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Viendo entradas en la categoría: Plegaria
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Miserere mei...Olvido
Si miras a tu hijo en su calvario,
su mente que es su cruz y su martirio
que oculta su morado como un lirio
desde tu gran silencio en el sagrario.
Ves a tus predilectos a diario
que acuden, se perfuman con el cirio
pascual, en tanto yo con mi delirio
enfermo, vago triste y solitario.
Y Tú, si a Lázaro que ya podrido
sacaste de la tumba perfumado,
sabrás que en mi yacija muerto he sido.
Si Tú pasas de largo por mi lado
sabrás, de sobra sabes de tu olvido
y así por qué razón me has olvidado.
Laus DeoA malco y E.Fdez.Castro les gusta esto. -
I
Para que de una vez te siga y vea
Apenas un chiquillo y las mujeres
estaban a tu lado en el martirio,
y yo, por otro lado, en tanto mueres
ajeno permanezco en el delirio.
¡Deliro, sí!, por tanto que me quieres
y no te puedo ver ni con el cirio
que alumbra los despojos que Tú eres,
cerúleos, morados como un lirio.
Debiera arrodillarme ante el madero,
debajo justamente del reguero
de sangre que te sale y que gotea,
y allí quedarme inmóvil del espanto;
¿qué falta, Dios perfecto, dime cuánto
para que de una vez te siga y vea?
II"Memento, homo, quia pulvis es..."
–recuerda, hombre, que eres polvo...
Al Tabor desde el Calvario
No sé si fue la mezquindaz o el miedo
al propio sufrimiento, a la agonía,
que no pude acabar lo que leía,
tanto me señalaba con el dedo.
No quise saber más de aquel acedo
poema, largo y claro como el día,
de la Pasión, la misma que yo huía
apenas susurrando "credo", "credo".
El pánico al dolor me sobrepasa,
y al poco ánimo que tengo arrasa
el verso contumaz y lapidario.
Tal vez si repitiera con voz viva
"¡credo, credo!", mi polvo y tu saliva
me lleven al Tabor desde el Calvario.A malco y Bernardo de Valbuena les gusta esto. -
A Cristo N. S. crucificado estando
o poeta no seu último momento
Meu Deus, que estais pendente de um madeiro
em cuja lei protesto de viver,
em cuja santa lei hei de morrer
animoso, constante, firme e inteiro:
neste lance, por ser o derradeiro,
pois vejo a minha vida anoitecer,
é, meu Jesus, a hora de se ver
a brandura de um pai, o manso Cordeiro.
Mui grande é o vosso amor e o meu delito:
porém pode ter fim todo o pecar,
e não o vosso amor que é infinito.
Esta razão me obriga a confiar,
que por mais que pequei, neste conflito
espero em vosso amor de me salvar.
Gregório de Matos (1623-1696)
Traducción adaptada
Mi Dios, que estás pendiente del madero,
en vuestra ley no quise yo vivir,
ahora que en tu ley he de morir
con ánimo, constante, firme, entero:
y en este lance al ser el más postrero,
al verme de esta vida ya partir
es, mi Jesús, la hora de sentir
lo blanda que es tu faz, manso Cordero.
Qué grandes son tu Amor y mi delito:
aquí tendrá su fin todo pecar
y no tu buen Amor, que es infinito.
Me obliga esta razón en Ti confiar,
si por más que pequé, mi ser contrito,
tan solo por tu Amor me he de salvar.A malco y E.Fdez.Castro les gusta esto. -
Esa rosa de la fe
¿Qué me hiciste, Señor, en esta herida?,
¿me la abriste, tal vez, porque cerraba?,
¿o quizás por la costra que ocultaba
la secreta penuria de mi vida?
O tu mano de padre que me cuida
me devuelve el dolor que se alejaba,
un regalo de amor que no esperaba
que despierta mi alma encallecida.
Y otra vez, en la Vía Dolorosa
me concedes honor de cireneo
por la senda más dura y pedregosa;
pues sin cruz sabes bien que no te veo,
no le quites espinas a esa rosa
delicada, la fe por la que creo.A E.Fdez.Castro y malco les gusta esto. -
No hagas memoria
Aún no, mi Señor, que es muy temprano,
no me llames aún a tu presencia,
que temo tu justicia y tu sentencia
por haberme soltado de tu mano.
Aún no, Padre Dios, que en mi secano
crecen tristes ortigas de inclemencia,
míralo con piedad y con paciencia
por si nace una espiga y diera grano.
Aún no, Gran Amor de todo dueño,
que mis ojos se cierran con el sueño
pesado, del gran peso de mi historia.
Mas si acaso, mi Dios, tanto me amas
que es ahora la hora en que me llamas,
por tu inmensa bondad no hagas memoria.A malco, catia-love y Pessoa les gusta esto. -
La Caridad, la Caridad, la Caridad...
Tus llagas otra vez, Señor, al mundo muestra,
y tu corona de espinas, y tu diestra
horadada por el clavo de la impiedad.
Dinos de nuevo aquella palabra que nos hace
llorar... y nos derrite la maldad en el pecho,
y nos da paz, amor y olvido. Y satisface
como el correr seguro del río por su lecho.
Y que un paisaje matinal y que una buena
esperanza nos den la alegría piadosa,
y que sea el amor de Dios nuestra verdad.
Que seamos buenos para librarnos de la pena.
Y que nunca olvidemos esta única cosa:
¡La Caridad, la Caridad, la Caridad!...A malco, E.Fdez.Castro, Fulgencio Cibertraker y 2 otros les gusta esto. -
Rondando está la muerte,
cercana está la voz de la tormenta,
es espantoso verte,
la piel se te revienta
por cada luxación, llaga sangrienta.
Tu cuerpo colapsado,
es todo una hemorragia, un indecible
dolor, y en el costado
tu aliento imperceptible
se vuelve filiforme e imposible.
Memento mei clama
aquel que tu piedad te solicita,
y allí se le derrama,
en tanto que otro grita
un dios no tiene muerte tan maldita.
Glorioso testamento
hiciste sobre aquel adolescente,
en un solo momento
no fue mejor presente:
tu Madre ya sin tiempo, eternamente.
Hasta el final, las heces
del cáliz del suplicio consumiste,
colgado allí pareces
la imagen de lo triste...
¡Hasta cuando expiraste obedeciste!
¡Qué grande soledad!,
la Madre te sostiene entre sus brazos,
¡qué cuadro de piedad!,
¡qué dolorosos trazos!,
¡recógeme con Él en tus abrazos!
¿A quién estáis buscando?
¡Quién vive no se encuentra entre los muertos!
¿Por qué seguís llorando?
¡Estad todos despiertos,
dejad de andar vagando en los desiertos!A malco le gusta esto. -
Padre,
no tengo más que tu nombre, para albergar mis anhelos.
Venga en tu mano la paz y el consuelo de los pueblos
de aquellos niños que van descalzos pisando el suelo.
Que ningún hombre jamás se quede sin alimento.
Cierra las puertas que dan al abismo del infierno,
que nadie resistirá si no olvidas sus recuerdos.
Y no nos dejes poner el alma en tramposos cepos
dándonos la voluntad de ser buenos, buenos, buenos.
Amén.