El Pterodáctilo

Me confunden los arcanos
los que le orientan al hombre el destino
corre ciego por los vanos
algunos van por camino
otros ignoran totalmente el sino.​

 

El árbol tuvo el destino
que tiene un hombre de cara a un espejo.
Es gris ceniza el color de memorias
si arriban fieles al ojo sincero.
De joven, terco uno erige cortezas.
Y ambos, más duros nos vemos de atuendos
frugales, los de una piel sin excusas.
La misma pulpa tenemos.
De roble seco, mas roble a pesar
del insistente goteo
sobre las hojas que instamos a huir
cuando no fueron ya vivos reflejos.​

Nota: como se permiten rimas asonantes, esto sería equivamente a una silva arromanzada, basada lógicamente en dactílicos y octosílabos con el orden de sílabas tónicas propuesto en los mismos.

​

 

Entre los muchos reflejos
que causan gotas de lluvia con sol
como múltiples espejos,
son el óptico crisol
del arcoíris que ve el girasol.

​

 

¿Será que usar “arrebol”
es tan poético como nos dicen?
Siempre hallo “sol” o “farol”
como las que nos bendicen
las letras, sin que al lector horroricen.​

 

Ojalá nos autoricen
que seamos pilotos las mujeres.
Protegernos siempre dicen,
nos prohiben que guiemos
por el cielo el sendero que queremos.​

 

Creo que te olvidaste de usar dactílicos, estimada Luciana. Mi gran saludo de siempre.
​

En una década habremos
eliminado el placer de pensar.
Ya está repleto de memos
sumidos en un fangar
virtual que erige al idiota un altar.​

 

Llevo a Usküdara el cantar
que un bello escriba dejó por escrito
al alojarse en mi hogar;
tiene ese ritmo bendito
de algo que es sacro y también es proscrito.​

 

Tal vez no exista el camino.
Un pie lo hará, desprovisto de miedos.
Pero hay un paso cansino
en quien el oro en sus dedos
observa asido a una cuna de arraigo.
Y veo, escuálido, cómo me caigo
de niño desde un pesebre sin lujos
a hacer caminos, luchar sin tapujos.​

 

Siento, al oír los influjos
de otro que al par va conmigo cantando,
que ambos sentimos embrujos
y nos vamos afinando
y ese cantar nos acaba hermanando.​

 

Canto y cantando contigo
tal que tu voz con mi voz nos aturdan
juego de voces mi amigo
voces de trueno las que urdan
estruendo grande y que todos se encurdan*.​

*
encurdarse
De en- y curda.
1. prnl. vulg. emborracharse (‖ beber hasta trastornarse los sentidos).

 

Los hechos firmes desurdan,
del universo, su lógica trama.
Has de evitar que te aturdan
las idioteces y el drama
de charlatanes buscando la fama.​

 

Si es que sus libros ella ama
tal vez será que al leer siempre goza
es como aroma, retama,
que el corazón le rebosa.
Siente pasión, gran amor por la glosa.​

 

La flor tan grácil y hermosa
es cuentos de hadas en mundos de histeria.
Hoy esta Tierra espantosa,
es una suerte de feria
del Jalogüín, cementerio y miseria.​

 

Fui anteriormente muy seria.
Era pecado reírse, creía,
y cuando estuve en la feria,
tanto pequé ¡madre mía!,
pensé que el cura no me absolvería.​

 

Hay quienes ven alegría
en compartirnos un crudo video,
mostrando escasa empatía
y dándose al manoseo
de horrores sin el menor titubeo.​

 

Vas por la calle arrogante y te veo
con ese porte elegante
no quiero mirarte y leo,
pero nada entiendo, creo,
me dice más tu arrogancia y desplante.​

 

Sobre los pasos de Dante
transito, como una sombra de olvido.
Soy un espectro, un vapor caminante
y nada tomo ni pido.
Solos, negocian con rocas mis pies
un hálito de cordura este instante.
No existe un aire o latido
en este absurdo entremés,
que llaman limbo en la vida.
Esto no es cierre, telón o partida
si desconozco qué viene después.​

 

De tiempo adverbio será ese después
¿qué vendrá? yo desespero
y por saberlo me muero.
¿Será entonces que no es
fielmente aquello que yo tanto quiero?
​

Don Ermenegildo, espero que ya haya quedado. Saludos.

 

Lleno de sol lo prefiero,
muy generoso a los labios sedientos.
El vino al que me refiero,
como los besos hambrientos,
define nuestros mejores momentos.​

 

Siempre me causas tormentos
cuando tú me hablas de vinos de mesa
sabes que en estos momentos
el vino no me interesa
pues debo estar de alcoholes ilesa.

​

 

Nos cuentan que la condesa
de Báthory era psicópata y cruel.
De la maldad fue posesa,
y se mantuvo muy fiel
a torturar su rival sin cuartel.​

 

Producen la cera y miel
son alcahuetas de todas la flores
zumban canción que es muy fiel
para alegrar sus amores.
Son las abejas, del mundo primores.

​

 

Sé que vendrán los censores,
con comentarios de rito y rigor.
Banderas multicolores
no es que carezcan de amor.
Hetero soy; no por eso, mejor.​

 

Bello misterio la flor
que sin la abeja no puede existir
pues necesita labor
que transporte el elixir
y los gametos se puedan reunir.​

 

Recuerdo al tipo; un visir
que es campeón de su hueca existencia.
Parece siempre partir
hacia un final de impaciencia
para acabar con su humana conciencia.​

 

Si yo supiera la ciencia
para atrapar tu atención un momento
y te tuviera paciencia
sería yo tu tormento,
pero no logro atraerte y lo siento.​

 

Solo nos lleva un momento
enamorarnos, nos dice Tavares.
No llevo prisa o tormento:
amor de vasos y bares…
tal vez; pero no lo creo de altares.​

 

El agua en los samovares
está caliente y tomar un té invita
en porcelana, azahares,
es un aroma que incita,
mas ilusiones de amor nunca evita.


​

Corregido, gracias Don Ermenegildo.