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Viendo entradas en la categoría: Prosa
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"Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres"Intimidad en peltre
-Antoine de Saint-Exupery
Tu no estabas allí.
Estaba yo rodeada del spam típico del transporte público, con la revista en la mano, imaginándonos en esa cafetería, con la tacitas de peltre sobre la mesa desvencijada, con el centro de Caracas bramando fuera de las puertas, con nosotros dentro, íntimos, como hechizados.
Entonces yo tampoco estaba allí.
Me lo susurraron las puertas del metro después pasarme de largo un par de estaciones
por distraída, por simple felicidad.A Lurien, jalvarez_delgado y Emp les gusta esto. -
Curioso.
Caracas amaneció oliendo a mierda.
Asumí que simplemente era un pedazo asqueroso de ciudad que dejaría atrás en cuestión de minutos.
Pero no.
El olor se coló por debajo de los árboles, entre los puestos itinerantes de frutas frescas y me acompañó durante todo el viaje hasta el metro. Mientras caminaba quedaba cada vez más confundida e incrédula con su persistencia.
Terminé por revisarme los zapatos por si quién olía a mierda era yo.
Y a pesar de que estaban claramente limpios,
la ciudad estaba clamando,
hedionda,
y no se
ya no estuve tan segura. -
Un fragmento de la existencia de otro
Hubo un tiempo en el que me preguntaba cuál era la causa de tanta perfección en las camisas planchadas del profesor. Simplemente no encajaba. No tenía nada que ver con la literatura y su viejo cliché de bohemia.
"Esa camisa oculta algo" - me dije.
Semanas después, entre palabra y palabra durante uno de sus monólogos, destellaron sus ojos. Lo vi.
En el gris de su iris de hombre maduro se asomó, por tan sólo unos segundos, un joven cadete de la escuela naval, detenido, contemplando el mar entre suspiros desde las ventanas del club de literatura. Totalmente desencajado.
Nos vimos.
Y desde entonces compartimos un secreto. -
Misterios II
Por más pequeñas que sean, las preguntas sin respuestas resultan fascinantes. Dan la sensación de que son el medio para atrapar a Dios por la naríz. -
Misterios I
Cada ser humano es un misterio en sí mismo.
Sobre él todo está dicho a medias. -
La gata muerta
La gata muere
y con ellaMuere el yo que existe en ese instante cuando llego a la casa y no está.
también nosotros.
Entonces no vale de nada un lamento, no vale una justificación, no valen los supuestos negados ni los suspiros que miran por las ventanas.
No vale de nada una gata muerta.
Nos transformamos bajo esa ceguera intrínseca de la muerte, de la vida, que no nos deja ver el qué del final y apenas deja vislumbrar el por qué del principio.
Y en el medio viene el cómo: la ausencia exigiendo, aunque sea un poco, reordenar la casa, modificar los hábitos, desconsiderar las consideraciones, olvidar lo que la memoria muscular recuerda, y así, hasta que desaparezcamos a la gata y a sus restos de todos lados, incluyendo el espacio de nosotros mismos. Lo cierto es que somos tontos al pensar que superar significa olvidar, cuando realmente es más parecido a asimilar.
Y no se trata de recordarla. No. No se trata de conservarla en un rosario de memorias porque, inevitablemente, a todos se nos extravía por dentro tarde o temprano.
La gata muerta juega al escondite
en los recodos de la significancia de nuestras vidas.
La gata muertada un saltito y se funde para siempre en el misterio que somos.
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Reciclaje
Hay veces que lo que me dices se me antoja basura. Basura tus verbos, tus adjetivos, tus preguntas retóricas, tus ademanes de irritación, tu tono exasperado, tu reclamo implícito.
Se me va la mirada a ninguna parte mientras aguanto las nauseas que me causa tu corazón descompuesto, de vomitarte todo de vuelta, de ejercer mi libertad de no tolerarte y marchame lejos de tu campo estéril.
Pero me quedo a reciclar, a escarbar dentro de ti hasta encontrarte la fertilidad, tu tierra mojada de lluvia, tu potabilidad, ese oasis reconfortante en el que nos reconciliamos.
Pero como cansa. -
A mi fantasma
No miento cuando digo que no tengo más para ofrecerte. Eres uno de mis pocos lamentos y sin embargo un repertorio de versos dentro de mí llevan tu nombre. Me haces sentir como un ciervo que vuelve a mojar sus labios en la calmada laguna cada vez que te veo. Cruzo nuestros caminos con poca frecuencia y muchísima intención, y pretendo seguir haciéndolo desde la inocencia.
Tu rostro me habla de días hermosos.
Me devuelves
a casa.
A ti, Emp y Naark Yongork les gusta esto. -
Lepidópteros
Antes solía clavarme las uñas en el esternón, apretar bien los puños y halar en direcciones opuestas para dejar salir las mariposas -habían demasiadas y en ocasiones no me dejaban dormir-. Un día me di cuenta que se había vuelto innecesario el gesto. Dejaron de revolotear. Perdí la cuenta de cuantas lunas pasaron para poder sentirlas de nuevo. Volvieron sin previo aviso, un día en el que ya estaba acostumbrada a la calma. Me sorprendí al reconocerme emocionada por sentir sus alitas batiendo dentro. Costaba creerlo, pero las sentía. Estaban allí, vivas, quizá polinizando flores; quizá finalmente me habían devuelto la primavera.
Así que me abrí una vez más, esperando ver salir pétalos y alas coloridas de mi pecho, sonriendo con esa sonrisa de quienes encuentran un tesoro perdido. Feliz. Me desgarré hasta los huesos
pero sólo volaron polillas. -
A un (des)conocidoDesesperada, supe que no sé quien eres. Le intenté poner a tu rostro vacío todos los rostros que conozco y no calzaron. Parecías ser nadie, y me sentí confundida en la persistencia de.quien si juega al rompecabezas blanco, segura de que la pieza que buscaba estaba allí en alguna parte, en algún rincón, en algún recuerdo, en algún amigo quizá. Tu existencia fue tan cuestionable entonces, pero aún así deseaba estar en el sofá, acurrucada contigo, compartiendo alguna película hasta que nos quedáramos dormidos como un par de niños. Pero no estabas aquí, y ni aunque lo hubieses estado hubiésemos podido acurrucarnos en paz, porque la vida es así, a veces se desincroniza del ritmo de nuestros corazones y no hace realidad los sueños, ni aún los más sencillos.Tom Cabrera 2013
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Sobre cabelleras
Se balancea, rebota, se enrolla, cae pesado y se estira. Hace lo que quiere cuando quiere. Bastante molesto a veces. Insiste en calentar mi nuca, me obliga a amarrarlo, a contenerlo, a retorcerlo. Otras tantas, cuando siento frío, me abraza por los hombros, me protege, me conforta. Es desobediente por naturaleza, pero vaya que sabe ser irresistible, como cuando me acaricia la espalda desnuda con esa suavidad que recuerda a los animales bebés, o cuando se balancea detrás de mi siguiendo el ritmo de mis caderas en síncopa. Me desarma en su contra, me enamora, me hace feliz. Al mirarlo encuentro entre sus hebras los besos de Afrodita.A Eratalia, BARDO, Emp y 1 persona más les gusta esto. -
Androgenismo
Me gustan los zapatos de hombre, esos de color sobrio y cómoda suela baja que no tienen intención de ser elegantes ni mucho menos femeninos; Me gustan sus camisas, usarlas cuan anchas son, ver como caen en mi diminuta figura de mujer los rectos pliegues sobre las curvas naturales. Me gusta como llevan el cabello largo, liso y despeinado, o en rizos pequeños y juguetones, o en ondas principescas sobre los hombros anchos. También gusto de llevarlo así, rebelde como ellos. Me gustan sus músculos, la forma en que sus brazos se definen con curvas poderosas, o cómo la espalda se articula como un mecanismo de intrincadas cerraduras al estirarse y contraerse. Me encantan su comodidad, su simplicidad y su andar despreocupado, pero lo que más les admiro, les envidio y me asombra es que lo que necesitan para vivir les cabe en el bolsillo.
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"You can’t breathe — so you write."
-Mindy NettifeeEl juego del ahogado
Sobrepienso y el tifón que se deshilvana dentro de mi cráneo se escapa por los oídos. Inundo el mundo. Mis pensamientos conforman una marea que retuerce todo lo que existe, todo lo que cubren estas aguas turbulentas. Una dosis aleatoria de asfixia de la que puedo librarme sólo yo, y tan inconsistente como una luna caprichosa, hace que la marea suba y baje hasta la cintura, hasta el cuello, hasta los tobillos, hasta que mis cabellos sean como algas en el fondo. Así voy jugando a ahogarme
combatiendo por dejarme respirar. -
"All places are temporary places"
-Robert Montgomery
TV Estática
Enciendes la televisión para no sentirte sola, y así pasas la tarde. Sin verla. La estática inunda la casa y tus ojos se sostienen fijos en el vacío de una pantalla que emula compañía. La misma compañía que tanto te esforzaste en exorcizar de tus brazos, como hiciste conmigo. Te miro, miro tu casa y ya no encuentro familia ni hogar, sólo encuentro un cuadro modernista de desolación. Te miro.Ya no siento el piso.
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Desiluminadora
Te levantas del sofá para hacer tu ronda desiluminadora, apagando una a una las luces de la casa, quejándote de mi por dejar encendido el bombillo de la habitación, excusando tus molestias detrás del un papel de recibo eléctrico, y yo por dentro me río, preguntándome si no te has dado cuenta de que vivimos en un país populista; me río por lo hipócrita de apagar la luz por la factura en vez de hacerlo por los escasos cascos polares que nos quedan. Regresas al sofá cansada de mi (y de todo) y me pregunto si lo sabes, si estas consciente del por qué de tu propia tristeza, o si sólo la vives y la disfrutas sumergiéndote en ella como en un eterno bautizo de desolación para expiar tu pasado, apagando las luces de ti misma con cada día que pasa.
Allí te dejo. Yo ya no quiero intentar encenderlas. Cada vez que me acerqué tus obsesiones te impulsaron a apagar las mías.