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Viendo entradas en la categoría: Soneto

  • lesmo
    A cigarra

    Cante cigarra sua estrofe quente,
    a mosca dance o ritmo do seu canto,
    se enrosca sob sarçal uma serpente
    e as videiras estendem verde manto.

    As heras vão subtis em ascendente
    tal qual cortina esplêndida, entretanto
    que lembra a fonte rude e sorridente,
    e o branco e fresco muro do recanto.

    Não permita às asas a fadiga,
    canta do campo o seu frutado gosto,
    cheia de sol e do trabalho amiga.

    Cantora excita ao inflamado agosto
    para dar grão de cada loira espiga
    e o jato turvo dum ardente mosto.

    Salvador Rueda
    (1857-1933)

    Tradução e adaptação do poema original em espanhol, Salvador González Moles e Geny Pereira.

    La cigarra

    Canta tu estrofa, cálida cigarra,
    y baile al son de tu cantar la mosca,
    que ya la sierpe en el zarzal se enrosca
    y lacia extiende su verdor la parra.

    Desde la yedra que a la vid se agarra
    y en su cortina espléndida te embosca,
    recuerda el caño de la fuente tosca
    y el fresco muro de la limpia jarra.

    No consientan tus élitros fatiga,
    canta del campo el productivo costo,
    ebria de sol y del trabajo amiga.

    Canta y excita al inflamado agosto
    a dar el grano de la rubia espiga
    y el chorro turbio del ardiente mosto.

    Salvador Rueda.
    (1857-1933)

  • lesmo


    Outubro



    Deitado estava eu na terra em frente
    dos infinitos campos de Castela,
    naquele outono envolto na amarela
    doçura de seu claro sol poente.

    O arado em paralelo, lentamente,
    deixava no terreno a sua estela
    e as honestas mãos colocavam nela,
    partida, na sua entranha, a semente.

    Pensei o meu coração lá me arrancar,
    cheio dum sentimento alto e profundo,
    no sulco atirar do terroir terno,

    a ver se com parti-lo e com plantar
    mostrava a primavera pelo mundo
    a pura árvore do amor eterno.


    Juan Ramón Jiménez
    (1881-1958)

    Tradução e adaptação do poema original em espanhol, Salvador González Moles e Geny Pereira.
    A José Benito y malco les gusta esto.
  • lesmo


    Soneto à Lua


    A Lua enquanto dormes te acompanha,
    te ilumina o cabelo se está à frente,
    e depois do semblante, lentamente,
    ao seio vai e suas cumbres banha.

    Eu, Lesbia, no umbral de sua entranha
    não durmo, choro e rogo inutilmente,
    e o curso dessa Lua reluzente
    ditoso hei-de seguir se o amor amanha.

    Hei-de entrar, tal qual Lua, no aposento,
    vou andar onde repousas tal qual dela
    e vou-me tal qual dela aproximar.

    Tal qual dela vou aspirar o seu alento,
    e, tal qual essa deusa branca e bela,
    puro, trémulo e mudo me apartar.


    José Somoza
    (1781-1852)

    Tradução e adaptação do poema original em espanhol, Salvador González Moles e Geny Pereira.
    A malco le gusta esto.
  • lesmo


    Fanatismo


    Minh’alma, de sonhar-te, anda perdida
    Meus olhos andam cegos de te ver !
    Não és sequer a razão do meu viver,
    Pois que tu és já toda a minha vida !

    Não vejo nada assim enlouquecida ...
    Passo no mundo, meu Amor, a ler
    No misterioso livro do teu ser
    A mesma história tantas vezes lida !

    "Tudo no mundo é frágil, tudo passa ..."
    Quando me dizem isto, toda a graça
    Duma boca divina fala em mim!

    E, olhos postos em ti, digo de rastros :
    "Ah ! Podem voar mundos, morrer astros,
    Que tu és como Deus : Princípio e Fim! ..."

    ~•~•~•~•~•~•~•~•~••~•~•~•~•~•~•~•~•~

    Fanatismo

    Mi alma de soñarte anda perdida.
    ¡Mis ojos ya de verte no han de ver!
    ¡Ni eres la razón para mi ser
    por ser ya para mí toda mi vida!

    No veo nada así de enloquecida...
    ¡Voy por el mundo, Amor, para leer
    del libro misterioso de tu haber
    la misma historia tan y tan leída!

    Todo pasa en el mundo en frágil vaso...
    ¡Cuando me dicen esto, será acaso
    que una gracia divina me habla en mí!

    Con mis ojos en ti voy dando pistas:
    ¡Mueran mundos o estrellas, con que existas,
    tendré el principio y fin de Dios en ti!...

    Florbela Espanca

    Nasceu a 08 Dezembro 1894
    (Vila Viçosa)
    Morreu em 08 Dezembro 1930 (Matosinhos)


    Tradução e adaptação do poema original em português Salvador González Moles e Geny Pereira.
    A malco y Anamer les gusta esto.
  • lesmo


    Oh grande entre los grandes

    Oh grande entre los grandes de la altura
    que asciendes como el ave en dulce vuelo
    huyendo del jardín y la clausura
    que guarda tu enraizado y noble anhelo.

    Oh guardia verdinegro, tu armadura
    se confunde en el césped que en el suelo
    te alfombra con fresquísima verdura
    y alimenta en lo oculto de su celo.

    Oh siempre vertical, solo y presente,
    continuo como el canto en el espacio,
    del claustro ensoñación reverberante.

    Oh salmodia que al viento impenitente
    resuenas en el cielo azul topacio;
    ¡oh fiel recuerdo de mi fe distante!




    El sueño del ciprés

    Un ciprés entre piedras se devana
    y rebasa las cumbres del tejado,
    batallando en el viento, cimbreado,
    en una guerra que ninguno gana.

    Inmóvil tiende sobre la besana
    la sombra junto al surco del arado
    que salta la clausura del cuadrado
    en huida solitaria siempre vana.

    Entretanto en la altura se desliza
    y se clava su copa en lo celeste
    la vista sobre él se cristaliza.

    Verdinegro soldado de lo agreste
    que otra ronda en un sueño realiza
    del Norte al Sur, del Este hacia el Oeste.
    A ti, a malco, a Anamer y a 3 otros les gusta esto.
  • lesmo


    La larde cae en tu cuerpo

    La tarde de mis sueños va llegando
    sobre las cordilleras de tu cuerpo,
    en tanto que mis ojos solo siguen
    las luces del ocaso en tu cintura.

    No fui de las pasiones más esclavo
    que esclavo siempre fui de tu presencia,
    aquella que me ata a los contornos
    de la blancura tibia de tu espalda.

    Y en esa vida voy muriendo entonces
    sin más aspiración que alguna tarde
    se caiga para mí de entre tus manos.

    Amor, pero no sueltes las cadenas,
    y mira lo cercano de los filos
    del hondo precipicio de la noche.


    De Ligia Calderón Romero (Glosa)

    La tarde de mis sueños va llegando
    sobre las cordilleras de tu cuerpo,
    en tanto que mis ojos solo siguen
    las luces del ocaso en tu cintura.
    Un día en los umbrales de mi patria
    despertaron los prístinos abriles
    fugaces como flor de un día. Hoy,
    la tarde de mis sueños va llegando.

    Entonces la alborada sucumbía
    en el sacro jardín de tus dulzores
    y al otro instante semejaba un ángel
    sobre las cordilleras de tu cuerpo.

    Aún escucho los turpiales tuyos
    al correr de los oxidados trenes
    en tanto que mis ojos solo siguen

    buscando en tus fanales las estrellas
    y, a la muerte del fénix, encender
    las luces del ocaso en tu cintura.


    Acabaste aquel poema

    Ay mis versos que esperaban pero no sabían cuánto
    y los puse en la ventana ignorando si vendrías,
    se mustiaron poco a poco de mirar al horizonte
    y el camino polvoriento allanado de alpargatas.

    Ay pasaban labradores a sembrar entre los surcos
    paralelos del arado del sudor y las fatigas,
    y del tiempo la besana floreció de verdes pastos
    y mis versos esperaban los llenaras con tu pluma.

    Y un buen día que observaba el camino polvoriento
    una nube diminuta tras los pasos se acercaba
    y de pronto vi tu rostro que agotado de la senda

    regresaba tras mil años con la fuerza entre las manos;
    completaste aquellos versos con tu glosa y tu semblante,
    y me hiciste el más dichoso acabando aquel poema.
    A ti, a malco, a Anamer y a 2 otros les gusta esto.
  • lesmo


    Intimidad

    Solos mi Niño estamos, Tú dormido
    en el pobre pesebre; al Nacimiento
    no lo toca ni un pálpito de viento
    en esta intimidad sin ningún ruido.

    Me acerco y me arrodillo, Dios nacido;
    y cómo mira Madre, de contento
    estalla el San José sin movimiento,
    ¡qué gozo, mi pequeño, haber venido!

    Mi fe está conmovida de alegría
    en nuestra soledad al fin de día;
    te despiertas, me hablas y parece

    quisieras del Portal escabullirte
    conmigo, y en mis brazos rebullirte,
    y mi mano buscándote te mece.
  • lesmo


    Tristeza


    Tristeza mala amante y compañera,
    que restalla el costado cuando alcanza
    y dobla el espinazo a la esperanza
    mostrando así la muerte que libera.

    Tristeza, en el bullicio, es la sordera,
    que afila las palabras como lanza,
    que vuelca al mal el fiel de la balanza,
    haciendo un gran canchal la carretera.

    Tristeza que se arraiga y que enraíza,
    que mata la ilusión, que paraliza,
    que embosca el precipicio del abismo.

    Tristeza que a sí misma se alimenta,
    matando sin matar, que así atormenta,
    y al triste vuelve esclavo de sí mismo.
    A Amadís, Pessoa, E.Fdez.Castro y 3 otros les gusta esto.
  • lesmo
    A José Galeote Matas,
    ilustre iznajeño.

    Iznájar

    Se extiende un pueblo blanco en la ladera
    entre el atardecer y la amarilla
    luciérnaga que apenas ahora brilla
    mostrando la campiña olivarera.

    Arriba, solitaria, la señera
    iglesia, y el castillo de la villa,
    y al fondo, en un gran lago, una barquilla
    de ensueño a mis pesares aligera.

    Allí, con una hermosa partitura,
    que sale de unas cuerdas –y lo tenso–,
    parece que me atrae, por magnética

    y envuelta en esas notas, la blancura;
    entonces aparece el campo inmenso
    tras el portal de Iznájar a la Bética.

    Nota: La partitura a la que hace mención el poema se trata la de la obra "Iznájar (Fantasía Andaluza)" cuyo autor y compositor es José Galeote Nadal, hijo de nuestro compañero y poeta José Galeote Matas y Lola Nadal, también poeta ella. Está interpretada por el gran guitarrista Jacob Cordober. Queda aquí para quienes gusten de disfrutarla.
    A malco, Halcon 0, pepesori y 4 otros les gusta esto.
  • lesmo
    I

    Recuerdo fugaz

    Casi como la llama de una vela,
    a veces diminuta y titilante,
    llega para quedarse algún instante
    la imagen que persiste de mi abuela.

    Y en esa vibración de la candela
    se escucha algún perol burbujeante,
    el guiso va esparciéndose humeante
    y está sobre el mantel limpio, de tela.

    También recuerdo oler en el verano
    el cuenco que servía de aceitunas
    y el plato de embutidos y de queso.

    Y luego una caricia de su mano
    con unas advertencias oportunas
    del río y sus peligros, con un beso.

    II

    La infancia duradera

    De tarde, cada tarde, con mi abuelo,
    de su mano, me iba a ver el tren
    y el tiempo lo pasaba en el andén
    llevándome el olor en todo el pelo.

    El ruido parecía ser del Cielo,
    silbidos, y el metálico vaivén,
    y el quiosco, sobre todo, un almacén
    de ilusiones y dulce caramelo.

    Tenía, a los tres años, vocación
    de jefe, nada menos, de estación
    por la gorra, el silbato y la bandera.

    Y ahora, al resurgir de la memoria,
    la gran protagonista de la historia
    es la infancia feliz, y duradera.
    A malco, Halcon 0, pepesori y 2 otros les gusta esto.
  • lesmo


    En los recuerdos de un rey

    Tras la egregia figura del Veleta
    casi con la humildad de una colina,
    a su izquierda tan solo se adivina,
    enhiesto, el mascarón de una goleta.

    Y le clava en los cielos su saeta
    aquel grande de España que ilumina
    como un faro a la Vega Granadina
    cuando el sol en su nieve se le aquieta.

    Pujen alto, adalid de la alturas,
    no se escondan y muéstrense de quien
    son los altos torrentes de aguas puras.

    Fue quedarse, marchándose también
    cada risco en su llanto de amarguras
    para el rey desterrado, el Mulhacén.
    A malco, Halcon 0, pepesori y 2 otros les gusta esto.
  • lesmo
    Menos guasa con las musas

    Por la noche me he vuelto temeroso
    y tanta oscuridad me solivianta,
    pues noto que me aprietan la garganta
    y no es por el fumar, porque no toso.

    Es algo que me aflige, y tenebroso
    tan solo de pensarlo ya me espanta,
    me duermo acurrucado en una manta
    con sueños de ectoplasmas sin reposo.

    Me temo sean cosas del Parnaso,
    si todo perjudica cuando abusas
    podría ser adicto, ya recelo.

    Lo malo es escuchar paso tras paso
    temiendo que se acerquen nueve musas
    y ensuciar mis calzones del canguelo.
    A malco, BEN., E.Fdez.Castro y 2 otros les gusta esto.
  • lesmo
    Simposios poéticos

    A ver en qué simposios de poetas
    se obtienen tan dogmáticas sentencias,
    qué posters y qué expertas conferencias
    a cuántas letras tachan de obsoletas.

    A ver qué conclusiones, las concretas,
    se sacan de sus múltiples ponencias,
    y a qué debe atenerse, por sus ciencias,
    el común, cuando hablan los estetas.

    A ver el memorándum lo que enseña
    al vate sin recursos, de allí ausente
    sin ver cada sesión lo que destila.

    A ver si a algún poeta es que desdeña
    la élite si escribe lo que siente
    y no de la manera que se estila.
    A malco, BEN., E.Fdez.Castro y 2 otros les gusta esto.
  • lesmo


    Su Voz

    Su Voz no suena como el rayo o el retumbo,
    no viene con estruendos con lluvia o con tormenta,
    se escucha en lo que menos parece o representa,
    en el llanto de un niño, en el sur de algún rumbo.

    Su Voz está ahogada, acaso, si la arrumbo,
    y pongo en los placeres la vida, y se contenta
    en falsas esperanzas, y en sinrazón se asienta,
    y en lo falaz del mundo más vano me derrumbo.

    Su Voz es la que sufre, y es la que sin abrigo
    me pide una moneda con anhelante gesto,
    susurra en el ajado rostro de aquel mendigo

    que siendo inoportuno pudiera ser molesto;
    su Voz es la sincera del Padre y del Amigo,
    y es la más incansable, y más, si no contesto.
    A malco, BEN., E.Fdez.Castro y 3 otros les gusta esto.
  • lesmo



    Hermanos


    Hermanos, los que estáis en lejanía
    tras las aguas inmensas, los cercanos
    de mi España natal, todos hermanos
    los que habláis esta lengua que es la mía.

    Yo digo "amor", yo digo "madre mía",
    y atravesando mares, sierras, llanos
    -¡oh gozo!-, con sonidos castellanos,
    os llega un dulce efluvio de poesía.

    Yo exclamo "amigo" y en el Nuevo Mundo,
    "amigo" dice el eco, desde donde
    cruza todo el Pacífico y aún suena.

    Yo digo "Dios", y hay un clamor profundo;
    y "Dios", en español, todo responde,
    y "Dios", sólo "Dios", "Dios" el mundo llena.

    Dámaso Alonso
    (1898 - 1990)

    Fuente: http://www.tiempodepoesia.com/tiempo/grandespoetas/dalonso1/dalonso1.html
    A malco le gusta esto.