Nuestro lecho

Mi mente pasa el tiempo cavilando
sobre el misterio tuyo, inmensurable;
deslumbrante es tu luz e inalcanzable
y me digo: ¿es real o estoy soñando?

Giras en torno a mí como flotando
con código de acceso indescifrable,
y con ese tesón inquebrantable
desde siempre me vienes subyugando.

No vacilo en seguirte y si te alejas
no sabes el vacío que me dejas,
pues te amo, te amo con derecho

igual que amamos a la propia vida.
Ya quédate en mi alma, mi querida
poesía y, que sea nuestro lecho.
​

 

Precioso soneto con sorpresa final, todo un placer leer esta joya, Amadis, prestaré atención a lo que escribes, con esto se aprende mucho, y para colmo eres de Alcalá; cuna de Cervantes y de Azaña y paisano madrileño, más no se puede pedir.

Que tengas un feliz día.

Alberto.

 

Hola, Luis. Después de publicarlo me di cuenta que había otro soneto pendiente. Disculpa. Un abrazo.

Miguel

 

Muchas gracias, Alberto, por dejarme tan grato comentario. Igualmente. Un abrazo.
Miguel

 

Estimado, Luis, la he retocado, espero haber acertado. Un abrazo.

Miguel