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  1. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/a-ines-en-su-vuelo.752071/
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  2. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/endecha-de-verano.736220/
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  3. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/romance-de-una-noche-de-primavera.732071/
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  4. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/a-un-chopo.725793/
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  5. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/romance-al-beso-de-la-luna.719176/
    A malco, Iván Terranova Cruz, Anamer y 2 otros les gusta esto.
  6. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/el-sueno-de-don-quijote.572100/
  7. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/el-sueno-de-la-nostalgia.681611/
    A malco, Guadalupe Cisneros-Villa y Anamer les gusta esto.
  8. Está en clásica competitiva por si gustáis en algún momento por pasaros.
    Aquí os dejo el enlace.
    Muchas gracias y cordial saludo
    Luis

    http://www.mundopoesia.com/foros/temas/endecha-de-la-voz-amarga.680695/
  9. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/madrigal-al-tiempo.678380/

    En clásica competitiva
    A malco y Guadalupe Cisneros-Villa les gusta esto.


  10. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/romance-al-silencio-de-emilia-llanos.672650/


    Romance al silencio de Emilia Llanos
    (La mujer que amó a Lorca)


    Por el mar de los olivos
    llegaba desde la Alhambra,
    un aroma de azahares
    al cantar de la guitarra.
    Mujer fina con sonrisa
    del fulgor de la biznaga,
    Afrodita con mantilla
    de Merino y brisa mansa.
    Era su luz hecha carne,
    él, la miraba y miraba,
    ella, rosa del rosal
    esparcía su fragancia
    sosegada y silenciosa
    por las calles de Granada.
    Emilia Llanos Medina,
    morena de carne blanca,
    sus pupilas de azabache
    abrían la senda al alba
    y al poeta granadino
    acallaba su palabra.
    Sedientas de amor y boca,
    las dos almas paseaban,
    ¡Cómo cantaba el zorzal!
    ¡Ay, como hablaban sus almas!
    Días de vino y de rosas,
    sueños por cosas lejanas,
    se escapaban los suspiros
    bajo la luna gitana.
    *
    Por los altos miradores,
    versos de amor recitaba
    y mientras él los leía,
    ella guardaba sus ganas.
    Su pasión iba meciéndose
    como se mecen las ramas
    y murmuraba el gorrión
    lo que Emilia se callaba.
    Aquella tarde sentía
    que su deseo escapaba
    como el agua de la fuente
    cuando rebosa la taza.
    Sobre el rostro de su amiga,
    la pena se dibujaba.
    El alborozo, en el mar,
    y la amargura, en el alma.
    *
    La muerte llegaba en rifles
    por las calles de Granada
    dejando un canal de sangre
    y una sábana de lágrimas.
    Un diecisiete de agosto
    desde Viznar hacia Alfacar,
    una Negra, Escuadra Negra
    al poeta se llevaban.
    Muerto cayó Federico
    en aquella madrugada,
    y nunca besó sus labios
    y nunca le dijo nada.

    Luis
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  11. Son doce campanadas,
    doce marca el reloj,
    pasiones desatadas
    en la puerta del Sol.
    Asisten en bandadas
    para decir adiós
    a angustias ya pasadas
    y ansiando lo mejor.
    La gente aglutinada
    en solo un corazón,
    aguanta ilusionada
    el frío con humor.
    Uvas en mano y cada
    uno, presta atención
    clavando la mirada
    en el viejo reloj.
    Cuenta atrás empezada,
    ya no cabe el error,
    la espera tan soñada,
    ¡por fin! ya comenzó.
    ¡Ya baja la dorada,
    ya suena el carillón,
    personas humanadas
    enmudecen su voz!
    Resuena la esperada...
    Din don, din don, din don,
    todo va cual si nada,
    invade la tensión.
    Última campanada,
    ¡Ay, qué largo fervor!
    Y la gente abrazada,
    le da gracias a Dios.
    Son doce campanadas,
    doce campanas son,
    son doce campanadas
    en la puerta del Sol.

    Luis
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  12. (1)
    Yo me perdía en su aliento
    con el sabor de las rosas
    y ahora debo decir,
    que beso penas y sombras.
    Por las calles va el recuerdo
    sediento de amor y boca,
    con cadena de pesares
    y espinas como corona.
    Pena, eterna soledad
    que acaricia mas no toca,
    bebida amarga que embriaga
    y el sosiego te lo roba.
    ¡Oh tú, pena, pena mía,
    siempre triste y negra toda!
    ¿Por qué traes a mí sus labios
    y al aire le das su forma?
    El hielo de la nostalgia
    es un frío que devora
    y el silencio de su ausencia,
    son noches de luna rota.
    ¡Qué triste es la pena cuando
    el amor se desmorona,
    parece un árbol de otoño
    sin el rumor de las hojas!
    La busco por todas partes,
    en la noche oscura y honda,
    en cada canción de amor
    y cada huella remota.
    Con la luz de la mañana,
    abierta encontré una rosa
    y ella me estaba diciendo
    lo mismo que mi persona.
    ¡Qué pena tan grande tienes
    que los sentidos agota,
    no derrames ya más llantos
    por quien no camina sola!
    Mis lágrimas son de sangre,
    ya no habrá ninguna aurora
    que nos desnude en la cama
    con el cantar de la alondra.

    (2)
    Por las calles va la pena
    sin abrigo y silenciosa,
    a solas por las tinieblas
    en noches de luna rota.
    ¡Oh tú, pena, pena mía!
    ¡Oh tú que el alma deshojas!
    Que no me falte tu aliento
    cuando me llegue la hora.

    Luis
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  13. Yo - ¡ Estos campos se van a llenar de coches!
    La mano del hombre
    no conoce fronteras,
    pronto los campos floridos
    perderán sus vivos tonos.
    Dejarán de parecer siempre joven...

    Él - ¡Calla, no digas sandeces!

    Yo - Silencio...¿no oyes el viento
    como peina los pastos?
    ¿no sientes el aliento de su aroma?
    ¿no ves la dulzura del sol
    en su claro ocaso?

    Él - Lo que piensas suena a muerte,
    ¿por qué he de callar?


    Yo - El hombre no tiene límites,
    solo el propio hombre
    puede parar su mano.
    Los pájaros migrarán con su canto,
    el árbol perderá su verdor,
    el cielo será de un azul grisáceo
    y no respirarás
    lo que hoy estás respirando.
    Todo cuanto ves, morirá,
    y la ciudad
    será más grande cada año
    y en un banco perdido del parque,
    mi cuerpo descansará nostálgico.

    Él - ¡Deja de vaticinar
    las cosas que aún no son,
    cuando las cosas sean,
    entonces tus palabras dirán lo que son!


    Yo - Llegará el día, ese día
    en que yo busque el azul
    plácido del cielo
    o la sombra de un árbol grande
    o el dulce canto del gorrión
    para que arrulle mis oídos.

    Ya veo llegar ante el alba,
    lenta y calladamente
    las manos encallecidas del obrero,
    inagotables y venosas manos
    empuñando picos y palas
    avanzando hasta oscurecerse
    en el mudo crepúsculo .
    Sí, todo está escrito
    en la mente del hombre,
    ¡Estos campos se van a llenar de coches!

    Luis

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    Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra por cualquier medio.
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  14. Ha despertado el otoño
    tapizando de hojarasca
    los recuerdos del verano
    y acallando la cigarra.

    Mengua la última rosa
    y mi pensamiento vaga
    por las sombras del crepúsculo
    y las hojas en el agua.

    El pasado se hace verso,
    el otoño huele a calma
    y en las ramas de los árboles,
    ya tiemblan gotas de escarcha.

    Cuando solloza el otoño,
    la melancolía alarga
    la tristeza del paisaje
    dejando heridas miradas.

    La palabra del silencio
    es amargura dorada,
    solo se escucha el sonido
    de una soledad que pasa

    silenciosamente mientras
    los pájaros se agazapan
    de las lágrimas de un cielo
    perdiéndose en la montaña.

    Llevo el paso de mis sueños
    a una tarde que se apaga
    y mi corazón se llena
    de pesadumbre y nostalgia

    por un amor desprendido,
    boca y alma perfumada
    que tantos besos robó
    dejando palabras vanas.

    Cuando solloza el otoño,
    deja desnudas las ramas
    y el ascenso del riachuelo,
    adormece con sus nanas.

    El corazón calla y siente
    lo que los árboles hablan,
    y quisiéramos ser como
    la fuente que vierte el agua.

    Y mientras la luna sueña
    bajo las sábanas blancas,
    yo alzo al cielo mis suspiros
    y siento como me abraza

    el viento y me lleva por
    la vereda solitaria
    sin tener miedo a la muerte,
    hoy, que tengo en paz el alma.

    Luis


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  15. Cuando me haya ido
    búscame en tu recuerdo,
    no derrames lágrimas,
    solo quédate en silencio.

    Cuando me haya ido,
    cuando ya no esté,
    búscame en tu sueño
    que allí estaré.

    Velaré por tu descanso
    y mi aliento será tu abrigo
    cuando ya no esté,
    cuando me haya ido.

    Luis



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