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Viendo entradas en la categoría: Varios

  • Pessoa
    REFLEXION AL ATARDECER

    A veces -sólo a veces, dijo el poeta- el magma que es la vida se vuelve nauseabundo, turbio, insoportable. Y entonces -a veces, solo a veces- una conjunción de varias de las muchas cosas hermosas que esa misma vida, pero en limpio y transparente, nos ofrece, se aparecen frente a uno.

    Y, uno saca la cabeza de esos miasmas, eleva la mirada al cielo y lo ve de nuevo azul, con hermosas aves que trazan armoniosas geometrías Y en esos inasibles vuelos reencuentra la poesía. Y todo vuelve a adquirir la ingenuidad de lo recién nacido.

    Entonces, uno con el alma abierta de par en par, quiere compartir esa epifanía gozosa con los otros, con todos los demás, propios y ajenos.

    Puede que ya en frío esa conjunción de cosas hermosas que han producido el milagro de ese renacer no merezca tal difusión; son tan sólo unas notas musicales y una reproducción cinematográfica en la que una bella mujer, haciendo latir y vivir una guitarra, representa ese imaginado vuelo de las imaginadas aves trazando los pentagramas por los que le llega a uno su renacer. Ella es Nadia Kossinskaja.

    La música lustral, el Oblivion, de Astor Piazzola. Que lo disfrutéis.



    A ti, Alde y Guadalupe Cisneros-Villa les gusta esto.
  • Pessoa
    EL HOMBRE QUE SOLO ESCRIBÍA CARTAS AMOR.



    Mi muy querido Fernando Pessoa escribió: “Todas las cartas de amor son/ Ridículas, No serían cartas de amor si no fuesen/ Ridículas ” Más o menos. Pero hay personas que solo escriben cartas de amor. Toda su prosa es amorosa, suavemente erótica, meliflua y evanescente. Prosa de pobres de espíritu y menesterosos. Como yo, que solo he escrito cartas de amor.

    Una carta de amor que desborde ese ardor, ese fuego de pasión que incendia cuanto objeto de deseo se le pone por delante, nunca puede ser ridícula, que Fernando me perdone. Pero lo bueno, lo superior es no tener que escribirlas, claro; tener al susodicho objeto de deseo a mano y hacerle saber de manera directa, sin subterfugios, cuánta pasión nos produce, cómo solo siendo él o ella, la copa donde libemos, nuestra sed puede calmarse.

    Luego está lo de internet y todo eso. Pero son moderneces. Desde luego mi opinión no deja de estar mediatizada por mi condición de crápula callejero y noctívago. O sea, que no me hagáis mucho caso quienes, recostados en un verde terraplén, o ribazo, extasiándose con el rumoroso arroyo que discurre a vuestros pies y encantado con el dulce piar pajaril, estáis desgranando en vuestras mentes las palabras, ardientes, poéticas, dulcísimas con las que vais a llenar la pantalla del ordenador, o el folio color crema pastelera, para enviarle al amor eterno de vuestra vida, ése que vais a dejar estas vacaciones de verano más tirado que un chucho en gasolinera, todos los sentimientos celestiales, el èlan vital que os provoca su solo recuerdo.

    Esa carta de amor en la saboreareis palabra por palabra, corrigiendo, puliendo, perfeccionando, sin daros cuenta que el amor es un sentimiento inefable: i-ne-fa-ble. (Busquese significado en wordreference o en el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora.) Cartas que son los tejidos sutiles, las telas de araña en la que pronto os sentiréis presos, maldiciendo aquellos textos impulsivos, de juvenil imprudencia (aunque, como yo, seáis ya viejitos, que la soledad es mala consejera y empuja al hombre a la república del arrejuntamiento, sea concubinato, amancebamiento o cumplida y legal coyunda.)

    Pues eso; que tengáis cuidado y no seáis ridículos como las ridículas cartas de amor que escribís, como las ridículas cartas de amor que yo tantas veces he escrito y tras de las que, como hermosísimas puestas de sol, ha caído la noche.

    A Fulgencio Cibertraker y Oncina les gusta esto.
  • Pessoa
    Por hacer algo que me gusta y, además, poderlo compartir con mis amigos (doble complacencia) el foro me premia regalándome la posibilidad de un Blog. Agradecérselo a la dirección del foro sería puro tópico y, además, una insuficiente expresión de gratitud. Lo mejor es darle buen y abundante uso, crear lo que a uno buenamente le alcance la musa y tener un medio más para poder compartirlo.
    Recuerdo cuando era niño, en la mañana del día 6 de enero, la búsqueda ansiosa de aquel regalo escondido que muchas veces no llegaba dada la precariedad económica en la que vivía mi familia. Pero no tardaba en encontrar nuevos motivos de alegría; era lo que llamaban en casa "un niño de buen conformar".
    Después, con la edad, se me transfirió aquella gozosa responsabilidad que yo, afortunadamente, cumplí tal vez con más profusión material que mis padres, pero, seguro, con menos ilusión por el milagro.
    Y ahora el milagro se me aparece en estas queridas páginas: puedo escribir en "mi" blog, que en adelante será vuestro blog.
    Muchas gracias a todos, a mis lectores y a mis críticos, a la dirección y, porqué no, al bueno de Steve Jobs, que algo tendrá que ver con este invento. En mi pueblo decimos que es de bien nacidos ser agradecidos.
    A adopos, Eratalia, malco y 1 persona más les gusta esto.