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Viendo entradas en la categoría: POEMA DE AMOR - Página 8
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Me gustaría regalarte un sentimiento,
que llene de colores
tus párpados cansados,
como la historia de un amor prometido,
que remontando el vuelo,
contenga cada beso
en la noche de tus labios.
El misterio de unos ojos encendidos,
que despierten tu ilusión
y te hagan sucumbir al deseo,
al frenesí del amor,
mientras hago el ejercicio
de habitar tus pensamientos
sin que despliegues tus alas.
Regalarte un alba pintada de sol
que se adueñe de mi vientre,
nos sumerja en la locura de la piel,
en el sudor de los suspiros,
y que en la certeza del amor
nos funda en el horizonte
como el punto final del universo.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, a bristy, a Annamb y a 1 otra persona les gusta esto. -
En la ternura de tus brazos
se mecen mis anhelos
haciéndose sol de verano.
Llega el gozo de tu amor
mimando la mirada
tornándose mañana
en una esquina de mis labios.
El silencio aprisiona mis pesares,
que discurren en el tiempo,
mientras se pinta el otoño en mis sienes,
y una sutil compañía colma mis espacios.
Transeúnte en el capricho de las horas
posas la luna en mis nostalgias
acurrucando de ocasos las palabras.
Así sostienes mis latidos,
en los cordeles que me mueven,
que me permiten transitarte
hasta que el incansable roce
rompa sin remedio tus hilos.
Ana Mercedes Villalobos
A claudiorbatisti y bristy les gusta esto. -
Pintas el sonrojo de mis labios
con la dulzura de tu dedo,
es como esa inmensidad
del océano, por donde vago,
cuando estamos en silencio.
Me extravío en tus ojos,
y te hablo desde un verso,
más no sé si escribo,
o las palabras me llegan desde
la profundidad de tus pupilas,
tan cerca, tan íntimas.
Eres tú entre todos,
tú, mi paisaje y mi destino,
tú, el amor que me tiembla,
desde ese rincón donde
converge nuestro tiempo.
Ana Mercedes Villalobos
A claudiorbatisti y bristy les gusta esto. -
En silencio nos tomamos de la mano,
porque siempre hay un silencio entre los versos,
una pausa entre nostalgia y nostalgia,
una risa traviesa que nos empapa la cara.
Estoy contigo atrapada en tu rostro
siento tus dedos en los míos,
tan cálidos, tan tuyos, tan de nosotros.
Vas a mi lado sin mirarme
y mi corazón cuenta sus latidos,
no importa el tiempo, los años, la vida.
Tu mano es mi fe, mi confianza,
la voz que me penetra la piel con cada roce.
No hay prisa,
contigo no hay noches no hay días,
solo esa estrella que respira en mi oído
me hace saber que estamos vivos
y que somos tú y yo
en esta inmóvil mañana de enero.
Ana Mercedes Villalobos
A bristy le gusta esto. -
Perdida en tus pupilas
me pasaría la vida,
tus manos en mis manos
volaría a la inmensidad,
tocaría las estrellas
en mi deseo de amarte,
cada día, cada instante
de ti a la eternidad.
Perdida en tus pupilas
soñaría con tocarte,
en notas de colores
tu piel contra mi piel,
hundiría mi mejilla
en tu pecho palpitante,
y allí me quedaría
sumiéndome en tu miel.
Perdida en tus pupilas
me pasaría la vida,
añorando en un suspiro
el almíbar de tu ser,
el aleteo breve
de tu alma que no es mía,
rozando con mi aliento
un amor que nunca fue.
las estrellas
Ana Mercedes Villalobos
A Jasiel Morales Castro le gusta esto. -
Mi hogar son tus ojos, esa mirada
traviesa que invita al deseo,
a la súbita emoción de rasgarnos
la piel a besos para matizar el eco
que pronuncia nuestros nombres.
Mi hogar es la suavidad de tu cuerpo
que brilla junto al mío, ese deambular
de tus manos por mi vientre,
de mi sangre por tu sangre, como
un trueno que estremece al universo.
Mi hogar es el punto exacto de tu pecho
en que recuesto mi cabeza, para escuchar
tu corazón en su alocado galopar,
o el momento justo en que todo deja
de existir, para volverse infinita madrugada.
Ana Mercedes Villalobos
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Se abre como un pétalo
con los ojos al sol,
implorando ese último
rayo que resbala hacia
el costado.
Húmeda la tarde se
bate en retirada,
desde la cima se oye
el canto del ave
que regresa.
Y fue la luz la que
finalmente nos condujo.
Ana Mercedes Villalobos
A bristy le gusta esto. -
Te escribes en mi piel
con esa gracia táctil que derrochas,
- las estrellas de tus ojos te delatan -
quieren tus labios abrazarse a mis pechos
mientras los besos se apoderan de la noche,
y es que en un solo amor
caben dos cuerpos.
Juntas las bocas acompasan su risa
bajo una misma tormenta.
Y esa agitación de manos
rozando nuevamente el horizonte,
nos coloca vientre a vientre
leyéndonos - como a un poema -
acústico vaivén de dos tiempos,
círculo húmedo donde te meces como oleaje.
A los pies del día la brisa nos reclama,
y en ese leve soplo de aire,
escuchamos nuestros nombres,
pronunciándose.
Ana Mercedes Villalobos
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Como viento de verano
llegan tus besos a mi boca,
empapándome los labios.
Resbalando hacia mis pechos,
se abrazan ávidos,
acariciantes, desnudos ,
girando y girando.
Permanecen cautivos
vistiendo mi cuerpo,
danzando en armónicos acordes,
midiendo cada paso.
Y en cascada cristalina,
se desgranan, bordándose
de nuevo a mi piel,
noche tras noche,
siempre girando.
Ana Mercedes Villalobos
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Mi quietud se rompe en tu rostro,
en esa risa que retoza en tus labios
como la inmortal infinitud del universo.
Entre tus huellas se agitan los nombres,
quebrándose,
deslizándose sobre la sombra de la noche,
donde se acuestan muy quietos
bajo un manto de estrellas,
descubriendo los matices.
Sin prisas
nos amamos en un acople de pieles
con las manos enlazadas,
sintiendo la caricia suave del viento que susurra,
que gime acompasando nuestro aliento.
Desde tu boca nace el abrazo
como un verso que se hospeda en la voz
haciendo la luz más allá del amor,
más allá del horizonte,
al otro lado del mar,
con todos los azules
vulnerando nuestro vuelo
en un amor que permanece,
que se hace eterno entre sus dos orillas.
Ana Mercedes Villalobos
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Con el futuro a cuestas
se adueña la mirada del azul,
una sonrisa robada
a la última rosa
cultivada en su jardín,
aflora en la brisa
que va robando
las hojas secas.
Frágil y orgullosa,
se eleva sobre la tierra
que oculta sus tristezas,
de frente a la vida
recorre los caminos,
con los pies descalzos,
buscando un motivo
para desterrar su soledad.
Ana Mercedes Villalobos
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Aferrada a tu piel con las
manos pobladas de tiempo,
me asomo con sigilo al otro
lado de la luz, donde se
pierde la mirada.
Hoy todo me retiene
y me separa, como
un soplo de aire sediento
de esperanza.
Me escribo desde el eco
de mi cuerpo que se repite
en el sosiego de la noche,
inquieta por esa parte
de ti que se ausenta
o esa voz que se sembró
en mis entrañas,
donde las letras
no perciben mi presencia,
sólo me guían en la penumbra
hasta asomarse al horizonte.
Entonces pactamos la tregua,
mientras intento descubrir,
el lenguaje del amor en que callamos.
Ana Mercedes Villalobos
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Me amanece la ilusión
entre tus besos,
desnuda,
bramar de olas
oculto bajo la piel.
El sol nos contempla.
Bostezo del alba,
donde el viento se detiene.
Me borras entre tu boca
inocente, demandante
- leve agitación de la noche –
donde nos exiliamos.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
Y me miras así, con tus ojos oscuros,
desnudando tus pupilas,
bebiendo de mis ojos los anhelos,
que se abrazan sedientos a tu boca,
haciendo de los besos,
la ofrenda que aviva la hoguera
donde ardemos.
Mis manos se enredan en tu pelo,
se funden los cuerpos en perfecta
conjunción, mientras las miradas,
atraviesan el espacio donde
permanecemos inmóviles,
buscando entre la gente
la ternura de unos ojos
que nos embriagan de sol.
Ana Mercedes Villalobos
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Como en un mágico instante
tu ardorosa mirada me acerca al verano,
quiere mi cuerpo acoplarse a tu abrazo
y quedarse hasta el final del mundo.
Tu voz es brisa que quema mi cuello
en ese instante me entrego a ti.
Nací en la convergencia
de tus brazos y mi espalda,
tu pierna entre mis piernas
laceró la noche.
Entonces mi cuerpo se hace tu universo
en el murmullo de la música
y bailamos.
Ana Mercedes Villalobos
A NUBE ATARDECER le gusta esto.
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