Silencios de hamaca.

Ya no encuentro el venero de estrellas
ni el silencio azulado.

Te pierdes con los fémures huecos
en estancias vacías.

No te busco pues no he de encontrarte
rondando las flores.

A tu giro zumbante de avispas
le falta el agudo.

Te pierdes en panales vacíos
de mieles antiguas.

Y ruedas como planta espinosa
hiriendo mis piernas.

No camino, te espero sentada
partiendo cebollas.

A la noche le cuelga la luna
silencios de hamaca.​

 

Una hamaca y la noche despejada para contemplar las orionidas ¿Es mucho pedir?
Un beso, Luciana.

 

Cuando se han derramado lágrimas de dolor y el alma ya no puede llorar porque su jugo se ha exprimido hasta la última gota, entonces el silencio habla con nosotros y nosotros con él y la noche es testigo mudo de ello...ayyyy me encanta la intimidad que recogen tus vehementes versos mi querida Luciana.....muáááckssssss

 

Muy buenos versos Luciana, esos silencios de hamaca que a la noche le cuelga la luna,
nostálgico y genial cierre.

 

Claro que no, la hamaca está disponible para que hagas observaciones astronómicas. Gracias por la lectura y tu amable comentario.
Un beso.
Luciana.

 

Luzyabsenta, tu iluminas mis versos con tu profunda mirada. Muchas gracias por leer y el amable comentario. Un abrazo. Luciana.

 

Hermosa poesía, el cierre no podía ser mejor. Saludos.

 

Querida Isabel, a mi me encantan tus comentarios porque son ricos en buenos análisis y afecto. Un abrazo. Luciana.

 

Ansel Arenas, gracias por leer y comentar. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.
Luciana.

 

José Luis, muchas gracias por leer y comentar. Un abrazo. Luciana.