Oda a Baco

Oda a Baco.

Tras la lectura de un divertido texto sobre el particular se me ocurre publicar este poema jocoso, bufo e intrascendente que, a modo de brindis, tan solo pretende introducir una pincelada de humor, por otra parte tan necesario y saludable siempre. Espero que no se me tome al pie de la letra cuanto expongo ni se me acuse de apología del exceso. Añadiré que este poemilla se me ocurrió al cabo de una conversación imposible con un amigo entregado definitivamente al alcoholismo, falange en la que milita desde hace tiempo por méritos propios con el rango de maestre.

A mi estómago poco le importa la inmortalidad (Heinrich Heine)


¡Dudosa miel la del placer primero
que al cárdeno elixir Baco ha dotado,
grato por mor del trance tabernero,
amargo al fin tras el afán colmado!

¿Qué embrujo encierras tú, licor taimado?
¿Qué mística atracción que yo no sepa?
¿Por qué ofreces tu aroma delicado
si escondes mil venenos en tu cepa?

Yo sé muy bien que por tu parra trepa
la augusta hez del huerto de Arellano. *
¿Ponzoña ruin?… tal vez, la que me quepa
quisiera yo apurar sin miedo vano.

Y al grito bacanal, la copa en mano:
carguémosla con mimo toda entera.
¿Con agua de beber?… ¡eso no es sano!
¡Con vino de mi tierra aunque me muera!


* Hay constancia de que Navarra fue un importante centro elaborador de vino a través de los hallazgos encontrados en Funes, Arellano (Andelos), Liédena y Falces, que nos hablan de que los romanos ya elaboraban allí vino con criterios industriales (siglos del I al V d. de C.).

 

Excelentes estos cuartetos serventesios, estimado Vicente,
de versificación más que correcta, diría impecable;
en cuanto al tema del vino, cultamente aderezado con referencias históricas
y ciertamente con humor de circunstancias;
un saludo cordial,
Eduardo

 

Jajajajajajaja, has estado genial, amigo. Perfectos serventesios en su musicalidad, métrica, en todo.
Has abordado el tema con arte, gracia, y salero, sí señor. Y por ello te aplaudo.
Amén de eso, nos ilustras con referencias históricas que nos enriquecen en nuestros conocimientos. Bravo.
Te dejo un muy fuerte abrazo.

 

E agora que venga la deliciosa bacanal...

 

Muchas gracias, Eduardo, por apreciar esta humorada.
Otro para ti.

 

Se me había olvidado este poema y todos sus comentarios, Antonio. Disculpa el retraso.
Muchas gracias por tu cercanía.

Otros tantos para ti.

 

Gracias, Pepe, por ese aplauso que tanto valoro. Ya ves que no es más que eso, una ristra de serventesios hilvanados al socaire de una copita de clarete, siempre confortable y siempre comunicativo.

Sé que vas a dar un tiron de orejas por el evidente retraso. Discúlpame.

Celebro tu regreso.

Fuerte abrazo.

 

Muy bueno.

Me pregunto si quisiste decir "con agua he de beber?"

Saludos

 

Jajajajajajaja, no hay tirón de orejas, estas perdonado, jajajajajajaja. Gracias por celebrar mi regreso; aquí estoy para dar guerra, jajajajajajajajajajaja

 

Eso ya sería rizar el rizo, Ricardo. De momento un poco de risas no vienen mal.

Un cordial saludo.

 

Excelente humorada y yo feliz de haberlo leído. Besos Vicente y felicitaciones.-

 

Gracias, Catiuska. Yo también de que me leas.

Un beso inmediato de vuelta.

 

Muchos ilustres de las letras han sido los que han glosado y amado al vino, bien está esta sátira poética, en el vino todo cabe, incluso Shakespeare dijo: "Prometo abjurar de toda bebida insípida y dedicarme exclusivamente al Jerez".- Un abrazo.
Miguel.

 

Pues "olé", no se puede desperdiciar ni una sola gota del elixir mágico de Baco y por supuesto jamás cometer la atrocidad de "envenenar" con agua tan dulce y colorido licor, lleno de alegrías y penas según la ocación. Magnífico poema Vicente, saludos Daniel

 

Un lujo leer esta magnífica obra, Vicente.
Un abrazo.

 

Y a punto del final, la copa en mano:
carguémosla con mimo toda entera.
¿Con agua de beber?… ¡eso no es sano!
¡Con vino de mi tierra aunque me muera!

Amigo Vicente, me apunto a esa cofradía, como siempre la lectura de tu obra beneficia al espíritu y en este caso a algo más mundano donde yo sin militar del todo como tu amigo, soy visitador tabernero en las rondas de los elefantes.
Un abrazo

 

Decir eso no hubiera estado mal, claro, pero no, solo me he acogido a una figura retórica habitual; soy un devoto incondicional del pleonasmo.


Saludos para ti.

 

Gracias, Miguel, por apreciar estos versos que no aspiran más que a arrancar una sonrisa al personal. Y gracias también por esa frase de Shakespeare que no conocía.

Otro fuerte para ti.

 

Un brindis por tu poema, magnífico... y, ¿cómo sería la humanidad sin el vino?, está por ver, mejor que no; aporta mucho y también destruye un poco, en exceso... pero muy en exceso, por cierto: el último cuarteto es para enmarcarlo.

Saludos.

Alberto.

 

Maravilla, me ha encantado y la pintura siempre ha sido de mis favoritas. Un gusto leerlo.

 

Qué maravilla de serventesios dionisíacos nos regala tu pluma, Vicente. Precisión y elegancia en esta anacreóntica de factura impecable. Un cordial saludo.