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Viendo entradas en la categoría: Poesía desenamorada-.
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Me duelen las manos, de tanto coser heridas, de permanecer inmóvil, dentro de las guaridas, donde se reflejan en los espejos, ciudades ya derruidas. Y ese amor que las sostuvo, también me duele y me pica, tarántula insomne, que derriba muertos en las literas de los trenes de medianoche. Me asombran los muertos en vida, los que ponen de pie las gradas de los anfiteatros, los que empujan piel y saliva, y construyen ejércitos y penumbras raídas. Son pocas las palabras, que duermen junto a mi vida, es la noche servicial e intacta, la que se apresura a mordisquear
mis labios de manzana oprimida. Lloro porque no tengo resultado, mi herencia será el viento nocturno y ese lobo que mis muslos acaricia. Levo anclas del amor ya disuelto, de las ventanas en forma de estalactitas, de las estrellas sometidas a las galaxias imperiales. Dejó mi vida, qué traje de cuerpo entero, vencido!
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Cierto sometimiento
a la certeza crucial de tu vida,
ya te inunda, y en la ecuación
alegre, la lisonja estúpida
no acaba de convencerte.
Al igual que la inútil conversación
fría, distante, con tanto hijo de Satanás
suelto, te mantiene con vida- no hay
dónde elegir o legar fe, esperanza,
caridad-, el bochorno interior de
suplir una realidad por otra, hace
que en ocasiones te enerves y coloques
palabras que no correspondiera.
Cierto desapacible amor y cierta sombra,
de todo esto afortunada, te salva, y en la
desbordante lejanía, cifras tus minúsculas
fuerzas y esperanzas. No te afligen ya
recuerdos o memorias, sombras también
de días difíciles y escuetos, mas reservas
para ellos, un sabio rencor en forma de prudencia.
Y pensar que el mundo en ocasiones fue eso!
©A Rosmery Pinilla Acosta le gusta esto. -
Con estas rimas
ya me forro, señorita
mía. Tanto, que prescindo
de aranceles y de contratos,
y me ensarto, de bandera,
en el cuarto oscuro de la fuerza.
De alguna campana, y de algún
mal solitario, tristezas las tengo
todas: desde antaño, moratones
de amor, hasta heridas ciertas
de presidios tóxicos y adictivos.
Chupones, camellos, galácticos,
rubiales,me robaron a la novia.
Protestas y manifestaciones,
de calle y de pancarta, suicidios
plenarios, todos, de nada me sirvieron.
Bandoleros, Curros cuarentones,
sensuales tuneados, se empeñan
en darme la penúltima estocada-
yo, que estaba vivo de corazón y
de milagro-.
©A Rosmery Pinilla Acosta le gusta esto.