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Viendo entradas en la categoría: POETAS que me GUSTAN

  • Céu de Buarque

    Me río de buena gana
    cuando me descubro
    susurrándome al oído
    que soy libre y procedo
    como tal,
    y, sin embargo, necesitaría
    una carretilla
    para continuar a transportar
    estos 70 y picos de kilos
    de materia tibia y húmeda
    que cuido tanto.

    Seguramente libre no soy
    pero tampoco soy esclavo,
    y ¿ahora?
    Ahora no me queda más remedio
    que adornar el país de Jauja del mañana
    en espera de tiempos más aptos

    Y no me voy a poner a buscar
    una liberación que me redima
    ¡vaya a saber de qué pecado!
    y menos aún fundar otro dogma
    férreo,
    me quedo con esta democracia,
    prostituta ingenua que no conoce
    el valor del mercado
    y andaré en lo posible
    más o menos en equilibrio
    entre la apatía del despierte
    y el frenesí del existir.

    E. Roberto
  • Céu de Buarque
    [FONT=&quot]Mañana me levantaré[/FONT]
    [FONT=&quot]de buena gana y escribiré[/FONT]
    [FONT=&quot]con letra lenta las cosas[/FONT]
    [FONT=&quot]que debo empezar mañana.[/FONT]
    [FONT=&quot]Antes que nada reveré[/FONT]
    [FONT=&quot]lo que he aprendido,[/FONT]
    [FONT=&quot]y si conviene, cambiar[/FONT]
    [FONT=&quot]el significado de las palabras[/FONT]
    [FONT=&quot]para mi diccionario de uso personal.[/FONT]
    [FONT=&quot]Escribiré que el Amor es[/FONT]
    [FONT=&quot]sólo conciente, construcción cotidiana[/FONT]
    [FONT=&quot]imposible de vocalizar, que el alma[/FONT]
    [FONT=&quot]es conciencia distraída y[/FONT]
    [FONT=&quot]que mira más allá de su propio vallado,[/FONT]
    [FONT=&quot]que la Poesía es el límite[/FONT]
    [FONT=&quot]que momentáneamente[/FONT]
    [FONT=&quot]llena lo que nos falta,[/FONT]
    [FONT=&quot]que el Espíritu es el instinto[/FONT]
    [FONT=&quot]refinado, [/FONT]
    [FONT=&quot]que el Arte somos nosotros, [/FONT]
    [FONT=&quot]desnudos y mal esbozados, [/FONT]
    [FONT=&quot]que el Mal es creer hacer justicia[/FONT]
    [FONT=&quot]con las propias manos,[/FONT]
    [FONT=&quot]que Dios es un cálculo[/FONT]
    [FONT=&quot]con números irracionales,[/FONT]
    [FONT=&quot]que el Hombre es un organismo[/FONT]
    [FONT=&quot]corruptible que confunde memoria[/FONT]
    [FONT=&quot]con pasado.[/FONT]

    [FONT=&quot]Eduardo Roberto[/FONT]
    [FONT=&quot]07/09/2008[/FONT]​
  • Céu de Buarque
    Un rojo carmesí,
    matizan sus labios,
    su cálido empacho,
    circunda mi piel.

    Mi intruso oropel,
    consume el espacio,
    y el brío encarnado…

    Se entrega al vaivén.

    Si enérgico en él,
    sus pétalos mansos,
    en húmedo encanto,
    se abraza al corcel...

    Traviesa, en la miel,
    tatúa su encanto...

    -Jugando entre trazos,
    diseña el placer-.

    Con sed de mujer,
    lo bebe de un trago,
    deleite en halagos,
    (su trance es mi ser)...

    Y el ego a sus pies,
    fecunda su tracto.

    (Del rojo al rosáceo),...

    Soy amo y rehén.

    Jorge Chicco
  • Céu de Buarque
    “La poesía es el lugar donde todo sucede. A semejanza del amor, del humor, del suicidio y de todo acto profundamente subversivo, la poesía se desentiende de lo que no es su libertad o su verdad. Decir libertad y verdad y referir estas palabras al mundo en que vivimos o no vivimos es una mentira. No lo es cuando se las atribuye a la poesía: lugar donde todo es posible.”
    Alejandra Pizarnik, 1962.
  • Céu de Buarque
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]En el tabaco, en el café, en el vino,[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] al borde de la noche se levantan [/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] como esas voces que a lo lejos cantan[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] sin que se sepa qué, por el camino.[/FONT]

    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] Livianamente hermanos del destino, [/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] dióscuros, sombras pálidas, me espantan[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] las moscas de los hábitos, me aguantan [/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] que siga a flote entre tanto remolino.[/FONT]

    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] Los muertos hablan más pero al oído,[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] y los vivos son mano tibia y techo,[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] suma de lo ganado y lo perdido.[/FONT]

    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] Así un día en la barca de la sombra,[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] de tanta ausencia abrigará mi pecho[/FONT]
    [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif] esta antigua ternura que los nombra.

    Julio Cortázar (si cliquea sobre el nombre se dirige al blog dedicado al escritor)
    [/FONT]​
  • Céu de Buarque
    Has visto
    verdaderamente has visto
    la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
    Has tocado
    de verdad has tocado
    el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amás
    Has vivido
    como un golpe en la frente
    el instante el jadeo la caída la fuga
    Has sabido
    con cada poro de la piel sabido
    que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón
    había que tirarlos
    había que llorarlos
    había que inventarlos otra vez.

    Julio Cortázar
  • Céu de Buarque
    [FONT=&quot]Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.[/FONT]
    [FONT=&quot]Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.[/FONT]
    [FONT=&quot]Me engañan y yo debo ser la mentira.[/FONT]
    [FONT=&quot]Me incendian y yo debo ser el infierno.[/FONT]
    [FONT=&quot]Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.[/FONT]
    [FONT=&quot]Mi alimento es todas las cosas.[/FONT]
    [FONT=&quot]El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.[/FONT]
    [FONT=&quot]Debo justificar lo que me hiere.[/FONT]

    [FONT=&quot]Soy el poeta.[/FONT]
    [FONT=&quot]J.L.Borges[/FONT]
  • Céu de Buarque
    No nací en Atenas, ni vengo de Esparta,
    Crecí al final de una calle larga,
    un empedrado viejo de un Rosario,
    pero tuve filósofos, y tuve a mi padre,
    filósofos de bar y una sed de amarte,
    Hetaira temporal, amiga, amante.
    La Acrópolis de nuestra oratoria,
    el placer de fundarte,
    eramos la pandilla de Heracles,
    soñadores, desde chicos,
    luchadores implacables,
    irreventes y desafiantes,
    enemigos y tunantes,
    de los muchachos de la otra cuadra,
    esos que eran los más grandes…

    Yo inventaba siempre un nuevo ataque,
    una bandera de trapos como estandarte,
    proyectiles de semillas, picantes,
    tácticas, salidas de otras vidas,
    para vencerlos o sólo fugarse…
    Alguien dijo eres Leónidas,
    después del partido de la tarde,
    Y me quedó el apodo de mi compadre…

    No nací en Atenas, no vengo de Esparta,
    pero hicimos nuestra mitología,
    de la vida una feliz alegoría,
    Y nos abrazamos como hermanos,
    éramos héroes y éramos villanos,
    y a veces tomados de las manos,
    gritábamos, gritábamos…

    Atenas,
    Atenas,
    Atenas!!!


  • Céu de Buarque
    [​IMG]

    La verdad es la única realidad

    Del otro lado de la reja está la realidad, de
    este lado de la reja también está
    la realidad; la única irreal
    es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
    si pertenece al mundo de los vivos, al
    mundo de los muertos, al mundo de las
    fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
    de la producción.
    Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
    cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
    las flaquezas del amor, por supuesto, forman
    parte de la realidad; un disparo en
    la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos,
    aquellos
    gritos irreales de dolor real de los torturados en
    el ángelus eterno y siniestro, en una brigada de policía
    cualquiera
    son parte de la memoria, no suponen necesariamente
    el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente
    es la reja cuadriculando el cielo, el canto
    perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
    fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
    cubriendo la Patagonia
    porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad,
    como
    la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
    estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
    del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro
    como los designios de todo un pueblo que marcha hacia la victoria
    o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,
    a rescatar lo suyo, su
    realidad.
    Aunque parezca a veces una mentira, la única
    mentira no es siquiera la traición, es
    simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

    P. U.
    Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973.


    Leer más en Hermano, Paco Urondo
    http://www.hermanourondo.com.ar/index.htm
  • Céu de Buarque
    Vamos a iniciar un viaje, y en esto quiero recibir la ayuda de Chicco, quiero leer en esta reunión a Paco Urondo, y empezaremos con:

    El ocaso de los dioses

    No hay nadie en la calle, en los ruidos húmedos, en el
    vuelo de las hojas y mis pasos quieren reiniciar
    las maderas de la adolescencia.

    Pero todo está abandonado, no hay nada que pueda
    favorecernos; ningún aire de inconsciencia, ningún
    reino de libertad. Sólo hábitos tolerantes haciendo
    crujir nuestra memoria. "Ha estado bien", decimos.

    Dueños del incendio, de la bondad del crepúsculo,
    de nuestro hacer, de nuestra música, del único
    amor incoherente; soberanos de esa calle donde los
    tactos y la impresión hicieron su universo.

    Las sombras acarician aún sus veredas, tu mismo
    nombre y tu gesto son una forma nocturna que en
    esa constelación crece y sabe enrostrar nuestra
    culpa.

    Y todo termina con una esperanza, con una dilación
    –"ha estado bien"–, o en un bostezo, o en otro
    lugar donde es menester el coraje.

    Paco Urondo

  • Céu de Buarque

    Te tengo aferrado
    y aún si tu intención es otra
    no te dejaré entrar a la sala de los sueños
    pues soy dueña de tus actos y de tu abatimiento
    Cuando yo quiera te substraeré de tu soledad de pequeño cíclope
    Cuando yo quiera te haré llorar
    la cándida lágrima,
    la que quiere estar presente hoy, ayer y mañana.
    Cuando yo quiera daré la orden que la tierra se abra
    y que el abrazo de mis ríos
    te lleven con calma a la serenidad de las sábanas,
    y en ti seré luego la niña de antaño,
    la muñeca de trapo,
    acurrucada en tu pecho
    esperando, con un ojo en el cielo
    y el otro en lo obscuro del cuarto,
    que se despierten los gallos con sus crestas doradas
    al rojo de sol....

    <b>
    E.Roberto​
    </b>
  • Céu de Buarque
    Este invierno con poca leña, nos tiene con los dedos escarchados y la nariz roja, estoy esperando a que pare el viento sur y pueda seguir con mis tareas de jardinería, las rosas esperan entre yuyos, han de sentir un poco de envidia de las que pude podar y limpiar ayer. Mientras, les dejo dos poemas que parecen uno, Oliverio Girondo sigue, en la distancia que nos separa, enseñándome caminos que deleito y quisiera compartir con ustedes como si fuéramos parte de un mismo salón de lectura a orillas del fuego.


    VUELO SIN ORILLAS


    Abandoné las sombras,
    las espesas paredes,
    los ruidos familiares,
    la amistad de los libros,
    el tabaco, las plumas,
    los secos cielorrasos;
    para salir volando,
    desesperadamente.

    Abajo: en la penumbra,
    las amargas cornisas,
    las calles desoladas,
    los faroles sonámbulos,
    las muertas chimeneas
    los rumores cansados,
    desesperadamente.

    Ya todo era silencio,
    simuladas catástrofes,
    grandes charcos de sombra,
    aguaceros, relámpagos,
    vagabundos islotes
    de inestable riberas;
    pero seguí volando,
    desesperadamente.

    Un resplandor desnudo,
    una luz calcinante
    se interpuso en mi ruta,
    me fascinó de muerte,
    pero logré evadirme
    de su letal influjo,
    para seguir volando,
    desesperadamente.

    Todavía el destino
    de mundos fenecidos,
    desorientó mi vuelo
    -de sideral constancia-
    con sus vanas parábolas
    y sus aureolas falsas;
    pero seguí volando,
    desesperadamente.

    Me oprimía lo flúido,
    la limpidez maciza,
    el vacío escarchado,
    la inaudible distancia,
    la oquedad insonora,
    el reposo asfixiante;
    pero seguía volando,
    desesperadamente.

    Ya no existía nada,
    la nada estaba ausente;
    ni oscuridad, ni lumbre,
    -ni unas manos celestes-
    ni vida, ni destino,
    ni misterio, ni muerte;
    pero seguía volando,
    desesperadamente.


    ¿DÓNDE?

    ¿Me extravié en la fiebre?
    ¿Detrás de las sonrisas?
    ¿Entre los alfileres?
    ¿En la duda?
    ¿En el rezo?
    ¿En medio de la herrumbre?
    ¿Asombrado a la angustia,
    al engaño,
    a lo verde?

    No estaba junto al llanto,
    junto a lo despiadado,
    por encima del asco,
    adherido a la ausencia,
    mezclado a la ceniza,
    al horror,
    al delirio.

    No estaba con mi sombra,
    no estaba con mis gestos,
    más allá de las normas,
    más allá del misterio,
    en el fondo del sueño,
    del eco,
    del olvido.

    No estaba.
    ¡Estoy seguro!
    No estaba.
    Me he perdido.​

    Oliverio Girondo

    Extraídos de un espacio muy interesante llamado el almanaquehttp://www.elalmanaque.com/psicologia/memoria/poemas/girondo.htm
  • Céu de Buarque
    Girondo, esta vez...veamos, creo que es del estilo de JM Chicco, para ti este despliegue de cosas que esperamos

    LO QUE ESPERAMOS

    Tardará, tardará.

    Ya sé que todavía
    los émbolos,
    la usura,
    el sudor,
    las bobinas
    seguirán produciendo,
    al por mayor,
    en serie,
    iniquidad,
    ayuno,
    rencor,
    desesperanza;
    para que las lombrices con huecos portasenos,
    las vacas de embajada,
    los viejos paquidermos de esfínteres crinudos,
    se sacien de adulterios,
    de hastío,
    de diamantes,
    de caviar,
    de remedios.

    Ya sé que todavía pasarán muchos años
    para que estos crustáceos
    del asfalto
    y la mugre
    se limpien la cabeza,
    se alejen de la envidia,
    no idolatren la saña,
    no adoren la impostura,
    y abandonen su costra
    de opresión,
    de ceguera,
    de mezquindad.
    de bosta.

    Pero, quizás, un día,
    antes de que la tierra se canse de atraernos
    y brindarnos su seno,
    el cerebro les sirva para sentirse humanos,
    ser hombres,
    ser mujeres,
    -no cajas de caudales,
    ni perchas desoladas-,
    someter a las ruedas,
    impedir que nos maten,
    comprobar que la vida se arranca y despedaza
    los chalecos de fuerza de todos los sistemas;
    y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas
    se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.

    Y entonces...
    ¡Ah!, ese día
    abriremos los brazos
    sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
    ni recelar de todo,
    hasta de nuestra sombra;
    y seremos capaces de acercarnos al pasto,
    a la noche,
    a los ríos,
    sin rubor,
    mansamente,
    con las pupilas claras,
    con las manos tranquilas;
    y usaremos palabras sustanciosas,
    auténticas;
    no como esos vocablos erizados de inquina
    que babean las hienas al instarnos al odio,
    ni aquellos que se asfixian
    en estrofas de almíbar
    y fustigada clara de huevo corrompido;
    sino palabras simples,
    de arroyo,
    de raíces,
    que en vez de separarnos
    nos acerquen un poco;
    o mejor todavía
    guardaremos silencio
    para tomar el pulso a todo lo que existe
    y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
    mientras alguien nos diga,
    con una voz de roble,
    lo que desde hace siglos
    esperamos en vano.

    Oliverio Girondo ​
  • Céu de Buarque
    LLORAR A LÁGRIMA VIVA...

    Llorar a lágrima viva.
    Llorar a chorros.
    Llorar la digestión.
    Llorar el sueño.
    Llorar ante las puertas y los puertos.
    Llorar de amabilidad y de amarillo.
    Abrir las canillas,
    las compuertas del llanto.
    Empaparnos el alma, la camiseta.
    Inundar las veredas y los paseos,
    y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
    Asistir a los cursos de antropología, llorando.
    Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
    Atravesar el África, llorando.
    Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
    si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
    no dejan nunca de llorar.
    Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
    Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
    Llorarlo por el ombligo, por la boca.
    Llorar de amor, de hastío, de alegría.
    Llorar de frac, de flato, de flacura.
    Llorar improvisando, de memoria.
    ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!


    Oliverio Girondo
    http://amediavoz.com/girondo.htm

    Ojalá algún día de estos pueda una expresarse de esta manera, para desahogar heraldos heridos, poetas amigos, hombres que comienzan, en nuestro día a día, por ser queridos.
    C.
  • Céu de Buarque
    Uno de los tantos poemas Joyas del Foro de adultos, imperdible...