¡Más maderaaa!

Mientras estemos con vida
aunque nos duela la espalda,
si quema pero no escalda
el dolor de la partida
o el recuerdo de la herida,
si disfrutamos del cielo
al retirarnos el velo,
de la risa de aquel niño
que comprendió nuestro guiño,
si besamos nuestro suelo.

 

Si besamos nuestro suelo
al bajarnos del avión
será por la conmoción,
y por sentir el consuelo
de haber llegado sin duelo,
salvos, sanos y con vida
porque la angustia sentida
durante las turbulencias
me hizo temer que en urgencias
acababa la partida.


​

​

 

Acababa la partida
e invadido de alegría
a jugar me disponía
aun sabiéndola perdida,
pues el reto no se olvida
y para jugar en serio
con uno y otro hemisferio
la vida te has de apostar
si es que quieres alcanzar
el don del juego sumerio.
​

 

El don del juego sumerio
no es soplar y hacer botellas.
Requiere pocas querellas
(no es simple para un imperio)
y evitar el vituperio.
Pocas veces lo logramos.
A veces, nos amigamos
con los vecinos juerguistas.
Cada cual con sus aristas;
de a poco, nos toleramos.​

 

De a poco, nos toleramos,
en eso si soy un experto,
a veces le quiero muerto
pero somos como hermanos.

Arturito va conmigo
y yo siempre voy con él;
soy la dermis en su piel,
y él semilla en mi trigo.

Si acaso el va en un apuro
–al sol él a de temerle–
detrás siempre puedo verle
buscando lugar seguro.

Si es que voy por la penumbra
–La noche me da pavor–
va delante con furor
y todo camino alumbra.

De envidiosos no me asombra
el odio a nuestra amistad,
si quereis llorar, llorad.
seguiré junto a mi sombra. ​

 

Seguiré junto a mi sombra
y su artilugio embozado.
Es que tengo tan calado
(en alguien que no se nombra)
lo que la vida descombra
en un ánima perdida.
Vivir es una partida
con las barajas marcadas.
La banca es grandes tajadas,
el vicio es tique de ida.​

Pensaba en un fullero a punto de esquilmar a un empedernido jugador. Rima complicada esa "-ombra". Creo que no hace falta diéresis en la “i” de la sexta sílaba del verso de cierre por preceder a la última tónica. Si la memoria me falla, favor de ponérsela.

 

El vicio es un tique de ida
y así moriré por ti
pues te quiero para mí.
Este vicio me liquida
porque me tienes herida.
¿Qué hacer si no puedo verte
y no hago más que soñarte?
Me gustas por ese tu arte
de escribir que en ti se vierte.
Quisiera pa' mí tenerte.​

 

Como si no me quisieras,
en un extraño ritual,
procedes a hacerme mal
con maniobras y zonceras.
Pasarás noches enteras
bajo una sábana helada.
Nunca fui para tu rada
ese esperado velero.
A mi pobre amor sincero
valoraste poco y nada.​

 

Valoraste poco y nada
el amor que te tenía
hasta que un bendito día
me dejaste en la estacada.
Ya la tengo superada
la pena que me dejaste
puesto que pronto olvidaste
la lealtad prometida;
te deseo buena vida
pero tú nunca me amaste.​

 

“Pero tú nunca me amaste”,
la paloma al gavilán
al verlo como un patán,
con todo yéndose al traste,
le dijo. “Siempre abogaste
por el sexo a mordiscones.
Si te duelen los cojones
será por mi picotazo.
Ahora le falta un pedazo
a tu hombría y con razones”.​

 

A tu hombría y con razones
se necesita aludir
que la primera en venir
no admite matizaciones.
Porque en aquellas cuestiones
que se dirimen sin seso,
o si es demasiado espeso,
el tortazo es ganador,
y el macho es el vencedor
aunque muera en el proceso.

 

Aunque muera en el proceso
muere contento el valiente.
Se las tira de decente
el personaje travieso,
pero si se pone espeso
el caldo de sus errores
muere en tristes estertores
y a nadie le importa un cuerno.
Se le viene el crudo invierno
y el horror de sus dolores.​

 

Y el horror de los dolores
es si pierdes a un amigo
porque ya no está contigo.
Ya no mira tus errores
ni festeja tus primores.
Nomás te deja un vacío
que la vida te decanta.
Ya no está él que te encanta
y que te arma mucho lío
motivando tu albedrío​

 

Motivando tu albedrío
te rodeas de natura
bebiendo del agua pura
de la cuna de este río.
Animada pese al frío
has bajado la vertiente
y has entrado en la corriente
pisando cantos rodados,
sintiendo tus pies cansados
aliviados en la fuente.​

 

Aliviados en la fuente
los sudores del estío,
y hallado un lugar sombrío
donde secarme la frente,
dejé descansar la mente
e hice una relajación,
más tarde, meditación,
después un poco de yoga
y la ansiedad que me azoga
encontró la solución.

​

 

Encontró la solución
tras buscarla con ahínco;
localizó más de cinco
remedios a su cuestión,
quería más variación,
cosas nuevas que probar,
cosas viejas que tirar,
remedios ya superados
y hasta descatalogados,
todo había que intentar.

 

Intervenimos en ello
yo mismo con el diablillo
que llevo dentro, el muy pillo
dejó en la rima su sello.
Firmamos el atropello
de la pasada espinela
por ver quién sigue la estela
y mantiene vivo el hilo
con su dinámico estilo
mostrando que tiene escuela.

 

Y se besan con ardor
los actores en escena
y debe ser gran condena
no mostrar ningún fervor.
Ni mucho menos rubor,
no vas a ponerte rojo
si, luciendo gran arrojo,
sobre la chica te lanzas
y sus favores alcanzas
que del guión es el antojo.

 

Y hasta un Oscar merecer
puede un tipo violento
aunque poco orgullo siento
de su absurdo quehacer.
Sus pelis no voy a ver
porque el tío se ha pasado
y a otro tipo ha pegado
por un chiste de mal gusto;
no se lleve ningún susto
si su ranking ha bajado.​

 

Si su ranking ha bajado,
compatriota, no se asuste,
menos piense con embuste,
que es malo está demostrado.
Primero busque el enchufe
de su PC y desenchufe*
aquella máquina de odio.

Recomiendo comer sodio
para un corazón de guerra.
Buscar una motosierra
sería el paso siguiente,
y luego con fría mente
aniquile a esa perra.*
​

*1: El término "PC" fonéticamente se diría "pi-cí" o "pe-cé", al menos así lo considero yo, por eso lo cuento como dos silabas.
*2: Con "aniquilar a la perra" me refiero a la computadora. Estos versos locos pueden generar confusión.

 

¡Aniquile a esa perra
un rayo que desde el cielo
provenga y caiga al suelo!
Pues su ladrido me aterra
y el sueño no se me cierra,
yo ya no puedo seguir;
tantas noches sin dormir
me tienen muy irritado
y al final he acabado
por gritar y maldecir.​

 

Por gritar y maldecir
me llaman maleducada
y yo me siento afrentada
y me pongo a discutir.

Pues ahora me van a oír,
pienso decirles de todo,
sin callar de ningún modo,
escupiré mis verdades
y enfrentaré sus maldades
con encono visigodo.
​

 

Con encono visigodo
Alarico resistía
a la hueste que invadía
sus pueblos de muy mal modo.
Con sus gentes codo a codo
combatía en la batalla
menos noble que canalla
hasta que un alto guerrero
le dió al heroe un fin certero
pese a su cota de malla.​

 

Pese a su cota de malla
Alarico la palmó
cuando el cretino creyó
que ganaba la batalla.
No estaba dando la talla,
escondido tras su escudo
tan pesado que no pudo
mantenerlo un rato en alto
y el dardo cerró el asalto
de un arquero bigotudo.

 

De un arquero bigotudo
se libró por un suspiro
y dijo: -Yo me las piro,
¡vaya tipo tan sañudo!

Era delgado y menudo,
pero fuerte como un roble,
pegaba cada mandoble
que la gente le temía
y marginación sufría
por su proceder innoble.​

 

Por su proceder innoble
estoy un poco atascado
que poner ese rimado
es crear problema doble.
Pero, más fuerte que un roble,
recojo el guante en mi cara
y, ante esa rima tan rara,
me libero de mi siesta
y cierro a diestra y siniestra
esta espinela sin tara.