Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Me cambió la figura
sin parar cada día de la vida
pasé por la hermosura
inocente, escondida
en los ojos de un niño y ya perdida

 

Hermosa lira Pi.

Poesía es la vida
si puedes darle ritmo al corazón
para hacerla florida
y que suene a buen son
compartiéndola alegre en tu canción.​

 

Hijos de una nación
al nacer se te inculca ese dilema
de la separación
so pena de anatema
le deberás rendir culto a un emblema.

 

Yo ya sé que prefieres
escribir tus sonetos como cantos
de amor a las mujeres,
que por ellas te mueres,
te hacen feliz mirando sus encantos.​

 

Sus delitos son tantos
tampoco presentó una buena excusa
ha provocado espantos
violó a una reclusa
de muy graves delitos se le acusa

 

Dirás que soy medusa
por que yo siempre escribo del amor
y siendo tú mi musa
padeces el ardor
que causan mis palabras en tu honor.

​

 

Dime si ese dolor
que enfrentas en resultas de tus actos
es debido a tu error
con datos inexactos
tu informe nos dejó estupefactos

 

En sonetos exactos
en la medida, el ritmo, y en la rima,
vas dejando tus tactos
y aunque a veces lastima
tu sutil ironía, más me mima.​

 

A todo el que me estima
le regalo un abrazo y dos también
y al que ni se me arrima
deseo que esté bien
al universo entero un parabién

 

Ya sabes que eres quien
me espanta de esta vida los enojos
pues me conoces bien.
Ya sabes mis antojos.
Con tus versos me lleno de sonrojos.

​

 

Si me miran tus ojos
al sentir que tu amor es verdadero
y me postro de hinojos
una palabra espero
que compartas mi vida, pues te quiero

 

Yo no sé que prefiero
si leer tus sonetos o mirarte,
mas siempre desespero,
aunque sublime es tu arte
quisiera poder verte para amarte.​

 

Nunca usé talabarte,
si bien he combatido sable en mano,
pues lograr encontrarte
en este mundo insano
requirió derrotar zagal y anciano.
​

 

Conozco a un tal fulano
que quiere parecerse a un caballero
con un beso en la mano
y voltea el sombrero
yo quiero que se apure y desespero

 

Por ti me juego entero,
si bien por apostar muy poco queda;
un poema sincero,
tus cabellos de seda
y paseos en paz en la alameda.

​

 

Hermosa es la alameda
con bellas esculturas de alabastro,
que son de un tal Pineda,
para esculpir era astro.
De ese siglo dieciocho dejó rastro.

​

 

Si me lo dijo un astro
al secreto estelar de tus encantos,
debe existir un rastro
en ellos, ¡no sé cuántos!,
de la sal que carcome de mis llantos.​

 

Me causas atarantos.
Mi equilibrio resbala por tus versos,
aunque ya no son tantos
ahora son más tersos,
me arrastran por ignotos universos.

​

 

Lo que dirá la gente
no debiera impedirnos ser felices
piensa que de repente
damos en sus narices
y se ponen de moda los deslices

 

Amor, siempre me dices
milagros de tu voz que me encandilan.
Nacen de tus raíces
las flores que destilan
aromas que en tu mente versos hilan.​

 

Aprecio qué destilan
asi como las mieles de una flor
aunque ya no se estilan
las perlas del amor
no cambies tu romance por favor

 

Cantas como sinzonte,
de cuatrocientas voces es tu verso,
se esparce al horizonte
por su anverso y reverso.
Sin límites se esparce, va transverso.​

 

Del sobre en su reverso
la humedad de tu llanto era ostensible
masacraban tus versos
a mi amor imposible
mi alma sufrió la herida más terrible.

 

La vida aún posible
florece por las calles y en el viento
un aroma increíble
es del día el aliento,
me recuerda tu voz de dulce acento.​

 

Es el último intento
no volveré a pedir que me perdones
no es mi culpa, lo siento
en otras ocasiones
he logrado entender tus emociones