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Viendo entradas en la categoría: SEXTINA
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Quiero evocar tu risa en esta noche
en que haremos poemas de la vida
y cuando el sol se asome entre las sombras
apurando el latido de tu sangre,
alumbre con su luz tus fuertes brazos
recitando mis versos en su boca.
Y retorno a la gruta de tu boca,
a la espesa ebriedad de nuestra noche,
al fuego prometido de tus brazos
donde escapa triunfante hacia la vida
el veloz galopar de nuestra sangre
con la luz desteñida de las sombras.
No basta la quietud de nuestras sombras
para apagar la llama de mi boca,
ni la prisa altanera de la sangre
que sonríe al resguardo de la noche
desde todos los guiños de la vida,
dispuestos a arroparse entre tus brazos.
Si he de morir, lo haré solo en tus brazos
evitando el tormento de las sombras,
en el último instante de mi vida.
Si he de vivir, que sea entre tu boca
trayectoria del fuego hacia la noche,
donde escriba el poema con mi sangre.
Y vuelve la ternura hasta mi sangre
del amor insurgente de tus brazos,
las brasas calcinadas de la noche
propician una luz entre las sombras,
y el temblor de tus labios en mi boca
el canto primigenio de la vida.
El tiempo de un te quiero es una vida
la esencia de mi cuerpo y de mi sangre
y no sé si es tu boca o es mi boca
la que yace arropada con tus brazos
y se esconde al abrigo de las sombras
dormida en la espesura de la noche.
La noche se desnuda de la vida
reteniendo su sangre entre las sombras,
en sus brazos, muy cerca de su boca.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, a José Luis Galarza, a Bernardo de Valbuena y a 10 otros les gusta esto. -
Son sudor, son quejidos los anhelos
que desnudos regresan a la orilla
con la luna asomada en el ocaso,
dejando que el azar y la distancia
nos devuelvan los besos a los labios
jugándose a los dados su fortuna.
Es que tu amor es toda mi fortuna
ilusiones y sueños mis anhelos
y la risa que cuelga de mis labios
acerca la ternura hasta la orilla,
paso a paso se acorta la distancia
que me lleve de nuevo hasta el ocaso.
Ya la tarde se pinta en el ocaso
aposté a cruz o cara la fortuna
de un sueño que se alarga en la distancia,
distrayendo en las noches mis anhelos
que llegan en silencio hasta tu orilla
y tu boca se adueña de mis labios.
Tu sabes que me muero por tus labios
que trémulos se acercan a mi ocaso,
mi suerte fue cruzar hasta tu orilla
y arrojarme en tus brazos, mi fortuna
dejando en el umbral dulces anhelos
que dibujan tu amor en la distancia.
Entre tú y yo no existe la distancia
quiero abrazar tus labios con mis labios
saboreando de a uno mis anhelos
llegar hasta la cima del ocaso
y en un corcel en busca de fortuna
volveré de mi mar hacia tu orilla.
Aquí se me hace larga la otra orilla
no sé cómo se acorta la distancia
quizás sea tentar a la fortuna.
Dibuja con tus dedos otros labios
que se llenen de luz ante el ocaso,
y que enciendan el sol en mis anhelos.
He pintado anhelos en tu orilla
e inventado un ocaso en la distancia,
he apostado a tus labios, mi fortuna!
Ana Mercedes Villalobos
A ti, José Luis Galarza y bristy les gusta esto. -
Llega tu adiós rozando la mañana
presagiando mi ausencia entre tu llanto
como un amor que ya no tiene nombre
que se esparce en el tenue azul del cielo
frente el mirar impávido del beso
peregrino en el tiempo de un olvido.
Y si fuera la vida un gran olvido
no debiera pensar en el mañana
ni soñar con aquél sencillo beso
que dejé en tu recuerdo como un llanto,
ni en las nubes que nublan nuestro cielo
y anudan mi garganta sin tu nombre.
No siempre es que mi boca no te nombre
a veces he pensado que te olvido,
vacío de colores miro al cielo
esperando amanezca la mañana
con los ojos nublados por el llanto
y mis labios muriendo por tu beso.
Implorando, rogando por un beso,
el orgullo se olvida de su nombre
y se asoma a mi pecho el triste llanto
lamiendo la nostalgia del olvido,
con la noche que escolta a la mañana
y ese sol que sonríe desde el cielo.
A jirones se va rompiendo el cielo,
en este amor, quedó pendiente el beso,
mi corazón se abraza a la mañana
que callada murmura nuestro nombre,
me pierdo en el dolor del gris olvido
desbordando la calle con mi llanto.
Te alejo de mi piel, no quiero llanto
ahora vuelo, ávida de cielo,
me queda de tu adiós solo el olvido
y el asombro de no querer tu beso
mis letras se olvidaron de tu nombre
voy desnuda al encuentro del mañana.
Es antiguo mi llanto ya sin nombre,
despierta la mañana, como un beso
donde olvido las nubes de mi cielo.
Ana Mercedes Villalobos
A José Luis Galarza, claudiorbatisti y Dr Jose Roberto Hernandez les gusta esto.