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Viendo entradas en la categoría: SONETO - Página 3
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En ese beso tuyo en que te anhelo
se enciende mi deseo como llama
es que mi cuerpo por tu cuerpo clama
me enredo entre tu boca y me desvelo.
Evoco nuestras manos cuando en vuelo
retozan en los pliegues del pijama
se enlazan, como piel en dulce trama
y retan nuestra sangre en tenaz duelo.
Renace nuestro asombro a cada hora
al celebrar la vida en un abrazo
o entregarme a tus labios, seductora.
Recuesto mi cabeza en tu regazo
en tu pecho, mi rostro que te añora
y el amor, nos aprieta con su lazo.
Ana Mercedes Villalobos
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Dame un beso alocado y vagabundo
un beso que traspase las fronteras
un beso como cuando no me quieras
y se abrace a mis labios un segundo.
Como el beso que escapa moribundo
y se entrega con ansias verdaderas
bésame desde todas las maneras
con ese beso prófugo y profundo.
Un beso que sea apenas un instante
porque a veces la vida se equivoca
y el alba se dibuja más temprano
Un beso que me bese cual amante
que tu boca se mida con mi boca
en cálido solsticio de verano.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, a Tircuy, a Gustavo Cervantes y a 1 otra persona les gusta esto. -
Tu mano es la que mueve los cordeles
dirigiendo mi vida con antojo,
mientras yo, solo miro de reojo,
hilvanando a retazo nuestras pieles.
En esas avalanchas de corceles
mi corazón revela su sonrojo,
y se niega a olvidar su tonto enojo
sin libar de tus labios dulces mieles.
Y no se si es mi boca o es tu boca
quien decide entregarse a la aventura
entre aromas de mentas o de moca.
En ese devenir de la cordura
es la pasión la que sin más convoca,
al juego del amor que se inaugura
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy, spring, Edna Victoria y 2 otros les gusta esto. -
Sorprenden en mi noche los anhelos,
pintándose de azul sobre la nada
y allí donde se aloja tu mirada
voy saciando de sueños mis desvelos.
Desnudo uno por uno mis recelos,
asiento en tus pupilas mi morada
y en la emoción que anuncia tu llegada
se tornan en calor mis desconsuelos.
Que dulce es terminar la travesía
entre esta sed quemándome la boca
y desandar los días para verte,
apagando en tus labios la sequía
que agrietaba mi piel, hiriente broca,
con mi cuerpo temblando de quererte.
Ana Mercedes Villalobos
A ti, a Tircuy, a bristy y a 1 otra persona les gusta esto. -
No te rindas mujer, la lucha es larga
pero esta vez peleas por tu vida
por librarte de aquél que te intimida
con la rabia que en ti siempre descarga.
Recuerda que el maltrato te aletarga
orada el corazón, mortal herida,
y si decides darte por vencida
sucumbirás al peso de tu carga.
Impide que el insulto sea el rito
que utilice con arte y con empeño
y pon con tu denuncia el finiquito.
No dejes que te roben cada sueño
la ilusión de ese amor puro y bonito
que no entiende de esclavo ni de dueño.
Ana Mercedes Villalobos
A ti y a bristy les gusta esto. -
Se dice que al mal tiempo buena cara
y es de sabios seguir un buen consejo,
aunque a veces, es algo más complejo,
depende la medida de la vara.
Pareciera la vida cosa rara
como estar asomada en el espejo
con los ojos cerrados al reflejo,
y siendo yo, es otra quien me encara.
Holgada es la razón que nos propicia
a creer que no siempre será el dicho
dueño de la verdad o la justicia.
Quizás el temporal sea capricho
y luego llegue suave la caricia
que deje al mal tiempo en entredicho
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
Sólo un beso anunciando la partida,
como suave murmullo de tormenta,
es mi alma, que nostálgica se ausenta,
se resiste a la triste despedida.
Y es que ahora me siento tan perdida,
quizás como una brisa turbulenta,
que me quema la piel y desalienta
causando al corazón una honda herida.
Es que el amor es cruel y traicionero
no se puede creer en sus promesas,
confiamos que será muy duradero
y vivimos, en sus mentiras presas,
porque resulta corto y pasajero,
aunque ofrezca llenarnos de sorpresas.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
Ordenando de a poco las ideas
cambiamos las mejillas por la frente
y hacemos del cariño inmenso afluente
de versos que entre letras apareas.
Siguiendo en ese orden, mientras veas
que el tiempo y la distancia es aparente,
la emoción es apenas suficiente
y yo estoy a tu lado aunque no creas.
Llegará ese momento de encontrarnos
con el beso prendido de la boca
y los labios henchidos de sonrisas
de vernos a la cara sin soñarnos
el alma en el abrazo que nos toca
despacio, suavemente, ya sin prisas
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy y Chema Ysmer les gusta esto. -
Es tan fácil perderme en tu mirada
con tu cuerpo vestido por el mío
navegar complaciente nuestro río
saludar jubilosos la alborada.
Entre tus dulces brazos abrigada
llegará lento el tiempo del estío
y en cálido refugio, ya sin frío
viviremos eterna madrugada.
En ese renacer de la esperanza
del azul de tu risa que convoca
va el amor despojando la añoranza.
Me sumiré en el pozo de tu boca
tocando el infinito que me alcanza
sin saber si lo toco o si me toca.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
Llegué tarde a tu amor no tuve suerte.
Navegando en tu noche, distraída
anduvo mi alma triste, inadvertida
y sólo consiguió quedar inerte.
Ansiaba caminar pisando fuerte,
acercarme a tus brazos, a tu vida,
equivoqué la ruta en la partida,
llegué tarde a tu adiós y fue mi muerte.
Cansada de este andar, ya sin aliento,
- sabiendo errado el toque de Cupido -
apreté entre los labios mi lamento,
rogando con fervor, llegue el olvido,
audaz reto a mi arquero en nuevo intento,
y que haga diana al centro de mi nido.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy, Medusa, Bernardo de Valbuena y 1 persona más les gusta esto. -
El agua cae en prístina pureza
modelando arabescos de artesana
se resbala graciosa en la ventana
inundando el paisaje de belleza.
Se cuela entre la lluvia mi tristeza
tejiendo de recuerdos la mañana
que se bordan en dulce filigrana
y amenazan mi frágil fortaleza.
Es tu rostro que acude de repente
asomado al umbral de mi memoria
mirándome a los ojos largamente.
Y yo vuelvo a la vieja trayectoria
de su boca, a mi boca penitente,
en sus labios no tengo escapatoria.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy y NUBE ATARDECER les gusta esto. -
Escribo en esa interna rebeldía
las letras que en la pluma se hacen humo,
me pierdo en tu mirada, y las difumo,
entre mis manos, dulce fantasía.
Se entrega la palabra y desvaría
- secreto devenir del que presumo -
y sin ser poetisa las perfumo
floreciendo en sutil alegoría.
Corre tinta en mi pluma y por mis venas
- sentimientos que al alma desaliña -
y al viento los arrojo como penas
Escribo entre la luna que me guiña
o entierro mi tristeza en las arenas
o bailando y cantando como niña
recorro la campiña
corriendo alegremente con mis versos
sean éstos traviesos o dispersos.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
Hilvanando crepúsculos y auroras
desnudo el corazón, pulsa constante
indomable se entrega, desbordante
a ilusiones que emergen vencedoras.
Y me llegan las risas soñadoras
en mi cielo - no siempre tan brillante -
persisto audaz, humilde caminante
siguiéndole los pasos a las horas.
Soy fuego prisionero de tu pecho
como viento atrapado en la ventana
que yace en el cristal insatisfecho.
Con los ojos repletos de mañana
descanso mis fatigas en tu lecho
y en retazos, mi vida se desgrana.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
He soñado mil sueños en tus ojos
en tus ojos serenos como lagos
que desandan mi piel causando estragos
y entre guiños disipan mis enojos.
Me entregan sus caricias en manojos
alumbrando mis días más aciagos,
esos ojos, tus ojos siempre magos,
se enlazan con los míos sin sonrojos.
Si entonces se acoplaran nuestras bocas
y tus labios supieran de mis besos
se inventara el amor en ese instante.
Perdida en esos sueños que provocas
entre tus ojos, mis suspiros presos,
serás tú, siempre tú, mi eterno amante.
Ana Mercedes Villalobos
A Tircuy le gusta esto. -
Qué loco corazón, cómo latía
al escuchar tu voz, rozar mi oído,
fue tan grato, tan dulce su sonido,
que aún conservo su dulce melodía.
Como niños que ofrendan su alegría
rescatamos la risa del olvido,
el amor, se asomó sin hacer ruido
y tu mano encontró la mano mía.
Hicimos del destino nuestra alianza,
o la ternura, como única razón,
y volamos en pos de nuestra estrella.
En un halo de mágica esperanza
renace en nuestra vida la ilusión,
que en el pecho, galopa y se atropella.
Ana Mercedes Villalobos
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