Siempre estás en mí.

Siempre estás en mí,
eres la estrella de Sirio,
y mi pensamiento, es el vértice
de la pirámide de Gizeh que se enfila
contigo, iluminando la apetencia
de mis sentidos, que devoran
la línea del horizonte de tu nombre.

Siempre estás en mí,
en el cenit y el nadir de los puntos
fugaces de la recta de un pentagrama,
siendo tú el recipiente sobrenatural
que ampara mi alma cada noche
cuando voy a dormir, cuando te
llamo inconscientemente.

Siempre estás en mí,
te encuentro en las pausas de mi
respiración, en la cadencia de
mis movimientos que me secuestran
en la cúspide de una bóveda celeste
que decora mi sutura sagital
del deseo que siento por ti.

Y siempre estás en mí,
es un amor que está envuelto entre
las finas telas que se pegan a mis
entrañas, estando tú, en cada pliegue,
en cada roce de una reflexión
que me despierta cada mañana
buscándote en cada parte de mi cuerpo.

 

Vivida declaración, lo contemplo en grato silencio de cosas ajenas. Salud por la poesía, Isabel.

 

Es un bello poema de amor astronómico.

 

Tu cuerpo te dice la verdad;
hay una gestación interior
de una simbiosis en igualdad
donde en un lugar acogedor
mi alma bebe tu vitalidad.
Es tu tenacidad y visión
un embrujo de alta vibración.

Mutualismo único de bondad
tu ecosistema a mi alrededor
al que me entrego con lealtad
y gozo de su dulce fulgor;
mientras respiro felicidad
tu esencia difumina el dolor.
Tus sueños con destreza y pasión
dan al alma mía una ilusión.

Buenos días... Muak!!

 

Muchas gracias, el silencio es súper necesario para pensar, para crecer. A veces, tan difícil encontrarlo y otras, pesa demasiado.
Un saludo

 

Gracias por embellecer este lugar con tu poesía. Y gracias por embellecer mi interior con tus palabras, tus respuestas siempre me llenan y me inspiran para el arte y para la vida.
Me encantó todo.

 

Muchísimas gracias por detenerte en leer el poema y dejar tan amables palabras.
Un saludo.

 

Sin dudar el ser amado siempre encontrara la forma de acunarse en nuestras emociones, en nuestro sentir, en nuestros sentidos y gestar en ellos anhelantes pulsaciones por el.
Bello poema y el final es perfecto.
Saludos