Lautaro V.

El conquistador siempre te observaba
parecía no confiar en el indígena, en el sirviente.
Lautaro se mostraba retraído
silencioso y humilde, casi sumiso.
Siempre estaba al lado de don Pedro
presto a servirlo;
a ensillar su caballo y limpiar su espada,
siempre atento a las conversaciones en las tertulias
de los señores españoles,
en las expediciones del guerrero.
De día don Pedro y Lautaro
eran inseparables,
hasta que las sombras crecían
y la oscuridad de la noche
llamaba a Lautaro a su refugio predilecto
en las caballerizas,
allí Lautaro se familiarizo con las bestias
que tanto lo habían sorprendido y asustado
cuando los vio por primera ves
en el bio-bio.

Pasaba horas observando y acariciando
los corceles,
contándoles sus planes, sus sueños
y sus pesares,
parecía hablar el mismo idioma
de aquellos hermosos caballos.
Se convirtió en un avezado y hábil jinete,
de esta forma Lautaro
avanzaba en su plan de convertirse
en un gran combatiente
por la libertad de la Araucanía.

 

Me ha gustado este poema de tono narrativo y de fondo histórico. Un abrazo.

 

Gracias amigo por tu visita y comentario.
Un abrazo fraterno poeta .

 

Histórico, humano, apegado a la tierra.
Estos trabajos tuyos son pensados, con elaboración, con contexto y circunstancias.
Por eso es un gusto leer estas entregas tan cargadas de sentimientos por la región que se evidencia en cada línea.
Un abrazo, amigo.

 

Gracias por tu visita y comentario.
Un abrazo fraterno poeta.

 

Gracias por tu visita y comentario amigo penabad.
Un abrazo fraterno poeta.

 

Gracias por tu visita y comentario.
Un abrazo fraterno poeta