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Viendo entradas en la categoría: POEMA MELANCÓLICO - Página 2
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Nada se asemeja
al hervir de la sangre,
al misterio de la lluvia
cuando se alborotan
las nostalgias,
sabor de sal en los labios.
¡La mañana es testigo!
El vacío navega el alma,
eterno oleaje,
se sumerge en la bruma
y desdibuja el eco
de las risas.
Los ojos delimitan el espacio,
se hace eterna, infinita,
la necesidad de entregarse,
más los labios
permanecen en silencio,
como si el viento
no supiera escucharlos.
Se enciende entonces la tristeza
y se apaga la voz,
que naufraga
en las calles desiertas
de los corazones ausentes.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, a NUBE ATARDECER, a Felipe Antonio Santorelli y a 7 otros les gusta esto. -
El corazón se hizo ovillo
desde el temblor impreciso de tus letras donde amaneces desnudo y silente
en el lugar en que el olvido nos convoca
en que las palabras se quedan sin sonidos
en que el miedo amuralla los verdores
permaneciendo intacto
en el horizonte de tu boca.
Mis ojos se humedecen
con el resplandor del abismo
lloro asomada a ese oscuro vacío
por donde resbalan los recuerdos,
desafiando al tiempo de tus besos
hasta el instante del silencio recurrente
que impávido amenaza
con desangrar mi garganta.
Sentado al otro lado de mi vida
guardas celoso tus derrotas,
senda en la que adrede te extravías,
mientras los vientos del norte
riegan de soledades mis manos
que sin el abrigo de tu sombra
pernoctan en la memoria
de unas viejas caricias.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, a Felipe Antonio Santorelli, a bristy y a 4 otros les gusta esto. -
Cada amanecer
nos acerca a otra partida,
rogamos porque el tiempo se estacione,
más los minutos lentamente
siguen su marcha.
Somos dos cuerpos frente a frente
que tejemos de a ratos una historia,
noches aromadas de jazmines
y ese canto suave de caracolas.
Tu voz siempre llega desde el norte,
un minúsculo instante de almas
que se tocan en dulce melodía,
solo eso basta,
y florece el universo.
Luego la noche,
un oleaje sereno que nos lleva a la orilla.
Estar juntos,
el calor de tu piel sobre mi piel,
me confunde,
mi manos se van quedando huérfanas
en esta madrugada infinita.
Ana Mercedes Villalobos
A Felipe Antonio Santorelli, bristy, NUBE ATARDECER y 1 persona más les gusta esto. -
Detengo mi cansancio
a la orilla del verso,
que quiere despojarme
de los sueños del mañana.
¡Mi espíritu se resiste al cautiverio!
Me asomo a mis días de azul,
de cielo, de golondrinas,
de ese mar que me reclama,
que me urge a transitarlo
hasta el horizonte que se escapa.
La ilusión me invita,
más la tristeza se hace nudo
en la garganta.
Antes de partir
me vuelvo hacia la luz,
el faro protector que me cobija.
Cada noche de silencios, de fatigas,
de alegrías, de misterios,
llegan a mi alma
en una secuencia de recuerdos.
Es mi hogar, mi puerto.
El miedo me habita,
calla mi voz triste,
“Vivir es el deber de no claudicar",
recuerdo la voz del poeta.
Mi cuerpo marchará a un nuevo destino
pero yo, he dejado mi corazón a sus pies.
Ana Mercedes Villalobos
A Felipe Antonio Santorelli, bristy, NUBE ATARDECER y 3 otros les gusta esto. -
Sé que tengo que escribir
un poema sin memoria,
donde el sol no sea promesa,
ni venga a borrar mis temores.
Un poema que se aferre
a la piel del infinito
sin encender la tristeza,
que me permita deshojar el olvido,
y me abrace con el grito del alba
llenándome de risa los ojos.
Que se enrede en mi cabellos
y me moje el rostro,
me devuelva mis miradas,
y deje el amor desnudo,
al pie de la montaña
donde se pintan mis ocasos.
El que se escriba
en una noche lluviosa
y surja como un beso,
sin temblores, sin jadeos
donde el tiempo sólo sea
el transcurrir sereno
de las horas sin ausencias.
Donde tú,
seas esa impávida mirada
que no ruborice mi piel.
Y yo, el viento que se lleve tu nombre
y lo remita a ese lugar
donde me miraste por primera vez.
El poema que renuncie a la palabra,
para volver sobre mis versos
al camino que regresa.
Ana Mercedes Villalobos
A NUBE ATARDECER, spring, Miguel Mercurio y 2 otros les gusta esto. -
Los minutos discurren
en un tiempo infinito
que no tiene marcha atrás,
sin futuro, sin recuerdos.
Quise encontrar mi hogar
en el horizonte de tus ojos,
pero la negrura de la tarde
dejó tu mirada sombría,
añorando lo que se fue perdiendo
en esa inmensa oquedad
que construyó el silencio.
Ahora sólo queda el pesar, la incertidumbre.
Ya no nos abarcan nuestros brazos para
abrigarnos, la tarde se hizo abismo
y fundó su infranqueable barrera.
Al otro lado queda apenas
un suave murmullo,
tan escaso que no nos alcanza.
Ana Mercedes Villalobos
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Llueve en mi ventana
y esas gotas que se dibujan en el cristal
son mi única compañía,
una crónica desnuda de mis labios
cuando ausentes de tus besos
se anidan al sur,
en mis nostalgias.
Al fondo,
el tic tac inclemente de horas
cadencia de memorias en mi piel
que disfraza la esperanza,
mis suspiros alzan velas
- comienzo y final del camino –
Soñando tus sueños,
la sonrisa naufraga en mis ojos
la niebla nos deshace
- habitados de sombras -
como un último destello
sin que tu boca roce mi nombre.
Las miradas huyen del silencio
pero el miedo pertenece en nuestras manos.. .
Quizás mañana
escribamos nuestra historia,
reinventemos auroras
sin miedo que asome a los rostros,
exhaustos en el atardecer del tiempo
logremos contar una bella historia de amor .
Ana Mercedes Villalobos
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“Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otra forma ni siquiera comiences.”
Charles Bukowski
Vienes con el traje gastado de mañanas
a hablar con la nostalgia
ella necesita un amor que sepa susurrarle
que se moje bajo la lluvia rozando sus labios.
No siempre hay huellas bajo las pisadas,
también hay lágrimas, pensamientos ausentes
añorando la quietud de los ojos.
Mis letras se hacen ovillos en tus manos
no basta con la conjugación final
que le otorgas a mi verso.
Comenzamos pronto apenas una aurora,
allí tomé tu mano por primera vez
aún estaba tibia.
Fue otro tiempo el de los abrazos bajo la luna
con el ceño fruncido y la sonrisa en la espalda,
tiempo de dos.
Hubo mucho amor en las palabras
que aún no se decían,
no nos quedaba espacio para más caricias.
Luego el silencio.
No hubo más versos, ni intentos
no hubo latidos acompasados, ni jardines, ni besos,
solo una fiesta en la calle desnuda,
sin suspiros, sin susurros,
todo convergió hacia la noche
sólo eso.
Ana Mercedes Villalobos
A Edna Victoria le gusta esto. -
Irreverente descuelgo mis sueños,
para tenderlos en la triste realidad
de este destiempo que ha roto
las cadenas de mi voz.
La mañana se levanta con el profundo
silencio de tu ausencia,
he buscado en tus ojos las razones,
pero no estás.
Me llevo de tu vida mi parte,
un amor dividido en pequeñas porciones
que una vez compartimos.
¿Quizás dos de mis caricias por
alguno de tus besos?
¿Una porción de mi piel
por un te amo incompleto?
O un vacío común de sentimientos
que alcanza felizmente para “tú y yo”.
Así emprenderé el viaje,
ligera de equipaje
y con un por qué
quemándome los labios.
Ana Mercedes Villalobos
A bristy, spring, Edna Victoria y 2 otros les gusta esto. -
Hoy tengo ganas de extrañarte, miro la bruma
que desdibuja el día entre su fauces
cercana a la montaña que tanto te conoce
y no te huelo, ya no recuerdo si es tu aroma
o es tu piel lo que no encuentro.
Aquí en esta ventana, yace vacía la noche
llorándome, doliéndome el deseo
de acercar mis ojos cerrados a tu boca
jugando a que te escondes.
Dos vidas y una sola muerte,
ese frío incendio consumiéndonos
vestido en llovizna de diciembre
pertinaz, inacabado.
Y es que se me enciende sola la tristeza
- larga sed que quema la punta de mis dedos –
navegando mi boca, paseándose en mi sangre,
enfurecida, queriendo usurpar cada espacio
de mi cuerpo por donde todavía
se escurren tus besos.
Ahora el aire es un gemido
que atraviesa tu ausencia.
Se hace necesario una coma
entre esta soledad que nos comparte.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, Gustavo Cervantes y Felipe Antonio Santorelli les gusta esto. -
Cada noche te dibujo en mis sueños,
se llenan de colores mis versos
con el azul brillante de tus ojos,
donde convoco mis fantasías.
Como un esbozo en cada lienzo de vida,
pinto nuestro amor, soplo de viento
que llegue a tus brazos y acalle mis tristezas.
Aunque invente mil caricias
nunca llegan los besos a saciar mi piel.
El tiempo nos gana,
la ausencia se hará olvido
se harán años, no recordaré tu rostro.
mis dedos no encontrarán la silueta de tu piel.
Serás solo una sombra
apagada en mis manos,
un pétalo sin vida,
una gota de lluvia en la ventana,
un poema inconcluso que se quedó
dormido entre mis párpados.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, Gustavo Cervantes y Felipe Antonio Santorelli les gusta esto. -
No entendimos el abrazo,
ni la ternura que se hacía poemas
ni la ilusión brillando
en la oscuridad de las pupilas.
Era como estar y no estar al mismo tiempo,
como soñar un sueño sin nombre
con un corazón que apaga sus latidos,
sin romper el silencio que va llenando
cada poro de la piel.
Y es que despedirnos es ya nuestro oficio,
sucesión ilimitada de motivos,
de veces, de manos sin tocar,
de heridas que se abren y se cierran,
de lunas que se asoman y se pierden,
con sus miradas llenas de lejanía.
Que hay de esas ganas locas de encontrarnos,
de volver a las promesas que calentaron nuestros cuerpos?
Me extrañas y te extraño,
esperamos en las sombras,
siempre esperamos,
pero no llega la palabra necesaria
esa palabra mágica
que nos devuelva al amor.
Ana Mercedes Villalobos
Te gusta esto. -
La voz se ahogaba en la garganta,
olía a violetas y a sal,
qué dulcemente nos mentimos!
Si pudiéramos mirarnos
sin tanto amor entre los ojos,
contemplarnos como
se contempla el paisaje.
Y no es que se nos acabe
el mundo en un parpadeo,
es como derretirse
en el calor de unos besos
o deshilvanarse
la piel por los bordes.
Siempre terminamos
en el mismo lugar,
atrapados entre dos orillas.
Como una hoja seca
que se rompe entre los dedos,
se quiebra el tiempo,
dejando un triste eco de nosotros.
Como el vértigo que causa el deseo
que pinta tus labios en mi boca.
Ana Mercedes Villalobos
A Edna Victoria y Aychi les gusta esto. -
Detengo mi cansancio
a la orilla del camino
a la espera de un tiempo
que me sea amable,
que me señale la ruta.
Es como un juego
entre mis días y mis anhelos
mis sueños y mis derrotas,
se repiten sin descanso
aunque nunca se alcanzan.
Aquí en este inmenso sendero
quisiera que remontaran su vuelo
hacia la infinitud del paisaje
como alegres golondrinas
llenando mis manos de espuma,
mis ojos de mañana
mi cuerpo de otro cuerpo.
Que mis ojos vuelvan a la luz
después de reposar su ausencia
y se declaren cansados de vacío
de auroras llenas de promesas,
y puedan ver hacia adelante
sin volver la vista atrás.
Ana Mercedes Villalobos
A claudiorbatisti le gusta esto. -
Extrañamente tomé tus manos
y en la tiniebla de mis sueños
recorrimos juntos el riachuelo,
su cantarín sonido aún se
escucha en mis oídos,
en un olor inconfundible a humedad
que se pegaba a mi blusa.
Y luego ya no estabas,
huyendo silente se desvaneció tu risa,
abrazada a mi tristeza
me senté en el pasto
a sorber de a una mis lágrimas.
Se quedó tu nombre sostenido en mis labios,
entre los azules y los blancos
se debatía nuestro cielo
y yo, incapaz de asomarme a tu partida
cerré los ojos para no contemplar tu ausencia.
Ana Mercedes Villalobos
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