que hacen llorar
    al alma que desespera,
    nuestros sueños que al soñar
    vacíos de amor se quedan.


    Nuestro corazón se va
    y se transforma en quimera…
    ¿A dónde puedo mirar?
    Yo ya no tengo respuesta.


    Yo he perdido la verdad,
    que la cambié por tristeza,
    y sin dejarla de amar,
    no fue mía, ni yo de ella.


    Sólo la quiero olvidar
    aunque su amor mi alma llena,
    mantenerla en mi soñar,
    dejarla sólo en mis penas…



    Ahora sí, estimado Raúl, tu bello poema, tiene mi APTO;
    un cordial saludo,
    edelabarra
  • Raúl Rouco
    Tengo que buscar una mujer que te supla,
    que llene el vacío que en mí has dejado,
    de su cuerpo su calor, de su esencia su ternura,
    quiero encontrar su amor, deseo sentirme amado,
    sentir sus besos y de sus labios su dulzura,
    acariciar su cara, tocar su pelo, coger sus manos,
    y en éxtasis profundo, abrazarla bajo la luna.
  • Raúl Rouco
    No se cuando te escribiré
    el último poema,
    aquel que, inevitablemente, guarde
    dentro de mi corazón
    el resto de las cosas que no te he podido decir
    o, acaso, las que no he querido decirte.


    Cuando escriba mi último poema para ti,
    lo llenarán lágrimas de luna,
    esa luz tenue de las noches calladas
    que palpita sobre los amantes sin consuelo,
    o tal vez, los colores de un atardecer sombrío,
    o las hojas caídas de aquel árbol
    que vio como nos enamoramos.


    Quizás pondré una sonrisa perdida en el olvido,
    una caricia que quedó extraviada,
    un beso que mis labios nunca dieron,
    el rocío de la mañana resbalando por mi pelo,
    la brisa de una tarde lluviosa
    de las que hieren el alma,
    o tal vez, el amor que se quedó dormido.


    Cuando escriba mi último poema para ti,
    te darás cuenta que ya estaba escrito…
  • Raúl Rouco
    Antes de dejar la playa,
    antes quisiera,
    dejar el reflejo de mi alma,
    sentimientos y quimeras,
    escritos cerca del agua,
    en la orilla… en la arena…
    para que no duren nada,
    en la frase que escrita queda,
    pues triste es recordarla
    y quiero que desaparezca,
    con las olas, con el agua…

    Antes de partir yo quiero
    mis sufrimientos dejar,
    olvidar mi desconsuelo,
    dejarlo esparcido en el mar,
    que se mezclen entre mar y cielo,
    que no me atormenten más,
    que se los lleve el viento,
    agua adentro, a alta mar,
    navegando en un velero,
    que pudiera zozobrar.

    Antes de regresar,
    antes de despedirme,
    quiero mi corazón vaciar
    de lo que es inservible,
    me quiero mentalizar
    que nada es infalible,
    que como viene, se va,
    que el amor no siempre existe,
    que es muy difícil amar,
    y el amor, cuando se vive,
    herido te puede dejar,
    y desconsolado… y triste…

    Así quiero dejarlo escrito,
    antes de despedirme,
    en la orilla del mar…
  • Raúl Rouco
    Si tuviera edad para decirte

    lo que yo podría amarte, te lo diría,

    si pudiera a un pedestal subirte

    y los años no fueran la muralla fría

    que decírtelo no me permite,

    si cada mañana, cada nuevo día,

    envolviese lo imperceptible,

    rodease mi corazón de alegría

    mientras el tuyo me cautive,

    la luz del sol alumbraría

    mi alma en declive,

    borrando zonas sombrías,

    resaltando amaneceres sublimes,

    llenando de felicidad mis días…



    ¡Ah…! Pero no tengo edad para decirte

    Lo mucho que yo te amaría…
  • Raúl Rouco
    Siento como me rodea el silencio,
    silencio que sale de mi soledad,
    sombras que se reflejan
    en el espejo de mi nostalgia,
    cubriendo mis hombros
    de pesadas cargas,
    tapando mi boca
    y mis ojos que lloran,
    porque decaída y triste
    se encuentra mi alma.
    Ya no tengo sueños,
    aquellos que daban sentido
    a mis palabras,
    pues temerosos,
    abandonados,
    quedaron solos
    en el triste olvido
    de mis recuerdos.

    ¡Oh soledad!
    Cuanto silencio guardas…
  • Raúl Rouco
    Tú, mi sueño…




    Cuando estabas en mi cielo

    soñaba que me querías,

    quiero decírtelo en versos,

    de la forma más sencilla…

    Estabas sólo en mis sueños,

    en mis noches y en mis días,

    yo te decía “te quiero”

    y siempre me respondías



    - Aunque sólo sea un sueño

    lo que vive el alma mía,

    y de aire son tus besos,

    y mi cuerpo fantasía,

    tus ojos son el espejo

    donde los míos se miran,

    tu boca es el reflejo

    de la mía que suspira,

    a tu lado estar deseo,

    y permanecer dormida -



    Mientras yo, que por entero,

    te di mi amor y mi vida,

    aunque todo fuese un sueño,

    y despertar no quería,

    ahora que estoy despierto

    tengo la mirada fija

    en los hermosos recuerdos

    que por siempre a ti me unían…



    Tus miradas yo las siento

    en estas viejas pupilas,

    y en mis labios aquel beso

    que me regalaste un día,

    en mis oídos el eco

    de tu voz que me decía,

    susurrándome un te quiero

    que en mi alma se metía,

    - ¡amor… dejarte no puedo,

    yo sin ti me moriría…! -

    Excelentes estrofas, mi estimado Raúl,
    diría es un romance asonantado de rimas alternadas,
    donde has trabajado con maestría;
    tienen mi APTO,
    enhorabuena;
    un abrazo,
    edelabarra​
  • Raúl Rouco
    Me gustaría ser tu sombra
    para no dejar de estar contigo,
    para acompañarte a todas partes
    y sentir cerca tu cariño,
    para estar pegado a ti
    sin importar el camino
    que tu decidas seguir
    o que te marque el destino.

    Siempre permaneceré a tu lado,
    a donde vayas te sigo,
    no importa en donde estés,
    o si acaso te has perdido,
    sólo se que si tu sombra fuese,
    aunque me encuentre dormido,
    mi corazón permanecerá junto a ti,
    siempre preso, siempre cautivo,
    formando parte de ti viviré
    no importa lugar o sitio,
    pues como tu sombra formaré
    parte de tu vida y destino.

    Quisiera tu sombra ser,
    a tu lado siempre estar,
    pues aún sabiendo que así
    nunca te podré abrazar,
    vivir cada día junto a ti,
    poderte por siempre amar,
    hará que me sienta en el cielo
    repleto de felicidad.

    Así, mujer,
    yo quiero
    tu sombra poder ser,
    que no se la lleve el viento
    ni tú la puedas perder,
    acompañarte en tus sueños,
    y al alba… y en cada amanecer…

    Sombra... tu sombra
    quisiera yo ser…
  • Raúl Rouco
    Cuando abro la puerta del alma
    y veo mi interior dormido,
    buscando algo interesante
    cuando dentro de ella miro,
    me vienen recuerdos
    que son los testigos
    de aquel gran amor
    que por ti he sentido,
    y buscando en ella, por dentro,
    lo que he perdido,
    me llegan pensamientos
    de cuando era un niño,
    que por el bosque buscaba
    un árbol caído.

    Y, entonces, pienso
    que tu amor y el mío,
    son como aquel árbol,
    en el bosque, caído,
    que el paso del tiempo
    ha logrado herirlo,
    hasta que, sin fuerzas,
    al suelo se vino,
    para nunca más levantarse
    yaciendo dormido,
    en el suelo del bosque
    donde ha nacido.

    Y nuestros amores,
    que llenos de cariño,
    nacieron con la ilusión
    de permanecer erguidos,
    llenos de esperanza,
    siempre unidos,
    el tiempo, implacable,
    lo ha conseguido,
    los ha derrotado,
    al igual que lo hizo
    con el árbol del bosque,
    con el árbol caído...
  • Raúl Rouco
    Si algún día de mí te olvidas,
    si tu amor se agota consumido
    porque algo se interpone en nuestras vidas,
    si acaba entumecido
    o le invade el dolor del alma marchita,
    si vivir como has vivido
    deja tus miradas vacías,
    envuélveme en tu olvido,
    pero a mí, por favor, no me lo digas.

    Resistiré sufrimiento y dolor,
    aguantaré vientos fuertes y mareas,
    pero no me digas que se te acabó el amor
    porque no podré resistir que ya no me quieras.

    Si algún día de mi te olvidas
    nunca me lo digas,
    espera a que yo me muera…
  • Raúl Rouco

    Ese día le dí un beso,
    que de mi boca salió,
    y lo guardé para siempre,
    dentro de mi corazón.

    Y ella me respondió
    con una caricia
    y un abrazo que me dio.

    Su ternura iluminada
    por mi amor y mi pasión,
    eran por fuera sus miradas,
    y por dentro su ilusión.

    Me quedé
    mirándola un rato,
    ella la cara volvió,
    por última vez nos miramos,
    hasta que de mi vista
    desapareció.

    Entonces,
    con amargura y dolor,
    mi cabeza agaché,
    y mis pensamientos,
    mezcla de amor
    y desaliento,
    lentos,
    cansados,
    la empezaban
    a echar de menos,
    de mis penas saturados,
    dentro de mi cabeza,
    llenos
    de mis desencantos
    y mi tristeza.

    Me sentí acabado,
    sin fuerza,
    pequeño,
    como árbol derribado
    por la furia del viento,
    mi cara palideció,
    mis ojos
    llorosos,
    sin consuelo,
    mi boca enmudeció,
    un huracán de silencio
    lo único que se oyó,
    y en otro mundo
    parecía
    encontrarme yo.

    Fueron momentos eternos,
    de casi un eterno adiós,
    mi corazón sufría,
    mi alma se reveló,
    amasijo de sentimientos
    que todo mi cuerpo
    cubrían,
    diluyéndose
    en un momento,
    desapareciendo,
    cruzándose
    con mis recuerdos
    de mi cuerpo atormentado,
    callado,
    sin deseos,
    mientras
    despegándose del suelo,
    se iba marchando,
    y en mí empezaba
    mi pasado...

    y hacía tan poco tiempo
    que una caricia
    y un abrazo,
    rematada,
    con un hermoso beso,
    nos habíamos dado...
  • Raúl Rouco
    Me he preguntado
    y me preguntaré mil veces más,
    qué firmamento o qué cielo,
    en la luz transparente de mi jamás,
    claridad indómita que cubrió
    mi corazón y el tuyo por igual,
    sin dejar espacio a las sombras,
    en sinfonía de hojas, en recital,
    traspasar los rayos del sol
    y nuestro cuerpo bañar,
    dejar que un amor nazca vacío,
    que crueles nubes de penas llenarán,
    y sin dar descanso al destino errante
    en mis ojos tus pupilas se meterán.