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MALCO
MANUEL LÓPEZ COSTA
©Todos los Derechos Reservados

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    De aventuras y de entuertos
    y otras zalamerías

    están plagadas de historias
    las novelas de caballerías,
    mas ninguna alcanzaría
    el valor y gran portento
    con su muy grande talento
    que CERVANTES le daría,
    y aún está DON QUIJOTE
    presente con sus locuras
    en famélica cabalgadura
    venciendo molinos de viento
    con su flaca catadura
    por los prados manchegos
    con Sancho dando consejos
    al de la triste figura.


    Don Quijote en Las Ruideras

    Henos de nuevo en La Mancha
    con pasión aventurera
    entre secano y praderala emoción se nos ensancha
    y de ponerse tan ancha
    entra un virtual caballero
    y muy cercano le sigue
    su tan robusto escudero.

    Su fama al reino extendida
    a todo rincón y agujero
    no encuentra a nadie que diga
    ese que ahora ha llegado
    es el viril caballero
    el tan mentado Quijote
    el de golpizas y azotes
    sin fortuna, sin dinero
    pues con su triste figura
    con la abollada armadura
    y su espadilla de acero
    va con su senil catadura
    desfaciendo entuertos severos.

    Las más increíbles razones
    de sus torcidas visiones
    que en su cabeza aparezca
    encuentra enseguida a montones
    de su locura respuesta
    y dando inicio a la gresca
    recibe de bofetones
    volviéndose moretones
    o algún cargamento de palos
    le pone a crujir los huesos
    pues de locura poseso
    al derecho y en reverso
    a su famélico cuerpo
    al pobre le dejan tieso.

    Sancho se llenó de tremores
    al columbrar con su vista
    entre la rala arenisca
    destingue aquellos redores
    y con temor se persigna
    con angustioso lamento
    al ver los molinos de viento
    causantes de las tremolinas
    tocándole a Rocinante
    probar de la medecina.


    Mi señor debo pediros
    en nombre de Dulcinea
    que no os forméis esa idea
    atended al advertimento,
    pues son molinos de viento
    y no gigantes rufianes
    no vayáis a reclamarles
    nuevamente sus desmanes
    y un mal viento a los molinos
    les haga girar sus aspas
    que son cosas muy normales
    y antes de caer las raspas
    os manden de cabeza
    al medio de aquellos trigales.


    ¡ Que decís, impertinente escudero !
    pues aún creerlo no puedo
    que no fueran temibles gigantes
    que con valor y denuedo
    y con mi noble talante
    les vencí en este ruedo
    y creo fue un nigromante
    que con sus artes ocultas
    ha hecho de resultas
    y con certeza lo siento
    volver a los gigantes
    en estos molinos de viento.

    Mas no os preocupéis
    mi deuda ya está saldada
    no me detendré ante nada
    eso ya lo veréis,
    marcharé con firme paso
    a donde nace el ocaso
    y espero me acompañéis
    al encuentro de mi amada
    caeré rendido en sus brazos
    con mi alma ilusionada
    y Dulcinea encantada
    hará mi nidal su regazo.


    ¡ Válame Dios en que apuro !
    de donde los palos vendrán
    cuando con esos con


    ¡ Válame Dios en que apuro !
    de donde los palos vendrán
    cuando con esos conjuros
    con sospirar del aliento
    sospecho los malos vientos
    con tempestades serán,
    pues cuando se pone a fablar
    sin sano entendimiento
    creyendo ser un juglar,
    el morro hay que preparar
    del venidero tormento
    y menos en descuidar
    por tan solo corto momento
    al frágil débil costillar.


    ¿ En donde habrá de quedar
    ese oculto lugar
    donde nace el ocaso,
    mi señor si es que acaso
    lo podéis revelar?


    Dejad noble escudero
    la mala impertinencia
    que no es virtud alguna
    el sufrir de impaciencia,
    confiad en mi sapiencia
    que a manadas y borbotones
    la providencia ha hecho dones
    y os lo he demostrado
    con coraje y con arrojo
    en tantas ocasiones,
    marchad junto a mi lado
    y veréis el lugar sagrado
    en que mi amada Dulcinea
    mi más hermosa presea
    espera por su amado.


    Y rogad noble Sancho
    que por todo el camino ancho
    no vayáis a entrar en tremores
    y acudan a vos los temores
    ni os pongáis delirante
    si de pronto en algún instante
    aparezca cual sospiro
    el muy afable MORGANTE
    el de estatura gigante
    el de apetito glotón
    y de carácter tontón
    el resabiado tunante,
    y de seguro Rinaldo
    junto con Carlo Magno
    Ganelón y Roldan
    que siempre a su vera van
    imitando sin fortuna
    con deseos anhelantes
    las temibles aventuras
    de este caballero andante.


    Al fin de tanto trecho
    sin dormir bajo techo
    y el cielo su lumbrera
    han llegado a Ruidera
    y parecioles primavera
    sus lagunas de cristales
    y el Quijote en sus cabales
    ha dicho sus sentencias:

    "Escuchad mi fiel amigo
    ni en otras tierras donde fueras
    como LAS LAGUNAS DE RUIDERA
    mis palabras sin audiencia
    afinad bien el oído
    en atención a mi elocuencia,
    no hay en toda La Mancha,
    ni en Albacete ni en Castilla
    ni en algún Reino en su revancha
    una hermosura en avalancha
    con un paisaje y sus lagunas
    como estas no hay ninguna"


    Solamente una, su belleza le campea
    y es mi amada Dulcinea
    que es poema, hermosa glosa
    y en la Tierra no hallase cosa
    que a su lindeza se parezca
    ni las rosas, ni las malvas
    ni lirios ni jazmines
    se acercan a los confines
    de su altiva garbura
    y os declaro y os juro
    que su donosura
    en mi amor no tiene fines"


    Sancho adormitado
    con el bostezo en la boca
    hacia caso omiso
    y risa le provoca
    y pensando en los chorizos
    las tripas ya le roncan.


    Decidme mi señor
    no creéis sería mejor
    esperaremos sentados
    y engullir algún bocado
    no sea tanta la demora
    pues ya mi panza implora
    le meta algún recado
    de vino acompañado
    y la siesta de esta hora.


    ¡ Que me lleven los endriagos !
    y además otros demonios
    pues con vuestro parsimonio
    me tenéis desesperado,
    siempre a toda hora
    solo habéis pensado
    pareceme un hechizo
    pensando en los chorizos
    morcillas y pucheros
    pareceme en la panza
    tenéis un agujero.


    Mi señor no os molestéis
    no sufráis de calentura
    pues en esta hermosura
    aún no alcanzo a ver
    a la hermosa mujer
    que os quita los sueños
    y vuesa merced el único dueño
    con inmenso querer.


    Habláis atinadamente
    ya veréis por el poniente
    verla aparecer
    deslumbrante y refulgente
    cual mil soles ardientes
    a la hermosura de mujer,
    podría ser que perdida
    y algo confundida
    no ha alcanzado ver
    pues son tantas lagunas
    esperemos sin premura
    lo que pueda suceder.


    Sancho frunce el cejo
    y sacando del talego
    un asado conejo
    se dispone a comer
    y aún para beber
    un botellón de tinto vino
    y como todo lo previno
    saco hogazas a granel.


    Don Quijote impaciente
    con el ojo en el poniente
    ve el cielo oscurecer,
    mientras que Sancho ronca
    con sueños de laurel,
    han pasado cuatro días
    y no quiere aparecer
    Don Quijote desespera
    y Sancho tan tranquilo
    no para de morder.


    Acabado el bastimento
    Don Quijote en su lamento
    manda a Sancho a reponer
    mientras tanto el lo espera
    y con fe y con esperanza
    a Dulcinea verla aparecer.

    Parte Sancho en rumbo fijo
    desandando los caminos
    sin saber cuando volver,
    mientras Don Quijote
    de repente le provoca
    a la cima de una roca
    subirse para ver
    si la dulce Dulcinea
    en laguna cercana
    lo lograba ver,
    mas que mala pata
    con el musgo se resbala
    y desde aquella altura
    a la laguna va a caer
    con adarga y armadura
    como pudo suceder.


    Dos días con sus noches
    apresado en los derroches
    en sus aguas sin salir
    cuando al fin un tronco seco
    que flotando navegaba
    y Don Quijote con su espada
    poco a poco lo acercaba
    y asi pudo al fin salir,
    chorreando como fuente
    ajustose la barbera
    subió enseguida la visera
    y con el morrión caliente
    bajo un sol inclemente
    su cabeza era una hoguera.


    Que roca tan imprudente
    tiene al musgo malviviente
    que resbala cual pendiente
    y a las aguas cual vertiente
    cae uno como fardo
    y va como petardo
    a sufrir el acidente
    y casi pierde uno los dientes
    por tan largo remojado
    saliendo tan arrugado
    igual que papel ajado.

    Mas aún falta lo bueno
    pues de Dulcinea nada
    tres días han pasado
    desde el incidente,
    Don Quijote de repente
    queriendo dar un paso
    no movía ni los brazos

    que desfachatada
    la armadura oxidada
    le impedía el movimiento
    parecía un monumento
    o estatua paralizada.











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    Quietas calmas

    Mirando en la cansina tarde,de la loma sus laderas
    pareceme letargo que adormece verdores
    y mustias mece el viento,las flores, con ilusas quimeras
    que dejan con penar, al morirse los amores.

    Vendrán las sosegadas quietas calmas
    en tiempos de las furias tan temibles
    soberbias iracundias imbatibles,
    levantan tempestades en las almas.

    No sé por cual razón en mí fatigas
    la fuerza y la virtud que son las flamas
    si luego con la voz sumisa clamas
    se calmen las tormentas que prodigas.

    Levantas insensata turbias iras
    altiva tu desdén es cruel maltrato
    certero hiriente dardo es arrebato
    con polvos del desprecio cuando miras.

    Permitan en las cumbres sus deidades
    un brote del humano sentimiento
    se prenda siempre en tu alma el ardimiento
    y aleje de la mía las ansiedades.

    Apelo a las bondades de los vientos
    del Céfiro su soplo levemente
    envueltos al sedal de su corriente
    nos lleve como a Venus en los tiempos.

    Con pasos casi aéreos leve anda
    por campos aromados con sus flores
    derrama la belleza y sus amores
    su rastro eternamente lo desanda.

    Colgué por los ocasos los temores
    ungido traspasé los tiempos idos
    espacios silenciosos detenidos
    y en grietas atrapados los errores.

    Con pies cansados entre a lo que fuimos
    erguidas ví las sombras ni se mueven
    mostrarse las verdades no se atreven
    y echado en los olvidos si fingimos.

    Subí a las escarpadas albas cumbres
    hallé en la soledad tu fría arrogancia
    queriendo con desprecio en tu ignorancia
    rendirme a tus mandatos y costumbres.

    Mas fueron por tus vanas pretensiones
    que pude pues librarme del destino
    de luz está plenado al fin mi sino
    las cumbres no serán mis intenciones.



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    Versos antiguos

    De cualquier mal os libraría
    y sería tanta mi fortuna
    pues es larga la porfía
    que en el alma se me auna
    el querer y la esperanza
    y desespera la tardanza
    que las horas una a una
    de esperarla no me alcanza.

    Sentid piedad y dadle calma
    a este hondo desconsuelo
    que el descalabro grave ensalma
    pues sois la causa del desvelo
    y por derecho os tocaría
    que siendo correspondido
    a vuestra vera soñaría
    y cien años pasaría
    de ternezas complacido.

    No creáis que con fartura
    sea de inmortal materia
    ni de fierro sea la hechura
    y mi desaliento no remedia
    pues vos con cruel largueza
    con demora
    y sin premura
    habéis hecho una hendidura
    en mis centrales ansías
    que en deliquio ya no escancian
    mis sedientas amarguras
    los vinos de vuestros labios
    pues os han llenado de resabios
    de temores y tonturas
    y la indiferencia es vestidura
    que ha calado con agravios
    y con puntual certeza
    la verdad es lo mas puro
    y os digo por seguro
    con mi erguida entereza
    que la envidia muerde duro
    y no suelta fácil presa.

    No cabrá nunca en mi alma
    con paciencia resignada
    que neguéis vuestra mirada
    a mi calma atormentada,
    pues por ásperos caminos
    tras las huellas enmarcadas
    en la luz de mis destinos
    vuestra senda yo persigo
    sin posta ni descanso
    y por vos he andado tanto
    cual lucero peregrino
    y os juro con buen tino
    tamadlo con real certeza
    que no habrá lugar profundo
    ni en este ni en el otro mundo
    un rincón o una grieta
    que valga de escondrijo
    ni con engañosa treta
    que atendiendo a mis sentidos
    y mi honor se comprometa
    encontrarla sea mi apuesta
    y con lazos de sendales
    atada a mi terneza
    en amalgama de rosales
    vuestra alma en mi alma
    por siempre quedéis presa.

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    Desprecio ( Soneto )

    Te burlas con descaro tan perverso
    pareces olvidar con ironía
    que en tiempos de dolor y de agonía
    recuerdo a tu sufrir dejar disperso.

    Movióme a compasión el cruel adverso
    que grave por tu alma se cernía
    insomne de desvelo lo sufría
    igual que tu sufrías el reverso.

    Desprecio solo siento me prodigas
    alejas con encono tu mirada
    no se la cierta causa que te obligas,

    con ira me deshaces en la nada
    mas aun con tu desprecio me castigas
    vagar de incertidumbre es mi morada.

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    Desprecio ( Soneto )

    Te burlas con descaro tan perverso
    pareces olvidar con ironía
    que en tiempos de dolor y de agonía
    recuerdo a tu sufrir dejar disperso.

    Movióme a compasión el cruel adverso
    que grave por tu alma se cernía
    insomne de desvelo lo sufría
    igual que tu sufrías el reverso.

    Desprecio solo siento me prodigas
    alejas con encono tu mirada
    no se la cierta causa que te obligas,

    con ira me deshaces en la nada
    mas aun con tu desprecio me castigas
    vagar de incertidumbre es mi morada.

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    LAS FIGURAS RETORICAS

    Alegoría
    Aliteración
    Anáfora
    Antítesis
    Apóstrofe
    Asíndeton
    Calambur
    Concepto
    Comparación
    Elipsis
    Etopeya
    Eufemismo
    Gradación
    Hipérbaton
    Hipérbole
    Imagen
    Interrogación
    Ironía
    Lítotes
    Metáfora
    Metonimia
    Onomatopeya
    Paradoja
    Paronomasia
    Personificación
    Pleonasmo
    Polisíndeton
    Prosopografía
    Prosopopeya
    Retrato
    Retruécano
    Sarcasmo
    Símbolo
    Símil
    Sinécdoque
    Sinestesia
    Sinonimia
    Topografía

    Los Tropos
    Figuras de Dicción
    Figuras de Pensamiento
    Figuras en Literatura
    Juegos con Figuras Retóricas
    Listado de Figuras Retóricas

    LOS VICIOS DEL LENGUAJE

    Adequeísmo
    Ambigüedad
    Anfibología
    Arcaísmo
    Barbarismo
    Cacofonía
    Dequeísmo
    Extranjerismo.......
    Hiato
    Idiotismo
    Impropiedad
    Laconismo
    Metátesis
    Modismos
    Monotonía
    Muletillas
    Neologismo
    Perífrasis
    Pleonasmo
    Pobreza
    Queísmo
    Redundancia
    Solecismo
    Sonsonete
    Ultracorrección
    Vulgarismo


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    Luna menguante

    Luna, luna menguante,
    llena de hilados abriles
    que en mi inquietud anhelante
    cubres con luz de candiles,
    y en mi cansada memoria
    de tiempos lejanos pasados
    encuentro que no te he olvidado
    no fuiste sombra ilusoria.

    Te siento cual agua de noria
    que profunda el sediento desea
    en mis labios es voz laudatoria
    cuando la calma tu eco ventea,
    alquimia de hechura alunada
    visión o reflejo de diosa
    hurí delirante y alada
    en mí tu recuerdo reposa.

    De jazmines y algalía
    aromando van tus estelas
    y en mi van dejando secuelas
    de alejadas cercanías,
    porque si una vez te tuve
    como el sol se abraza al ocaso
    no quedan sino vientos rasos
    fragmentadas rocas obtuve.

    Es tan lejana tu ausencia
    y tan cercano el anhelo
    que siento tu aroma en la lluvia
    y a mi temor da consuelo,
    tiemblo con profunda nostalgia
    que desde mi alma diluvia
    y a todo mi cuerpo contagia
    si en mis sueños tu voz se refugia.

    Turbias han sido las horas
    desde el ingrato momento
    rasgaron mis liras cantoras
    secaron la flor de mi aliento,
    cuando partiste en la aurora
    con un furtivo silencio
    al desamor me sentencio
    aunque mi alma te implora.

    En hilachas se volvió mi esperanza
    cual las velas de un barco perdido
    el naufragio fue cruel acechanza
    como cuando el navío es hundido.

    Hoy eres solo un recuerdo,
    de un tiempo feliz y otro umbrío
    el primero un untuoso desliz
    y el segundo fatal desafío,
    erguido es mi andar de claro rastro,
    mis pasos en el mar dejan huellas
    y con la luz de mis potentes centellas
    en sus estelas de tu amor me deslastro.



















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  8. [​IMG]


    Guerrero

    Verte al asomar el alba, con tus pasos ir al río
    y aterida de frío tu rostro volverse malva,
    tiembla ligero tu cuerpo y tus manos son de hielo
    atrapada vas en tus rielos y pareces cubierta de escarcha.

    Vas en temprana mañana, cuando aún no bien amanece
    a dejar en los frondosos cipreses una rosa y un lirio silvestre
    que con pena de amor ennegrece tu alma ensombrecida
    pues en inesperada partida se ha ido y mas nunca regrese.

    Era tu fiel compañero, de tu andar inseparable lucero
    era tierno y era fiero obediente cancerbero,
    a tus pies paciente estaba alerta cuidando tus sueños
    esperando a que despertaras y deshacerse en su pelaje sedeño
    cuando suave le acariciabas con tus mimos mañaneros.

    Jugueteaba entre la brisa que aromada tu dejabas
    cuando libre por el campo entre las mieses te ocultabas,
    y con un ritual de espigas que en el viento se abrazaba
    al ver tu ondina mirada a tu regazo se lanzaba..

    Fue al anochecer de una estival jornada
    cuando junto a los cipreses, sobre la hierba sombreada
    flotaban tus sueños en encantadas moradas
    sin presentir tan siquiera que lo fatal esperaba,
    en los ramajes verdiales al acecho estaba
    una serpiente veteada que por el tronco reptaba
    y con pupila fría acerada sigilosa bajaba.
    Sintióse confiada ya muy cercana y dispuesta,
    creyendo el colmillo encajar a su presa, de un salto certero en respuesta
    el fiel GUERRERO la atrapa y entre sus dientes la muestra,
    mas no dándole tiempo que el can la matara
    con rapidez su ponzoña la sierpe dejaba.

    Murió en breves instantes con la víbora apresada
    entre sus filosos dientes mas ya la suerte fue echada,
    por eso cada mañana le deja en su ultima morada
    una rosa y un lirio a quien por amor la salvara.




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  10. [​IMG]

    Los poetas nunca mueren


    Destiñen los ocasos sus tonos encarnados
    la noche se ilumina con índigos destellos
    esparcen en su tenue canto, versos bordados
    semejan en sus ecos sonatas de miruellos.

    Las cumbres reverdecen, barruntan con arcados
    enhiestas se levantan con límpidos descuellos
    en sedas y organdíes envuelven los sornados
    de malvas y de lirios van cubriendo los huellos.

    No mueren los poetas, plena luz son sus almas
    asoman con el alba sus versos cantarinos
    en soles encendidos derraman con sus mialmas

    las mieles exquisitas de frondosos endrinos,
    contemplan las espumas y sus serenas calmas
    así serán corales en los fondos marinos.

    A MARISOL PÉREZ, Víctor Mileo y lesmo les gusta esto.



  11. [​IMG]

    Habitante

    Habitaré
    el centro de tu centro
    como raíz perenne de tu savia
    en la geografía terrestre de tu cuerpo.


    Habitaré,
    el norte de tu sur

    en la fragante primavera
    de tu periferia
    en las cimientes que florecen
    en tus encantos,

    en los tiernos gorriones
    de tus ojos.

    Habitaré
    en tus ramas
    óseas,
    en tus delicados pies
    sostén de mis creencias,
    en tus manos
    de algodón de azúcar,

    en tu aliento,
    soplo matinal
    de mis comienzos.


    Habitaré,
    en el sol del mediodía

    de tu desnudez
    dentro de ti
    sobre ti

    en ti.

    Habitaré,
    en tus principios
    en tus finales
    en el origen
    en el fin,
    en tus

    dispersos átomos.

    Habitaré,
    en cada versículo de tu piel,
    en cada parábola de tu vientre,
    en la profecía cierta

    de tu presencia,
    en tus pensamientos.

    Habitaré,
    en tu sereno rostro,
    en la languidez misteriosa
    de tu mirada,
    en los sinuosos bordes de tus labios,
    en la humedad de tu alma,
    en la rabia aérea

    de tus emociones .

    Habitaré,
    en la alegría de tu risa
    en la sal de tus lagrimas
    en la lava de tus enojos
    en la espuma de tus deseos
    en tu sangre.

    Habitaré,
    en el cálido verano
    de tus brazos,
    en la tersura afiebrada
    de tus muslos,
    en cada palabra
    que te forma,
    en el sobresalto
    de tus sueños,
    en tu
    respiración.

    Habitaré,
    en tu aquietada
    sombra,
    en tus ligeros
    pasos,
    en la urdiembre
    de tus poros,
    en la voz apagada

    de tus lamentos.

    Habitaré,
    en tus insomnes
    desvelos,
    en la oscura inquietud

    de tus
    angustias,

    en el límite imaginario
    de tus temores.

    Habitaré,
    sigiloso
    en la latitud
    solar
    de tus sentidos,
    en los raudales
    de tu
    intimidad
    intangible
    habitante

    de tu carne.

    Habitaré,
    en el pendular
    temblor
    de tu
    timidez,

    en la línea crepuscular
    de tu
    cintura,
    en el latente
    susurro
    de tu
    cercanía.

    Habitaré,
    en el enredado
    bosque
    de tu
    cabellera,
    en la olorosa
    madera
    de tu
    cuerpo
    en el soplo
    vital
    de tu
    existencia,
    en tu ignorado
    silencio.

    Habitaré

    en ti
    porque

    somos uno....


    MALCO

    16-04-2015






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