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Viendo entradas en la categoría: Poema surrealista
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No me pongas margaritas
en mi cabeza de huevo,
no me pongas margaritas
que ya sé que son tiempos modernos,
pero ponerme margaritas lilas en el cabello
yo no me atrevo.
Ayer fui aun partido de vóley
y casi me da infarto
perdió mi equipo favorito y encima llovió harto.
Alcánzame esa regadera lila que hace juego con esta margarita
¿Puedes regarme la sien?
Hace tiempo que siento que mi cerebro se oxida
necesita el agua de la vida,
sino, corro el riesgo de quedar como rama disecada.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
imagen de la red -
La noche coagulada de pena,
deja caer su sangre roja de dolor;
se avecina con sus gatos negros de soledad,
¡Hay silencio de tumbas muertas, en sus fauces!
Y yo, esperando que llueva un milagro en sus cuchillos despiertos.
¿Qué haré con esta noche de sombras alucinantes
perdida en su exposición de nostalgias?
Vago de aquí para allá,
sin encontrar la salida.
Su agonía de pájaros muertos
toca mis palacios,
emergen criaturas extrañas
en sus ojos negros;
soy bosque plagado de silencio y miedo
ante su avance fiero.
Continua mi noche,
le sigue el paso la inquietud del vacío yerto,
y la sombra endiablada de un futuro aciago,
tiembla la pared de mi alma
en vibrantes terremotos.
No soy la misma de antes,
he cambiado,
ahora hasta sus espejismos me aterran.
Es que he visto entre sus cortinas fisgonas
la cara de la muerte haciéndome muecas burlonas
y me he abrazado con los brazos y las uñas
a mi infancia juguetona
para no sufrir su estocada cruel y violenta.
En un rincón de la casa en cuclillas
me resguardo,
allí rezo las letanías de los ángeles perdidos, desahuciados,
esperando la arremetida traicionera de su guadañas.
Me doy soplos de aliento susurrando esta canción:
Somos polvo,
solo polvo en esta vida,
pero polvo vivo con brazos, piernas y sentimientos,
no estamos muertos,
hasta que estemos muertos.
¡Qué siga la función de la vida, maestro!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos ReservadosA BEN. y Lorelizh Beye les gusta esto. -
Entre mis conchas de caracol
una dama monta mis lomos,
¿Soy acaso un caballo loco para que tire de mis cuerdas?
Esa mujer no sabe lo que soporto, el drama existencial que vivo,
Bob Marley lo sabe
en las cuerdas de las notas de "redención"
Soy un hombre moderno,
pero no acepto mujeres subidas en mis lomos,
¡Ah, es una carga pesada cargarles!
Primero te enamoran, luego quieren mandarte a derecha e izquierda en todo.
Prefiero ser un molusco enclaustrado en mí mismo,
un caracol que se regodea en sus cosas y proyectos,
comerme un helado cuando quiera,
ir a un concierto de ópera, estirar las piernas y bostezar largamente.
No, yo no nací para ser enjaulado entre cabelleras femeninas.
Mi mente vuela como pájaro,
no puedo besar a una sola dama y estar contento;
necesito probar muchas manzanas para saber lo que es bueno.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
Imagen de la red
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Mujer azulada,
corazones de besos,
sueños coloridos.
Rocío de ternura,
píntate de amarillo alegría la cara
no dejes que ninguna pena te acabe,
Mujer sincera a piel desnuda,
¿Quién selló tu tez en besos amargos de jengibre y ajenjo?
No llores en agua de océano
No te mojes en el río de la pena.
¿Por qué tu voz se ha quedado muda,
tu cara esquiva,
tu mirada perdida?
Resucitarás en nueva mañana,
mujer azulada,
tus penas se disolverán como copos de nieve.
Subirás al valle del consuelo,
tus vestidos azules se tornaran naranjas y amarillos;
será una fiesta tu corazón.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
(imagen de la red)
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Los pedales del sufrimiento
se baten;
agitan mis barcos del dolor que se hunden sin consuelo.
El halcón negro, rasga mis ojos con sus garras,
y sangran en lágrimas púrpuras.
¡Pobre niño, con frío, con hambre!
Quiero consolarlo,
pero mis pestañas solo le rozan;
no lo levantan del letargo.
¿Por qué el destino se ensaña con este ser pequeño?
¿Por qué, el alto roble le aplasta los huesos?
Hierve el caldero en lágrimas,
La noche muda no acompaña,
el sol se a convertido en densa niebla y sombra vaga.
La pluma alicaída no habla,
el vate suspendido en el aire de la prueba
siente flaquear sus cuerdas de sostén.
Aquél, que tano quería yace en el lecho,
en la cruz más alta,
y no puedo ayudarle con mis dedos.
Prende la llama de la duda:
¡Dios, Dios dónde tu mirada se escapa!
Si tu siervo en la cama se dilata,
y tu hija no puede hacer por él nada.
Pedales ciegos que se mueven cada vez mas raudos,
clavando sus cuchillos en el alma,
desgarrando sueños;
traspasando la piel con la filuda espada.
Gimen, gimen hasta el hartazgo las hojas de su árbol.
Calma ya tus alas batientes de infortunio,
que se vayan por esas ventanas abiertas.
Ya estoy rendida,
me voy a descansar.
Mañana, será otro día,
un nuevo despertar.
Quiero dormir,
solo un rato,
quiero dormir,
en los brazos de la muerte...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
imagen de la red -
Se inaugura la era del pepino y del plátano.
El pepino será el oxígeno puro del planeta;
el plátano la verdad encerrada en gavetas.
¡Olvidé apagar la cocina,
ojalá no se halla quemado el arroz!
El pepino se durmió en su modorra
está viendo en su televisor La familia ingalls;
el plátano decepcionado liba licor en un bar psicodélico.
La mañana está verde, no hay pájaros marrones
ni vacas rosadas,
solo un pajariTO con cara humana,
quejándose de las noticias disparatadas.
Quiero una melodía de Mozart
que atraviese las médulas de mis ojos,
¡Me dijiste amor te amo y te fuiste corriendo!
¿Qué clase de amor me invitas en tus platos?
Zzz, zzz, el plátano amarillo está durmiendo,
se ha contaminado con gas tóxico en ese planeta desconocido llamado tierra.
¡Y él que se creía Superman!
¿Y el pepino?
El pepino se ha enamorado de una hormiga como loco,
dicen que le ha dado una pócima para que crezca.
Ya se olvidó que debería enseñar a los hombres la verdad completa.
El amor lo tiene de cabeza.
Plátanos, pepinos, tomates y fresas,
todos son iguales
cuando el amor los atraviesa.
Autora: Edith Elvira Coloqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
imagen prestada de la redA BEN. le gusta esto. -
Quiero despegar tu llanto
del iris de tus ojos,
Quiero empapelarlo de poemas de amor
para que ya no sufras, mujer amada.
En sus letras hay verbos y gerundios que te aman,
verso no leídos que te esperan.
Del iris de tus ojos lloroso que mojan tus mejillas,
formaré un corazón:
Un mundo nuevo de amor para ti.
No temas princesa
yo estoy aquí.
Que no tiemblen tus manos,
ni tu cuerpo de soledad.
Yo, tu amado,
vengo a borrar tus agonías.
Tus pestañas nunca mas estarán mojadas,
tu corazón nunca mas entonará el canto de los huérfanos.
Y en iris seco,
danzaremos los dos,
en tus pupilas nuevas.
Ya no habrá lluvia de cemento en tu tierra.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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Te regalo mi silencio para pacificar tu alma.
Mi silencio hecho de pájaros negros volando.
Mi silencio, mar mudo de piedra.
Mi silencio de sangre coagulada...
Mi mirada no hablará frases de amor en tus ojos,
mi voz estrangulada en los árboles lejanos
ya no dirá nada:
¡Silenciosa, habla más callada que despierta!
Mi silencio hechos de cal y arena,
zumba en tu alma.
Quiero que mi silencio arrastre los hilos de tu pasión.
Te regalo mi silencio de manos, de voz, de piel, de alma.
Me quiero quedar desnuda.
Silente y etérea para ti.
Para que toques el sabor de los alisios del yoga profundo
en mí.
Y sientas la paz con el universo,
la paz como mariposa bailando contenta en tu mente y tu alma.
¡Que mi silencio llene los vacíos en ti!
Que mi silencio te diga, todas la frases y versos de amor que hoy no te pude decir con palabras.
Que mi silencio te abrace y te ame.
Silencio:
¡Clava tu voz en el corazón de mi amado!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados -
¿Quién dijo que entre ollas y sartenes no habita la poesía?
Quien engañó que la poesía no salta en el cuchillo filudo
y en una cebolla finamente cortada en trozos.
He visto a la poesía caminar entre mis ollas
en el guiso humeante elevarse ingrávida.
Enredarse en las paredes de mis alacenas,
vestirse de rojo en los ajíes olorosos;
caminar galante con sus vestidos vaporosos...
¡Ah, la diosa poesía!
Vestida con su delantal floreado
y sus manos divinas,
me visita en mi cocina
¡Qué grata compañía!
En los guisos,
en la limonada recién preparada,
¡He visto su cara fresca!
¡Oh señora poesía!
Diles que no miento
que en la cocina estás despierta,
que tus pestañas abres
entre mis ollas y sartenes.
La inspiración brota donde quiere
y hay que atraparla,
venga de donde venga,
esté donde esté,
¡Apúrate que se escapa y vuela!
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados. -
Voló la sonrisa de mi rostro,
se fue en su carroza fúnebre
galopando presurosa.
En sus aguas
brota el sabor amargo
de la melancolía.
Sus cabellos se mojaron
porque sus ventanas opacas
lloran.
Cuánta nostalgia de hielo frío
penetra mis tuétanos,
en esta noche silenciosa
con cara de asno.
Acribillada muere la esperanza;
gime en su banca solitaria.
¿Quién me trajo a esta penumbra sin fondo?
¡Para qué tanto llanto rodando!
El sabor de la alegría
es alimento escaso por aquí.
Pues,
se relame y relame constantemente
el pastel del infortunio
con sus cuchillos agudos de tormento.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados -
Dromedarios azules
en el desierto solitario,
aguzan sus patas de alambre
en mi estómago hambriento.
¡Quizás tejí demasiado pronto ese suéter!
Sus jorobas llevan
litros de sangre
para saciar tu sed.
Dromedarios azules
aparecen por todas partes,
¿Les invitas una taza de café
en el Café de Flore?
Ya el hombre está contaminado
con el materialismo.
¡No pagaré esta cuenta, este mes!
Dromedarios hacen conciertos
en mis pupilas abiertas,
danzan en el iris vidrioso
de la noche.
¡Tiene derecho a descansar quien trabaja!
Suben reptando con sus jorobas de agua, silicio y sangre
quieren llegar a mi sala.
¡Los vigilo atentamente!
Sufren de equimosis.
Sus lenguas bailarinas
reposan en el caño
¡Tienen mucha sed!
luego ellos saciarán el hambre
de los cuervos malditos
hacinados en esa loza hambrienta.
Los Dromedarios agonizan,
espuma roja, botan por sus fauces.
Al fin
regresaré del país de los sueños
a mi selva de cemento.
Comeré mi arroz con pollo,
tranquila...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos reservados
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Dromedarios azules
en el desierto solitario,
aguzan sus patas de alambre
en mi estómago hambriento.
¡Quizás tejí demasiado pronto ese suéter!
Sus jorobas llevan
litros de sangre
para saciar tu sed.
Dromedarios azules
aparecen por todas partes,
¿Les invitas una taza de café
en el Café de Flore?
Ya el hombre está contaminado
con el materialismo.
¡No pagaré esta cuenta, este mes!
Dromedarios hacen conciertos
en mis pupilas abiertas,
danzan en el iris vidrioso
de la noche.
¡Tiene derecho a descansar quien trabaja!
Suben reptando con sus jorobas de agua, silicio y sangre
quieren llegar a mi sala.
¡Los vigilo atentamente!
Sufren de equimosis.
Sus lenguas bailarinas
reposan en el caño
¡Tienen mucha sed!
luego ellos saciarán el hambre
de los cuervos malditos
hacinados en esa loza hambrienta.
Los Dromedarios agonizan,
espuma roja, botan por sus fauces.
Al fin
regresaré del país de los sueños
a mi selva de cemento.
Comeré mi arroz con pollo,
tranquila...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos reservados
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Mis ojos
vagan en números cuánticos,
caen en gravitación universal al mar de tu alma,
te besan las pupilas en la noche de la soledad.
Mis ojos bailan al compás de tus emociones,
te siguen las pisadas,
tocan lo violines de Paganini
en el desierto de tus ansias punzantes.
Húndete en el mar de mis ojos
quiero verte ahogado de ternura en mí.
Arráncame las pupilas de los deseos a besos.
Haz quebrar mis pestañas entre tus brazos.
Rompe el vidrio de su iris
y hazme tuya
una y otra vez.
Cerraré sus cierres,
mañana será otro día lila, para amarnos.
En mis ojos guardo canastas de frutas de amor para ti.
No hagas que salpiquen sus aguas
en mis mejillas
si no vienes.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos registrados en safe creative
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Quiero besarte en lunas verdes,
en árboles lozanos renovados,
y pastos verdes, suaves y delicados.
Sentirás mis besos de manzana,
tu cuerpo se prenderá, como una llama.
Volarán las cometas del amor entonces.
Los peces saltaran de los ríos,
y tu corazón estallará en la pradera;
haciendo ritos de gozo.
Quiero besarte, besarte en lunas verdes,
para tenerte en noches rojas,
desangradas en pasión...
Ábreme ya tu corazón,
que mis lunas verdes se acaban.
Mis labios se tornan también verdes,
su huella quedará estampada en tus mejillas,
cual sello de pradera.
De mis cielos caen escarchas,
de mis ojos vitrales verdes
que te miran con amor.
¡Vamos al monte Vesubio!
¡Y estallaremos en la entrega!
Nuestros follajes entonces,
se abrazarán en fusión de cuerpos,
volarán todas su hojas,
por los aires incoloros,
y se estacionarán en nuestras pieles.
Abriremos la fontana,
beberemos aguas nuevas.
Nuestro amor, se teñirá de verde,
y nuestro futuro, de esperanza...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
A Víctor Mileo le gusta esto. -
Nieve dormida, abre sus ojos,
tiende su cama en la penumbra rojiza,
filma las estrellas,
viaja en sus jets de flores,
muy relajada.
¡Ama a Picasso¡
Nieve dormida se despierta en cruces de madera,
lanza silbidos en las plazas de toros,
ausculta Egipto y las columnas de Roma.
Bate sus alas en sus archipiélagos helados.
Nieve dormida,
se esconde debajo de las sábanas del mar,
visitas las cúpulas del panteón de Roma
y disfruta un café bien cargado,
se queda disecada en las páginas de los libros,
conversa con "El Quijote", le da la mano.
y en la madrugada,
aúlla con los lobos,
desnuda.
Nieve dormida
se despierta a la vida,
no sabe de mezquindades
ni de helados de fresa amargos,
viaja contenta en sus barcos de arena,
pincha los neumáticos de la maldad,
a veces cree haber visto ángeles...
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú -D.RA- Prohibida su copia.
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