Póstumo

Doctor...!
Doctor...!
Cómo está?
Doctor...!

Quién perturba mi dormitar?
Quién llama a esta hora incisivamente?
Déjeme descansar!
Mañana debo sanar a la gente.


Doctor...!
Doctor...!
Qué sueña por las noches doctor?
Doctor...!


Por Dios o por la muerte! ---repito---Por Dios o por la muerte déjeme en paz! Horas no son de galopar. Repito buen amigo... horas no son de galopar.

Doctor...!
Doctor...!
Hay paz en su corazón? Extraño...
Doctor...!

Partirán las horas y el sueño con ellas. Habrá noche en mis ojos, y dos costales en mis hombros abatidos por las balas del insomnio.

Doctor...!
Doctor...!
Se preocuparan los muertos?
Usted. Por qué se preocupa doctor?

Doctor soy, me debo a mis pacientes y al juramento. Por lo que dormir hay...
Las vecinas sin demora caminan como desfile de hormigas.

Doctor...!
Doctor...!
A caso olvidó mi voz, o la ignora?
Sabe quién soy doctor?

No. Y le doy la misma importancia que el último segundo de ayer.
Por lo que ha de saber...
Horas no son de galopar.

Doctor ausculte mi voz, auscúltela...!
Sienta en su quejumbroso sonido el cuerpo del paciente diecisiete, amigo del olvido, amigo de la muerte.

¿Son profundas las aguas del dolor o llanas como vientres de gitanas?

Doctor...! ¿Por qué se preocupa doctor? No sabe que el dolor no sonríe;

El paciente no es paciente por su mal, son las arenas que debe esperar. Sus granos lerdos raspan el cristal como lenguas lamiendo el panal.

Doctor...!
Doctor...!
Qué halló en mi cráneo, en la tibia o en mi lánguido peroné. Qué doctor! Qué..?

Halló en el radio la frecuencia de mi vida o el cúbito se deshizo en su mano cuando encontró aquella abrupta herida...?

Quizás inquirió en el sinus, el seno de mi dolor? O el maxilar superior convergió con el mastoideo, bajo un temporal sin tiempo, sin vida?

Doctor...!
Doctor...!
Cuánto pagó por mi risa desnutrida de marrón sombrío y de incierta vida?

Testigo fue de mi incauta exhumación?
Como el Osadax y las abejas, que socavaron mis más íntimos secretos; desvelando hasta la medula.


Erase una vez un inocente difunto, disfrutando de su paz eterna, en la comodidad del pino tratado y medidas resumidas.

Sin culpas, sin condenas ni cadenas... Sin juicios, ni prejuicios ni perjuicios de la pena. Sin ambiciones, ni posesiones de oro ni de tierras. Eso es paz eterna.

Erase una vez ---repito-- erase una vez. Y no dos, ni tres. Pues Doctor... Usted
hurga a diario y sin reparos mi occipital y parietal, apoyado del húmero.

Sin números veces y gozarlo parece. Erase una vez Doctor, porque ya no es.
De qué se preocupa Doctor?
Doctor...! De qué?

Ya me duele la cabeza del húmero y el tubérculo mayor así como el menor. Y las crestas y los cuellos y los surcos. Erase una vez. No dos ni tres.

Antes de seguir con lo que hacía... indague mi nombre, mi suerte y mi agonía. Encontrará algo más valedero. Hallará mi historia y lo que sentía.

 

Y bueno... como ya es póstumo... se supone que falleció el susodicho protagonista... dejándonos la clara experiencia
de su onerosa vida. Si vas a hacer relato poético... bueno, qué le vamos hacer.... pero tu poesía en verdad no tiene pierde.
Mis saludos compañero...

 

Jajajajaj


Gracias teacher. Sabe que mi poema no está completo hasta que usted no lo ve.

Gracias.