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Viendo entradas en la categoría: POEMARIO 1 : NACIMIENTO Y VIDA EN EL VALLE
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 Mi adolescencia fue una tormenta
 unos días tronaba, otros el sol
 relucía como un rayo.
 
 Otras veces los días grises eran
 serpientes deambulando por mi mente de anacoreta,
 zigzagueando, marcando estelas en mi camino,
 pero la lluvia las borraba como el viento a las nubes.
 
 En los días claros los rayos del sol
 quemaban mi piel,
 eran picaduras de arañas que me destrozaban el alma,
 cauce de la ribera del tiempo
 deambulando por la vida.
 
 Cuando amaba, el aire se volvía enfermizo,
 entraba como hielo envenenado en mis venas,
 surcaba mi cuerpo, me domesticaba,
 era un caballo salvaje encerrado en la cuadra.
 
 Cuando trabajaba, el campo me enfurecía,
 resbalaba la fatiga por mi piel de serpiente cambiante
 entonces era camaleón
 para camuflar mi cansancio.
 
 Por las tardes, días sin pena ni gloria,
 desmenuzando mis nenúfares de verde musgo
 en un corazón buceando prisionero,
 paseos por puentes de hormigón
 desamparado como flamencos en retirada.
 
 ¿Qué sabes tú del sufrimiento del labriego?
 ¿Cómo te atreves a hablar de su condición de siervo?
 ¿Acaso dispuso de tus mismas oportunidades?
 
 Fui un ser creado por la sociedad del miedo,
 de la guadaña
 de los hierros convertidos en barrotes,
 no del amor azul de cuento.
 
 A luna roja, Francisco Iván Pazualdo y Melementos les gusta esto.
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 Portal mío deshojaste
 ya las hojas de mi calendario
 soy ahora una pena errante
 un nido sin árbol ni cobijo.
 
 Te duelen los huesos
 tus paredes están vacías
 en tu devenir solo silencio
 oscuridad de alma rota.
 
 Sentado te contemplo portal de piedra
 te envuelve el monstruo de la soledad,
 sólo, sin compañía cuántas historias
 sobrevuelan sobre tu bóveda
 ensangrentada de grietas
 fisuras que a tu corazón marchita.
 
 Debajo de tu cielo de penumbra
 encima de mi aturdida esfera de la sapiencia
 el arco sonriente vela mi siesta
 colgando de las paredes helechos de luna llena
 voces de niños estudiando las grafías
 ecos de vida en un desierto de tristeza.
 
 Mecedoras moviéndose silentes
 vacías, hojas muertas
 de seres que vivieron, amaron
 en ese túnel de frescura
 que al calor del verano daba guerra
 era un frigorífico en la caldera.
 
 Moscas golosas, hediondas
 pululando entre las viandas
 expuestas en la vieja mesa
 que cruje dolorida
 con sus huesos resquebrajados
 de servir a los moradores
 de este lugar de encanto.
 
 Cantos de chicharras
 sol blanquecino
 te quema las entrañas
 trinar de jilgueros
 maullidos de gatos
 ladridos de perros
 que abundan en el camposanto.
 
 Recuerdos inolvidables
 de una adolescencia de velero, efímera
 como lo es la vida, gozosa o lastimosa
 de todo hubo en aquel portal oscurecido
 con su puerta dolida de las grietas del tiempo.A ti y a Antonio J. Martín les gusta esto.
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 Carne de tierra, esclavo de tus orígenes
 heridas de trabajo dejando su huella
 en cada rincón apaleado de tu cuerpo
 ahogando tus sentimientos primigenios.
 
 Arrastrando tu vientre sobre esta vieja tierra
 la siento humedecida por el sudor de nube
 el tormento de la oquedad de tus ojos
 cada paso es un peso en el pecho
 cada golpe es una herida ardiendo.
 
 Todo es un crepúsculo de sueños
 desde la aurora con la humedad calando tus huesos
 hasta el ocaso con tu cuerpo ya ensangrentado
 como el rojo del sol en su despedida del valle
 sinestesias y sudores de hambre
 una lucha entre la tierra y el hombre.
 
 Hasta el aire es huraño en levedades
 cuando tu frente suda
 suaves olas de viento
 secan los surcos de tu frente
 y la tierra se retuerce, terca y dura
 ante tu mirada.
 
 Es el preámbulo de una vida de sueños
 donde el duro trabajo era la penitencia
 para una vida de paraíso
 en otro mundo, en otro cielo.
 
 Pero en esas lomas solo ves
 el laberinto de un cielo dolorido
 un vergel de la nada
 un sueño de película grotesca
 el eslabón del engaño de tus cadenas.
 
 Sobre tu espalda encorvada
 como si el pico de un papagayo se tratase
 los ángeles lloran y las nubes desaparecen
 ¡Cuánto dolor en ese cuerpo de flor marchitada!.
 
 Las manos agrietadas
 son surcos en la planicie de la loma
 tus dedos dureza de roca
 de excavar la tierra
 y tu aliento el llanto del cielo.
 
 Con la boca amordazada por la vida
 la primavera es silencio
 y el invierno el llanto
 eslabones perdidos de la cadena de la esclavitud
 del campesino a la tierra.A ti, Pi-Radianes y Alde les gusta esto.
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 Edén escondido entre lomas
 la luz de la sangre del campesino te ilumina
 los colores del lienzo del cielo son tu paraíso
 en cada rincón se siente la magia de la naturaleza.
 
 En este lugar tranquilo y sereno
 donde el tiempo es un muro acostado en el río
 soñando que los sueños son realidades
 no colmillos de sables, caminamos rumbo al tajo.
 
 Saluda al río, no ves que está triste
 para poder cruzar su vientre
 necesitas pisar las pasarelas de piedra
 poner su semáforo en verde.
 
 ¡Mira padre! ves esas cañas
 con la suave brisa se inclinan
 nos hacen una reverencia
 somos los reyes del día.
 
 Allá donde las lomas saludan al cielo
 se encuentra nuestra parcela
 seguiremos la senda de la serpiente
 zigzagueando por la loma.
 
 Campo de mi juventud hechizada
 cuando te sueño en mi cama de luna
 solo y desolado te veo
 los caminos en carriles se han convertido
 horadando tu vientre
 tú sigues silencioso, cansado.
 
 Tierra arrugada, tierra de espinas
 tú me criaste, te debo la vida
 y aunque pase la eternidad
 siempre en mi alma estarás.A ti, a Antonio J. Martín, a Pi-Radianes y a 3 otros les gusta esto.
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 ¡Oh, mira! ya canta el gallo
 amanece en el valle
 un sonido mágico que te transporta
 a lugares de ensueño, cuentos mitológicos
 anunciando un nuevo sol de dicha incierta
 con la melodía de su sinfonía
 como un amor de préstamo que va y viene
 aparece y se difumina.
 
 Por las mañanas cuando oigo su despertador
 como una sinfonía que nunca acaba
 como un saxofón en el eslabón del tiempo
 mi corazón henchido recibe al nuevo día
 presto y sereno como la red de pesca
 buscando el pez que la alimenta.
 
 Cuando en mis sentidos despiertan
 los sonidos de fondo de la vida
 el aroma a estiércol, pan tostado
 la tos de mi padre aparejando a la Peregrina
 los recuerdos son un lienzo.
 
 Cuando el sol saluda al valle
 desde el horizonte marino
 bañando todo con su luz dorada
 el aire acariciando mis mejillas
 flora y fauna danzando en perfecto anhelo
 belleza natural, un canto del cielo.
 
 Lomas majestuosas saludando nuestro paso
 ríos y arroyos circulando por sus venas
 ¡Oh tierra amada y bendecida,
 que cada día nos regalas la luz del sol,
 que en tu regazo se encuentran las alegrías
 y en tu vientre se esconde el dolor!
 
 En este Edén de encanto y misterio
 donde la vida palpita en cada rincón
 esclava y prisionera de la alegría y el dolor
 el corazón late al ritmo del imperio de la naturaleza
 placer que trasciende al latido del mundo, su eclosión.A ti, a Poeta en Silencio, a bristy y a 1 otra persona les gusta esto.
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 En la nostalgia del tiempo
 donde la noche con una palmera
 va alumbrando la llegada
 del alba.
 
 Olor a cuadra
 el aire impregnado de pobreza
 los corazones arrugados de indolencia.
 
 Mi sonrisa bailando
 con la brisa enamorada
 a los sones de una bulería
 acompasada con un fandango de lamento.
 
 Esa guitarra,
 acariciada con dedos delicados
 son los susurros de la noche a la mañana
 pintando su oscuridad
 de esencias suaves y calladas
 impregnando de paz
 su llegada en carros de fuego.
 
 En el silencio
 bañado de sangre el valle
 donde el jilguero canta sus dulces melodías
 saludando al aire fresco de la mañana
 limpio de corazón
 y el alma henchida de aliento.
 
 En el vórtice donde se muere la oscuridad
 y aparece la luz, en ese instante
 la vida se despierta.
 
 El gallo con su quiquiriquí nos saluda
 los sonidos de las herraduras
 sobre las empedradas calles
 son ecos de la nostalgia
 bajo el manto azul han desaparecido
 son vestigios de una niñez de porcelana
 ahora los ruidos de los motores
 son el despertar de la mañana.
 
 En esta edad de ensueño
 donde la vida fluía
 en la bondad de la naturaleza
 emergió mi aura, mi esperanza,
 la luz de la estela de mi vida
 en este valle de ensueño.
 
 A ti, a Antonio J. Martín, a bristy y a 2 otros les gusta esto.
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 Verdes vides, arcillosas lomas,
 pizarras ancestrales, almendrales con piojos
 recorriéndote el cuerpo como el cauce del río
 que baja zigzagueante saludando a Benamargosa.
 
 Altivos cañaverales, ariscos pedregales,
 testigos mudos de antiguas leyendas,
 guardianes de secretos ancestrales
 que me contaba el abuelo al calor de las ascuas.
 
 Entre tus montañas se esconde la historia,
 de un pueblo valiente, de fieras batallas,
 de amores perdidos en noches de frío,
 de lágrimas derramadas en campos dorados.
 
 ¡Oh Benamargosa misteriosa, tierra de estraperlistas,
 Gibraltar el chico te llamaron,
 por tus establos circulaba el tabaco
 como la paja en los pesebres.
 
 En tus paisajes se inspira el alma,
 se despiertan emociones que yacen dormidas,
 en el corazón de aquel que te ama
 eres luz en la oscuridad de la necesidad
 movimientos de ola en los vientres del hambre.
 
 Caminar por tus senderos es un sueño,
 donde el silencio habla con voz profunda,
 donde el viento susurra antiguas palabras,
 y las estrellas brillan con luz fecunda.
 
 Gigantes olivos, acobardados limoneros,
 que vuestros huertos guardan secretos,
 de sufridores hortelanos
 Benamargosa eterna, con la belleza de tu valle,
 me duermo.
 
 Eres el eco perdido de mis tiempos preferidos,
 la tierra bendecida de mis ancestros
 donde la vida no transcurre
 es una luna balanceándose en un cesto.A ti, a Antonio J. Martín, a bristy y a 3 otros les gusta esto.
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 Niñez de porcelana
 siempre envuelto en hojas finas de menta
 vagando por el río
 flor de adelfas envenena tu alma.
 
 ¡Padre! no te apenes
 que ya está llegando el alba
 y llegaremos a ver el fluir del río
 el conservatorio de ranas y escamas.
 
 Sonidos de agua clara,
 chapoteos de arena húmeda
 noche de bandoleros, noche oscura
 tortura de zarzas y liebres
 memoria sin luz en la agonía.
 
 ¿Está triste la luna?
 quiere velarme con su mantilla
 su risa de brisa fresca, me acaricia
 y su manantial sacia mis pies helados
 con canela y clavos.
 
 Loma redonda que me vigilas
 dame el rescoldo de tu dicha
 quiero ser tierra en agua bendita
 apaga mi ansiedad
 dame la luz de tu aura
 que mis adentros curen.
 
 ¿Dónde estás madre?
 ven a buscarme
 que en la oscuridad aterido estoy
 quiero tu calor de rayo vagabundo,
 tu alma serena, tu frente altiva como la azucena.
 
 Quiero sentirme hombre, ser roca dura
 amanecer en la campiña,
 bosque que ni existe ni trina melodías
 ser agua que sacie tu sed de alegría
 manojo de amapolas sedientas de compañía.
 
 Desnudo mi alma en las esquinas,
 en los escalones de la mezquina vida
 siembro palabras en los oídos de los corazones
 que conmigo compartieron el cielo, la oquedad del frío,
 el despertar de la noche.
 
 Soy sueño, araña en el suelo
 paloma en los tejados, devoro tu corazón padre,
 y tú, madre, risa ancha como el mar
 navegando en este valle de bondad infinita
 tejiendo una bufanda enhebrando esperanza
 para que no pase frío tu nenúfar del alma.
 
 Otras veces quise ser mariposa
 posarme en los pétalos de tu amor, padre,
 volar contigo por lomas de ensueño,
 cultivar el sol, para no ser lamento.
 
 De mis ruinas me levanto,
 deseo ser vuestra felicidad,
 penetrar en vuestros adentros,
 ser vuestra verdad, vuestro sueño
 ser vuestro todo, vuestro todo y nada más.A ti, a Antonio J. Martín, a Juglar español y a 1 otra persona les gusta esto.
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 En la candidez de tu rosada frente
 el halagüeño abril pasó riendo
 con las alas de suave brisa extendidas
 acariciando todo a su paso, te trajo el regalo.
 
 Cuando los ojos a la vida abría
 ante el sufrimiento de un mundo nuevo
 inhóspito y desagradecido
 vi la luz más brillante y serena
 en la calidez de tus ojos, ¡madre mía!.
 
 Eras un arroyuelo de ternura cristalina
 bálsamo de primavera
 haz de luz de las estrellas
 iluminando mi camino.
 
 Me tejiste entre tus brazos
 con la mirada fija te prometí amor
 como los cristales a las ventanas, madre.
 
 Para siempre seré tuyo
 en la luz de tus ojos
 ningún otro fulgor, sólo
 mis destellos de pupilas.
 
 Enredado en tus abrazos
 me perdía entre las nubes
 me acunaste meciéndome con la luna.
 
 Con tus latidos renacía mi vida
 brotes tiernos florecían en mi rostro
 mariposa tintineando de alegría.
 
 En tu piel, suave como la espuma
 encuentro calma, el mar de nervios
 se convierte en densa serenidad
 como el lago sin ondas en su inmovilidad cristalina.
 
 Prometí ser brisa que te acariciara
 estar junto a ti, como tus flores benditas
 pero el cruel azar, implacablemente
 nos separó sin dar aviso, mi encanto.
 
 En el laberinto de este duelo
 mis lágrimas como río desprendido, claman al cielo
 luz y penumbra en la calidez
 de un día sombrío.
 
 En mi corazón guardo tu sello
 como un recuerdo que nunca se esfumará
 aunque ya no estés aquí te llevo dentro
 y en mis sueños aún te puedo abrazar.
 
 Cada línea que escribo es un desahogo
 un grito sutil de libertad
 en cada verso un trago amargo
 se convierte en dulce alimento de mi aura.
 
 En el vaivén del universo, en la luz infinita
 seguirá tu recuerdo, llama bendita;
 en el firmamento de mis risueñas emociones
 tu esencia perdura, eterna y sincera.A ti, a Juglar español, a lomafresquita y a 2 otros les gusta esto.
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 Me cuesta verte subir la empinada cuesta
 invierno en tu rostro primavera en tu anhelo
 contraste evidente entre lo que fuiste y eres
 ¿Dónde quedó aquel fuego que una vez te alimentaba?.
 
 El sol ya no te abraza con su cálido rescoldo
 y la sombra te sigue testigo de tu esfuerzo
 allá en la bruma del tiempo
 la niebla densa la vida te golpea
 libando tu rostro sereno.
 ¿Dónde se esconde esa fuerza que hoy parece escapar?.
 
 Me cuesta verte subir la empinada cuesta
 el tiempo implacable te atrapó en su red
 la cuesta es la montaña que te desafía con fervor
 sombras se alargan en tu lento andar.
 
 Ahora el dolor se cierne sobre tus hombros
 añoranzas flotando en la nube del recuerdo
 mientras la cuesta insiste en probar tu valentía
 tú la afrontas con entereza
 demostrando que tu alma no envejece.
 
 ¿Por qué la vida insensata te desnudó?
 Aunque parezca que la vida te ha vencido
 en tu espalda hay cicatrices de batalla
 tu rostro refleja historias de luchas
 pero tú, nunca pierdes la esperanza
 porque sabes que cada paso te acerca a la salida.
 
 Con sudor en la frente y fuerza en el alma
 te levantabas cada día mente de atleta
 cosechando la tierra con amor
 para alimentar a los tuyos con orgullo.
 
 Así con las manos como única herramienta
 entre surcos de sudor y sacrificio
 lograbas llenar de vida cada rincón
 no faltaba el pan en la mesa
 ni el calor en el hogar.
 
 Cada tormenta fue una lección aprendida
 la vida te debe otra partida
 tiene que beneficiarte
 con otra donde abunde la dulzura
 los días duros sean arrecifes de felicidad.
 
 Quiero ver esa sonrisa leve que percibía
 cada vez que tus ojos penetraban en mí
 y allá donde estés descansando
 tendrás un trozo de paraíso reservado
 
 Por eso me duele verte subir la empinada cuesta.A ti, a Ana Fabiana, a bristy y a 2 otros les gusta esto.
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 Entre jardines
 en la noche primaveral
 semana santa llega
 los pétalos brillan
 con resplandor místico.
 
 La primavera
 abrazando las flores
 celebra la vida
 la llegada de un retoño
 en sus más finas mieles.
 
 En una noche serena y tibia
 el gallo canta a la madrugada
 mientras Judas traiciona
 al maestro de la libertad y la vida.
 
 En un hospital de pobres
 donde el dolor se hace fuerte
 elevan plegarias
 buscando la luz en la oscuridad.
 
 Confían en el milagro fecundo
 la vida sea manantial de agua fresca
 la salud un manto de rosas
 y su flor sana y salva aparezca.
 
 En la quietud de la noche silenciosa
 el clarín de madrugada resonó en la brisa
 despertando al mundo con su melodía ansiosa
 llamando a la flor que en sombra se desliza.
 
 En mitad de la función, un río de sangre,
 las batas blancas, rojas se vuelven
 la flor se estaba marchitando
 y su mamá desconsolada lloraba.
 
 En un instante todo cambia
 como un rayo que alumbra y se va
 dejando a mi madre con el corazón roto
 sin más descendencia que la mía.
 
 El amor pasajero que se va
 dejando un vacío en su ser
 y en su vientre, la semilla de la tristeza
 que germina en su alma acongojada
 y su útero yermo.
 
 Mi progenitora , tan fuerte y valiente
 como los rayos del trueno
 se queda sin soñar con la belleza
 de su flor más preciada, una que trenzas
 pudiera tener, como un ramo brillante.
 
 Así, se quedó con un niño
 vestido de sol
 al que arrulló con ternura
 y llevó siempre en el bolsillo de su corazón.
 
 Al verlo entre sus brazos,
 después de aquella pasión,
 sintió la alegría de un vals
 en su henchido corazón:
 bailar en un lago de cisnes
 con nenúfares en su interior.
 
