Viendo entradas en la categoría: POEMAS CORTOS - Página 3

Sé que existo porque me hablas,
me sientes como un escalofrío,
doras mi cuerpo por las mañanas
por las noches calientas mi hastío.

Soy tus sentidos, palpo tus emociones
cuando me miras con mirada brillante
como los gatos por la noche,
entonces
me excito y noto que existo..

Mi cuerpo alborotas, cuando te veo
por las rendijas que tu fabricas,
con tu magia de gaviota fina,
existo porque devoras mi alma con fuego.

Subir al cielo como un ave
y caer herido entre tus manos
es lo que quiero, abrázame
como el viento a la melodía
y siento que existo porque lato contigo.

Cuídame, dame tu resplandor
y me sentiré vivo porque
el cielo es muy frío sin tu calor.

Quizás no todo sea amor,
hay algo de vanidad, desconsuelo,
miedos internos, pensamientos obsoletos.

Pero me levanto y vuelvo.

Soy mágico como el tiempo,
ando por valles secretos,
a veces, contaminado de lujuria, es cierto.

Soy como un oasis en el desierto,
soy el amor del poeta,
¿la poesía que tú esperas?,
sigo soñando con ella.

Amor que trinas cómo los pájaros
seduciendo a valles y montañas,
¿Eres perecedero o la muerte te engaña?.

Huyes de los galgos como las liebres,
te sostienes en el abismo,
pareces un sol naciente.

Por la noche te acurrucas
en tu alforja de colores.

Y después, ¿Adónde vas amor?

Y de pronto,
apareció tu desnudez,
se paró mi bullir, se hizo
el silencio.
Las garzas abrieron sus ojos al horizonte
parecen soles.

La vida empezó a regar,
la noche no pasaba
era el inicio de la vida
¿Se desnudó ella contigo?

¿La sentiste? la vida pasó de largo,
se convirtió en suspiro.

El eco trae las risas de los sedientos
personajes tácitos sin cama ni merienda
a las orillas del cielo nocturno hacen plegarias,
a los mundanos, los que no aman.

Se rompe el tiempo en la mañana,
el frío atenaza las escarchas de un cuerpo
que alza su voz, contra las patrañas
de esta sociedad de almas de cloaca.

Mandatarios ladrones, pueblo ciego
votando al que hiere sin pudor
su boca, frontera de la maldad
en butacas de millones se sientan.

Seres endemoniados, circo romano,
función de payasos cruzándose desparpajos,
tomando costillas al terminar el acto.

Manantial desbordado, cauce deshecho,
quién pondrá coto a este averno
de mutilados acongojados,
vividores de extramuros,
con la sangre del pueblo.

Otro día más, las nubes
pasan y tú eres viento
llevándote mi amor dentro.

Otro día más, respirando tus olores
me alcé al cielo consiguiendo
una guirnalda para enero.

Otra vez más, vienes a mi cuarto
y yo no estoy, sientes mi soledad
te desnudas, te lames como lo hace un gato
y me derrumbo como el muro de Berlín.

Otra vez en cautividad percibiendo
tus húmedos ojos respirar, tu olfato
mirando mi mirar y yo suspirando
por encontrarte en mi altar.

A la sombra de un cedro
obnubilado quedé
viendo volar al jilguero.
¿Acaso no vuelan las flores
cuando las acaricia el viento?
en ese instante,
mis ojos fallecieron
pensé: ¿acaso no entiendo?