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  • Céu de Buarque
    No somos lo que esperamos,
    de esperanzas el mundo está rebalsando,
    somos nuestras ganas,
    las oportunidades que nos dan,
    las que a fuerza de insistir nos ganamos
    en la estrecha grieta por la que circula esta sangre
    salto y bailo por estar con vida,
    olvido los miedos que me inspira la muerte...
    porque si he dicho que no le temo a la Dama
    sabrán ustedes disculpar el desliz poético,
    le temo tanto... pues amo la vida,
    y una cosa es la petite mort de mis orgasmos
    que renuevan y fortalecen mi cuerpo,
    y hacen brillar estas neuronas que se deleitan escribiendo,
    y otra cosa es La Poderosa, que quita el hálito
    sin pedir permiso, como una dictadora
    enferma y mata...que si le tengo miedo, sí;
    y tanto respeto como al mar y a los truenos,
    que el primero porque a los siete casi me ahogo,
    que a los segundos porque nunca se me fue
    el miedo a los rayos, con los cuales siempre tengo pesadillas...
    debe ser porque siempre escuché en mis pagos,
    "y si miento que me parta un rayo", y todavía
    temo la venganza de los dioses celestiales...
    Creo que no es lo mismo desear y partir con todas las fuerzas
    y saciar el deseo de ser o de conseguir a alguien o algo,
    a esperar la buena fortuna de que algún dios,
    la suerte (diferente al azar, éste último si goza de mi cariño)
    o quien sabe qué cosa, haga que seamos
    algo diferente a quienes somos.
    A MerodithJonson le gusta esto.
  • Céu de Buarque
    Y si los de acá hicieran como lo hacían los de allá, el tal seppuku ([FONT=&quot]切腹[/FONT], seppuku) o hara-kiri ([FONT=&quot]腹切[/FONT] o [FONT=&quot]腹切り[/FONT], hara-kiri)… cuántas cosas cambiarían. Eso sí, que no escriban un poema de despedida (llamado zeppitsu o yuigon), mejor que ante un escribano dejen un documento en donde devuelven hasta el último centavo que robaron. ¿Se imaginan la cantidad de problemas sociales que dejarían de existir? ¡Otra que Mataderos! ¡Qué señales para quienes, jóvenes aún, van por el mismo camino! ¿Quién se animaría a ser corrupto y ladrón aceptado socialmente, si luego para limpiar el honor es obligado a suicidarse? De todas maneras, creo que por la cobardía que demuestran en todos los ámbitos, menos en el arte de robar con sus guantes bien claritos para no dejar huellas, en lugar de vísceras por doquier tendríamos que contratar a varios ayudantes en el suicidio,( kaishaku en japonés), y entonces en lugar de un matadero se produciría un degolladero (curioso que siempre que hay que cortarle la cabeza a alguien, en esta Argentina tan brillante, siempre hay algún perejil distraído que olvidó los guantes blancos en su cajón, y los culpables de fondo, siguen vivitos y coleando, siguen robando.
  • Céu de Buarque
    Ahí van, en aleteos suaves bajo el somnoliento aire. Exhiben sus pequeñas figuras y el viento baila con ellas, decenas de plumas entrelazándose, bandada de luz y sonido, al atardecer.
    Apenas suspendidos, crean nubes a su paso, los agitados carpinteros en vuelo y los rayos atraviesan las diminutas partículas con una delicadeza inusual. Mis huellas se borran en el camino entre tanta polvareda, viento y alas, me desdibujo en el paisaje. Ellos juegan, picotean de vez en cuando algún palo de quebracho, los podría tocar sin esfuerzo, son tantos. Hoy no traigo encima la lente secuestradora de instantes, pena. Soy mejor con la cámara que escribiendo. Por suerte tengo buena memoria, pero eso no te ha de servir mucho, leyendo, pues la infinidad de imágenes están en celdas que mis dedos desobedientes no escriben. Ah, visión encantadora, la migración de aves cambia el paisaje y yo lo absorbo.
    Hoy al fuego del hogar, en la casa del bosque, donde el resto de mí aguardará el apagón final del día, maldeciré no haberte llevado conmigo. El sol dejará sus pinceladas finales: violetas, turquesas, rosas, amarillos y los carpinteros se escurrirán de mi vista junto con los últimos rayos.
  • Céu de Buarque
    El sordo mudo, que ni es sordo ni es mudo, pero habla un idioma que nadie entiende, agita sus brazos, como hablándole al viento, que a su vez lo hace bailar de manera tragicómica, respondiéndole.
    Yo me sonrío, mientras me fumo un cigarrillo, que no debiera por la tos que me tiene a mal traer, lo observo y me pregunto si no es parte de la Rayuela de Cortázar este portero de fábulas.
    El sordo mudo, que ni es sordo ni es mudo, vive desde siempre en una casilla de guardias sin más puerta que una lona, sin más agua que la lluvia (y hace cuatro meses que no llueve), casilla que nunca funcionó como casilla y nunca tuvo un guardia. Nadie le conoce un nombre ni de dónde vino… él gira y gira con sus brazos al viento como el oficial de banderillas de los aeropuertos, y pareciera ambicioso y persistente en querer dominar las ráfagas que por momentos lo tumban, como los árboles enclenques. Las voces parecieran responderle desde un agujero profundo de un pozo mental, o quién sabe, surgen del agujero la cima de la carpa de aquel circo por la que escapan y vuelven secretos del Universo, que lo volvieron loco. Anda con el mismo pulóver desde el invierno pasado, entre espinillos, chañares y algarrobos… queriendo volar, como los pájaros que cantan a su alrededor.
    Soledad acompañada de voces de nadie, diciendo nadas que sin embargo le acompañan en su locura. Allí va bajo un sol y un viento que lo castigan… y él jugando con sus palmas y palabras en un barrio, que no es barrio, llamado “La Gloria”.
  • Céu de Buarque
    [FONT=&quot]Abrió el postigón de madera, se apoyó en la ventana…encendió una vela y con la llama…el último cigarrillo, ya era las dos de la madrugada. Pensó en su vida mientras contemplaba estrellas y escuchaba el ulular de una lechuza y el chillido de los teros, siempre despiertos, a su pesar. Y una Luna sonríe hacia el Oriente... [/FONT]
    [FONT=&quot]<< Si supieras Luna que no hay motivos para sonreír hacia tu Oriente, que tus hijas son en muchos países castigadas solo por nacer mujer, vejadas… y no hay cataclismo que cese a hombres en su sed de matar al que es y piensa diferente. Si supieras que en tu África negra las víctimas crecen por una enfermedad que hace rato no es de monos…se desdibujaría un poco ese cuarto creciente de tu cara. [/FONT]
    [FONT=&quot]Raptadas y violadas, tus hijas sobrevivientes huyen de sus villas, escapando del horror y de la vergüenza, incomprendidas por su propia cultura, dejan atrás hogar y “familia”. [/FONT]
    [FONT=&quot]Lágrimas lanzadas a un desierto por donde dejan huellas pies llagados y corazones rotos. Huyen por temor, pues aún está extendida la creencia de que una mujer no debe sentir placer, les extirpan el clítoris… Dime Luna, cómo podría sobrevivir sin el placer al cual tengo derecho, cómo pueden pensar que se es mujer tan solo por parir hijos, cómo se les ocurre que una puede amar sin… bueno eso no les importa. [/FONT]
    [FONT=&quot]Hombres sin gloria. [/FONT]
    [FONT=&quot]Tan lejos están estas mujeres en pena, [/FONT]
    [FONT=&quot]y aún así siento que tocan mi puerta:[/FONT]
    [FONT=&quot]aliento frágil y el grito un suspiro[/FONT]
    [FONT=&quot]su piel ajada por el Sol, la arena y el viento,[/FONT]
    [FONT=&quot]son sombras en un desierto[/FONT]
    [FONT=&quot]en donde leyes inhumanas son gobierno.[/FONT]
    [FONT=&quot]Dónde tu poder sobre esta tierra, [/FONT]
    [FONT=&quot]si controlas mareas y cosechas, [/FONT]
    [FONT=&quot]ellas son tu siembra. [/FONT]
    [FONT=&quot]Dime Luna…>>[/FONT]
    [FONT=&quot]
    [/FONT]
    [FONT=&quot]Mientras cerraba el postigón, entretejía historias y sobre su almohada, sueña despierta que la Luna pisa África vestida de Mujer echa Fiera, Krë (krah) arrasa con furia, defendiendo a sus hijas, desarma a los hombres con sed de guerra, castra a violadores para que no sientan más placer y restaura los clítoris a la mujer negra. Y establece matriarcados por todos los países, contagiando a las mujeres jóvenes de Medio Oriente que comienzan una cruzada que deja en paz a sus pueblos…


    [/FONT]
  • Céu de Buarque
    Recibió al cartero a la hora de siempre. Tomó el sobre y lo apretó contra su pecho, presentía que era la última. Atravesó el umbral de la puerta, subió corriendo las escaleras, y en el rincón, lleno de ella –libros, fotos de viajes, pinturas…- , abrió su corazón a sabiendas que la cita con aquellas letras, tintas en un papel de excusas, iba a terminar en un llanto desconsolador. La última de cientos de cartas, de encuentros apasionados en distintas ciudades, atravesando mares y cielos, en el transcurso de diez años. Y el detalle, la daga que la dejó desangrándose en el charco que reflejaba ese atardecer de invierno: se casaba con otra.
  • Céu de Buarque
    Pasaron los años, y aún sigue la puta costumbre de guardar en formol las orejas de la gente, para que no aprendan a oír, y con el propósito de anestesiar sus conciencias, para que no tengan la posibilidad de reclamar aquello que nunca escucharon y, por supuesto, nunca entendieron.
  • Céu de Buarque
    Dama y señora de artistas, ¿a quién interpretas hoy? Reconozco tu rostro entre las sombras, desnudo tu cuerpo bajo el antiguo farol. Te sonríes, y son tus ojos la mirada que enciende este corazón quebrado y ajado, por el tiempo y por tanto amor. ¿Cuáles tinieblas debiera temer? Si a tu lado, la noche es paraíso, de los poetas perdidos y de aquellos que consideraron vencidos. Después de contemplarte, ya no me aflige ni el vacío (porque sé lo llenarás), ni el tormento de saber que algún día no estaré. Tú lo sabrás.
  • Céu de Buarque
    Leona africana, pantera americana o tigresa de Bengala. No lo sé... una hembra es seguro. De piel caoba, oliendo a maderas exóticas, o de matices siena con aroma a cúrcuma, o quizá, de tez dorada con perfume a floresta, a Mata Atlántica.
    Su cuerpo desnudo entre tantos verdes descubro, y no veo más… no quise ver más.
    Pude haber visto una hermosa mujer.​
  • Céu de Buarque
    Entre alas y hojas, abdicó el Sol.
    Y Krah de nuevo surgió para ellas, con cara de Luna y cuerpo de mujer, para proteger su reinado.
    Un mal día, el huinca las cazó. Y en frascos con formol guardó sus orejas, para que no escuchasen más.
  • Céu de Buarque
    Mala Reputación
  • Céu de Buarque
    Lágrimas de tristeza, dolor y agonía. Violaciones por doquier. Fuerza y sometimiento, una guerra para tener sexo de cualquier modo y a cualquier precio. No debiera sentir placer el hombre sin virtudes para el amor o sin algo de ternura en su corazón. Ignorancia y brutalidad hay en sus manos, sin gestos de piedad arremete contra su presa, pues no conoce los caminos reales para complacer y ser complacido…No deberían haber nacido, los mal paridos, mal criados, mal defendidos, que pasan ante la sociedad que juzga por inofensivos. Flor de hijos acurrucados, solapados, escondidos. Bien guardados los tienen inclusive sus mujeres, madres y proxenetas, que ansían encontrar las presas para su bestia. O van sólos, poco importa, alguien debe saber de sus guaridas, y sigilosos se refugian los babosos, viejos y jóvenes que desprecian a la mujer; y sin embargo la desean poseer para descargar su “hombría”. Cobardes sanguijuelas, monstruos sin conciencia, asesinos sin etiqueta…quién vela hoy por las víctimas de Trata, quién por los prostíbulos clandestinos en donde encadenan almas, sueños y futuros desconocidos.
    Un cuerpo suda, exhala su mutilación. Cuánto puede subsistir, cuánto tarda la mente violada para encontrar su camino, la senda… cuánto tarda en incorporar y aprehenderse a la vida, para que la expresión “la vie continue” vuelva a tener peso.
    Nosotros no lo vemos. Pasadizos secretos, bien guardados. A lo largo de esta Ruta, la violencia es la regla y nuestros cuerpos el caparazón (la concha que protege a la perla), músculos que sostiene el enojo, la bravura, la impotencia, la perversión, la tortura…
    Y la sociedad nos margina, no le importa. No le interesa si podemos encontrar puertas abiertas para escapar, para vivir de otra manera.


    N.D.: Toda mujer debe sentirse, saberse frágil, indefensa antes de regalar su confianza a un hombre; pues difícil será y terriblemente sola ha de vivir el martirio de verse esclava, cuando un hombre la inmoviliza, y en la habitación se dé cuenta que no tiene a nadie allí para defenderla.
    Cómo saber... dicen los entendidos: Nunca tenga sexo con desconocidos…no acepte ofertas tentadoras, no decida desesperada…piénselo muy bien antes. Vuelva a desear y exigir ser cortejada, Tómese el tiempo para conocerlo. No salga sola, tenga amistades que la protejan y acompañen...y si es en su casa en donde hay violencia...denuncie a los programas de ONGs que defienden sus derechos.
  • Céu de Buarque
    Joseph Ramoneda
    filosofo y escritor

    “Fuimos mucho mejores hijos…que padres… “No hemos osado plantar cara a nuestros hijos. Con nuestra actitud – y la potencia integradora de las contradicciones que el capitalismo tiene- les hemos dejado sin espacio para la transgresión. La mejor herencia del ´68… la cultura de la sospecha, la actitud de poner siempre en cuestión cualquier enunciado que se nos ponga por delante y no dar nunca por definitivas las ideas recibidas, y el acento libertario, la autonomía del individuo frente a todas las promesas comunitarias, culturales o religiosas. 40 años después estas dos actitudes se echan de menos a la hora de romper las nuevas formas de autoritarismo basadas en el triángulo que forman la seguridad como ideología, la competitividad como principio de vida y el sálvese quien pueda como destino.”
  • Céu de Buarque

    Una idea arrojada intencionalmente hacia un punto, vital, en donde carnes, huesos y potencialidad humana, se ensamblaron en un glorioso equilibrio. De allí surgió, mientras el tiempo pasó, pasó y pasó. Ella resguardada, vivía en el anonimato hasta que, por despecho o viciosos sentimientos ajenos a su naturaleza, descendió repetidamente en cuerpos de mujeres, en diferentes épocas. La belleza profana se fusionó con habilidades divinas, de muy joven aprendió a satisfacer deseos propios y ajenos. La sabiduría temprana se lucía cubierta y escrita en delicada piel caoba, resplandecía en todas las artes nacidas del amor. Tantas, nacidas después, la tendrían por maestra y se inspirarían en ella. ¿Condenados por celos divinos? Al parecer las tragedias griegas tenían un poco de razón y mucho antes lo entendieron lo Sumerios. Bien saben los antiguos de las pasiones y vicios que desencadenan terribles catástrofes.

    Obstinada, te propusiste encontrar el sentido para que la muerte no te acechara. ¡Oh, diosa y humana! Puedes navegar y volar entre dimensiones y en ellas cumplir tu vocación de hetaira privilegiada. En un diálogo sublime, tus diosas y dioses te “abençoam”, dispuestos a ceder ante tus deseos. Crearon con lágrimas de Sol y barro, un hombre para ti. Imperfección planeada, los celos se convirtieron en furia y la furia en oscuridad.
    Nadie pudo hacerte feliz, durante siglos el deseo fue pecado, conjuro estigmatizado en tu ser: querer conocer y saborear a uno de tu especie, deslizar tus pies aún levitando sobre piel mestiza. Terminaste reiteradamente desclasada, infeliz y destrozada, con el trono de recuerdo. Semidiosa instruida, tu belleza abrumadora se opacó. Mujer de honor, princesa del reino de los etéreos, ya no puedes mostrar tu desnudez y añoras la adoración de súbditos y con mayor profundidad las caricias con toques de eternidad. Nadie te reconoce entre tantos harapos. Hija dilecta de krah, ¿surgirá alguien que se apiade de ti y se arrepienta devolviéndote el reinado? Los arrepentimientos llegan tarde, mucho tendrás que morir y otras tantas nacer.
    Sí, vendrán tiempos y lugares en la que encuentres tu amor y te respeten, en generaciones y sociedades muy distantes entre sí. Afrodita de poetas, te recibirán otras culturas - mujeres, hombres, pobres o ricos-, te buscarán. Algún que otro actor o filósofo, científico ó loco, escritor o poeta, te pensará y en algún momento quizá te sienta y, haciéndolo, asuma que para ese instante interpreta el papel de una divinidad arrepentida.
    Mujer primera, fémina de indiscutible belleza, le arrancarás el velo a una realidad esquiva y mediocre y serás la memoria de pensamientos eternos, el premio mayor, en esta vida. Pero bien sabes, tendrás que sobrevivir, cuando seas pobre. Habrás de disfrutar cuando seas pintora, actriz, poetisa, bailarina y cuando envuelta en artes dejes tu obra como huella de tu paso. Azar y destino. Acudirán deidades que se lucirán en hombres, mas tú, tú serás Ella.​


    Y el mundo… ¡ah! el mundo gozará de esa unión. Y puede que lo vean o sientan, tal vez alguien lo piense y escriba, en ese momento algo va a estallar…Por instantes sublimes, pizcas de verdad, bondad y belleza renacerán en los portadores de tales semillas, reflejando aquel amor.
  • Céu de Buarque
    [​IMG]“… El tiempo es un río que me arrebata, pero soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo desgraciadamente, es real; yo desgraciadamente, soy Borges.” *

    Río, tigre y fuego
    El tiempo…notables imágenes. No se puede negar lo que es. Eso de que el vaso de vidrio no está allí y tan solo imaginamos que está no lo creen ni quienes lo enuncian. Por ejemplo, pregunten al niño golpeado y borren sus lastimaduras, o alguien lo golpeó o lo imaginó…lo maltrataron y ya. Su madre o padre o quienes tienen que protegerlo no lo hacen y vuelcan sobre ese ser pequeño su ira, sus debilidades, su impotencia. En su memoria están guardadas todas las imágenes de situaciones reales, se mezclan con fantasías que protegen su psiquis, lo que queda de ella, pero hay situaciones reales que provocan su imaginación y no por eso las causas no existen. Un mecanismo también real. Desgraciadamente algunas realidades son tan verdaderas como el vaso de vidrio. Que no se quiera verlas no indican que no existan.
    Río: fluido que cambia y sigue estando ahí palpable, sonoro , visible y degustable, es decir podemos percibirlo; tigre: mamífero de irresistible belleza, agresivo cuando necesario, carnívoro, con una fuerza impresionante que inspira cuanto menos respeto, destroza a su presa para sobrevivir, perceptible; fuego: energía, calor, ardor interno y externo, permite la vida, perceptible. Qué tenemos hasta ahora: agua, animal, fuego. Qué nos falta… ah, sí Borges, sí un ser humano, escritor, investigador infatigable, resiliente hasta su muerte.
    Tierra, agua, aire y fuego; nosotros como seres vivos sobreviviendo en un espacio y bajo el tiempo que nos tocó en suerte o mala suerte. No hay hojas en blanco, hay vivencias, recuerdos y fantasías, imaginación no activada. Siempre hay algo, sencillamente no es el momento de sacarlo para afuera. Visualizarlo, masticarlo, destrozarlo, razonarlo mientras los condimentamos y ponerlo en el plato para degustarlo, digerirlo y defecarlo…para que continúe su camino.
    Hay hombres y mujeres en blanco, eso ya es una elección o una condición de resignarse a tal situación por enfermedad o presión externa sin una reacción interna para combatirla. Mientras se está encarcelado, en agonía, bajo una depresión… aún con vida, hay que intentar salir de la conformidad de un estado que no produce o produce el vacío.
    Ceguera voluntaria de quienes no quieren ver, como si eso los defendiera o mantuviera al margen de los problemas. No se involucran, no dicen la verdad, no son transparentes…embadurnan el paisaje humano y no colaboran con la evolución de la especie humana, son cómplices de su involución.
    Enfermedad de mirar y no ver, ojear y no leer, gustar y no amar, poco pero no demasiado. Vivir en un estado de latencia, medio como sin fuerzas. ¿Qué enfermedad es ésta?, que deja paralizadas las voluntades, que frena la pasión que llevaría a luchar por los deseos de vivir, perseguirlos y alcanzarlos, pensar y llegar a ser personas que alcanzan metas o razones por las cuales merecen estar vivos, aprovechando la vida.
    El tiempo pasa desapercibido para quienes miran para otro lado, en un sinsentido constante que dinamita las ganas y desperdician, a mi modo de ver, el espacio que ocupan en esta existencia, la única real.


    *Borge, Jorge Luis; Nueva Refutación del tiempo, párrafo final.