Los paraísos de la infancia.

Los payasos tristes, los huesos bronceados.
Hay sonrisas torcidas en los rostros sucios
de mis amigos, ecos de carcajadas idiotas.
Inventamos todas las muecas en este yermo
de barro, bañados en lejía, las lagrimas de Abel.
No sentíamos el dolor como niños, éramos algo
más, algún tipo de criatura capaz de ver magia
en cada mirada, éramos los hijos de alguna ninfa.
Una noche besé los ojos de una niña ramera,
nunca fui inocente, nunca fui puro. Desde que
tengo memoria comencé a decaer, siempre
atraído por los monstruos que habitan el sótano
de mi alma. Todo el abracadabra de este mundo
habitaba en mi niñez, vengo de un paraíso oscuro.

Había miríadas de yerbas ancestrales, estaban todas
las especias que hacen del chartreuse un licor de
dioses, estaban todas mis pequeñas hermanas de piel
gris y ojos verdes, mis futuras esposas, mis victimas.
Aun estoy ahí, jamás deje ese paraíso, sigo siendo
un niño infernal, sigo embriagándome en el barro

 

El poema muy bueno y con tu imagen va clavado

 

"Los paraisos de la infancia"
Tremendo titulo que me atrajo, y el poema me encantó.
Esta barbaro, como lo escribiste, genial!

Merece un comentario mejor pero hoy no estoy muy explicito.

Un gusto leerte, saludos.

 

Pasa cuando esos días
impúdicamente tocan el suelo,
o se arrastran a través de un sonrisa,
la cual es maquillaje de un momento vacío,
yo entiendo que sus ferias, son las mismas
triste en las que yo solía pasear,
hundida en una oscuridad latente como si no escaparan del closet
lo sueños, como si aún estando no pudiera evitar desaparecer.
Me gustó mucho su escrito..
tiene pequeñas faltas de acentuación..,
pero es un genial, me indentifiqué totalmente
estupendo el final.
Saludos​

 

Y ojalá jamás cese de serlo.
La infancia es un período bastante mágico, aunque se habite cómodamente cuevas oscuras. Ella nos da alas para comprender nuestra naturaleza sin prejuicios, sin normas estúpidamente inventadas por seres burdos y temporales que juegan un juego un poco más serio que el de los niños.
Deberíamos escuchar más a los pequeños...y a los animales, quizás la vida está patas arriba, probablemente, deberíamos nacer viejos y evolucionar hasta lo que llamamos naciemiento, de seguro seríamos mucho más reales y puros de lo que terminamos siendo en los albores de la muerte.
Caballero, esas sombras le han dado la capacidad de hacer cosas que, si queriendo ser condecendiente con una sociedad hipócrita, distaría de serlo.
Me gusta lo que plasma, un placer.
.:Tati:.​

 

No se si sea acertado mi comentario, pero siento un urbanismo caotico con respecto a las descripciones expuestas. Me agradó el uso airoso de algunos vocablos que los acomodaste a tu poema con gran ingenio. Agradable ritmo.

Andrés Amendizabal

 

ayyyyyyyyyyyyyy
no seas payaso ps
solo decide cambiar
y haslo con la ayuda de Dios
el es capaz de ahcer hablar alas piedras
de revivir a lso muertos
solo pide ayuda a el
y el hará el milagro que esperas niño
o mejro dicho ke necesitas

un abrazo

HADITA​